Tam Tam, un velero para pequeños y grandes lobos del mar
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Tam Tam, un velero 100% familiar
Son una familia y les encanta viajar en velero, hasta ahí todo más o menos normal. Lo verdaderamente llamativo es que en su caso viven y trabajan en su propio velero - llamado Tam Tam- dedicándose profesionalmente como Delta Yacht Cruises a ofrecer cruceros orientados a familias con niños prácticamente durante todo el año y principalmente por la zona del Mediterráneo balear.
Así que que respondiendo a una invitación irrechazable nos fuimos de escapada en un mano a mano viajero madre-hija para experimentar esta peculiar y aventurera experiencia que nos descubrió secretos que ya nunca olvidaremos.
Familia amfitriona y su casa Tam Tam
La pareja formada por Antonio Doria y Ana Roca -padres de Tula, una niña de doce años- llevan ya dieciséis años con su labor y aseguran que entienden su empresa no solo como un simple negocio sino sobre todo como una forma de vida. El Tam Tam es un velero oceánico construido en aluminio.
Esta embarcación se alquila como charter en pensión completa con patrón. Con sus 14,5 metros de eslora y capacidad para hasta ocho pasajeros más la tripulación es bastante adecuado para que los peques empiecen su formación para convertirse al menos por unos días en auténticos lobos de mar.
Nuestra experiencia en el velero Tam Tam
Hace tan solo unos días que hemos regresado de nuestra escapada de 4 días. Nos esperaban para navegar, dormir y comer en el precioso velero Tam Tam. Volamos hasta Ibiza y nos recogieron en el puerto de San Antonio. Dejábamos tierra firme para adentrarnos en la mar. Habíamos preparado nuestro pequeño equipaje para esta escapada pero nos sorprendió que lo más útil para embarcarse en esta aventura y disfrutar de la experiencia no ocupa lugar y siempre esta disponible.
Mientras izaban el ancla para salir a navegar, nosotras soltábamos aire, tensiones y un itinerario cerrado. Nos dejábamos envolver por la sorpresa sin saber donde nos podía llevar el viento y es que llevar al patron en el barco te permite confiar.
Fue así fue como llegamos a calas de Ibiza y Formentera tan preciosas como Cala Codolar, Sala Saona o Cala Comte entre otras y descubrimos paisajes tan mágicos como la Isla de Es Vedrà y nos llenamos de colores turquesas, baños en cristalinas aguas, atardeceres, noches estrelladas, buenísimas comidas, lecturas calmadas, juegos y dibujos .
Descubriendo un nuevo estilo de vida
Como buenas aprendices tripulantes de un velero y gracias a las explicaciones y enseñanzas de Antonio y toda la familia aprendimos un nuevo lenguaje, algún que otro imprescindible nudo, orientación naval, algunos trucos para la convivencia a bordo y sobre todo compartimos un estilo de vida.
Al entrar al velero no sabíamos que entrabamos en otra dimensión. La vida en el velero , la vida desde el mar es una vida a ritmo natural, que mira la naturaleza cara a cara, que convive con ella. En el Tam Tam la energía es solar, se cocina con parte de agua marítima, se desala agua para lavar platos o ducharse, se minimiza los desechos y solo se tira por la borda los restos orgánicos.
A bordo Antonio es el patrón que nos guía el rumbo, iza las velas y suelta los cabos con Ana y nosotras aprendemos colaborando. Nos dejamos acunar por el constante movimiento . Y en esta convivencia nos encontramos con la fluidez, la flexibilidad, la toma de decisiones, el trabajo en equipo, el cuidado por el entorno, el orden, el silencio, el juego compartido y las veladas atentas.
El tiempo pausado, lento, constante se ampliaba, la mirada lejana al horizonte parecía infinita y allí volaba nuestra imaginación y allí nos explicaban Antonio y Ana sus aventuras por las islas del mediterráneo y en las travesías por el Atlántico.
Uns vacaciones diferentes en el velero Tam Tam
En verano abren las puertas del velero Tam Tam, su casa, para compartir con ellos cada semana desde junio hasta agosto, para recorrer calas, bajar a las playas y a tierra firme y así conocer tanto el interior, como desde el mar, las islas de Ibiza y Formentera.
Abiertos a las propuestas y necesidades de cada familia ellos se acercan, siempre que sea posible, a los lugares y rincones que les proponen, aunque para nosotras lo mejor fue dejarnos llevar por la sorpresa y los inesperados paisajes que se abrían ante nuestros ojos. En el invierno Antonio, se prepara y realiza una travesía, que pocos ya realizan y ofrecen, de un mes hasta las islas del Caribe. Este si que es un gran momento para lanzarse a una aventura donde navegar por el océano azul y el personal se encontraran y entre otros ingredientes no faltará la cooperación, la entrega y la constancia.
Por su parte, ellos nos cuentan, que los papás y mamás viven una experiencia diferente, desconectando de todo desde el principio al final, al no tener que encargarse de las comidas o la limpieza. Esto marca la diferencia con otros tipos de vacaciones familiares. Es la ocasión para aprender a navegar, descubrir una forma distinta de vivir o simplemente relajarse y disfrutar del sol y el mar. Seguro que tampoco se escapan de hacer alguna guardia, la emoción de descubrir delfines nadando en libertad a buen seguro que vale la pena.
Nos volveremos a ver!
Y al despedirnos ya añorábamos en nuestros cuerpos y pupilas el azul de cielo y mar, el movimiento, el silencio y guardamos en el recuerdo otra Ibiza y Formentera que nunca antes conocimos, lejos del turismo masivo, cerca de la naturaleza, desde una nueva mirada, un nuevo enfoque.
Recordando los momentos zen, de calma, de escucha, de mimo, de juego, de risas, de charlas. Gracias Ana por esas miradas y esos menús, gracias Tula por esos momentos de juegos y lecturas, gracias Antonio por ser nuestro patrón y guiarnos, por mostrarnos tus conocimientos.
Gracias familia por abrir vuestras puertas y compartir un estilo de vida a un ritmo mas humano, por hacernos participes y contagiarnos vuestra pasión por la vida desde el mar. Hasta pronto navegantes!
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