Por la tarde actuamos para la comunidad afro. Aquí todo es diferente: niños y niñas desde el principio nos abrazan y nos besan. Parece que nos conocen desde hace años.
Nos dice el maestro bailongo que animaba a cantar a los niños: “Muchas gracias. Nos habéis regalado kilómetros de felicidad”. Segunda etapa de la expedición. Nos hemos adentrado ya en los barrios más duros de Colombia. Pegados a la capital, en Soacha, se arraciman suburbios en los que rige una ley ajena a la del exterior impuesta a miedo y plomo por los grupos pandilleros, paramilitares o simplemente mafiosos que gobiernan los barrios. Fronteras invisibles parcelan el barrio y nadie se atreve a salir de su sector. La violencia acecha detrás de cualquier esquina, y un silencio ominoso cubre el barrio.
Esto contrasta crudamente con la inocencia que hemos hallado actuando para estos niños. Chiquitos, de entre 3 y 6 años, ya estaban emocionados antes de que comenzáramos. Aunque nunca hayan visto un payaso, intuían que se iban a reír. Y vaya si rieron.
JORDANIA noviembre 2014.
Primera hora de la mañana, dentro de una furgoneta rumbo al norte del país, atravesando ciudades y villas de color gris hasta que, sin darte cuenta, te encuentras en medio de un desierto de aquellos que no ves en las películas. No son dunas preciosas de arena, sino dunas de piedra y barro cuando las miras de cerca, atravesada por caminos, cableado de alta tensión y una carretera que se disuelve a medida que te acercas a tu destino ... Llueve. Todo el día lloverá.
Es curioso como, poco a poco y no demasiado lejos de la capital, apareces en medio del desierto. La llegada, sin embargo, espectacular. Una imagen imborrable. Un campo de refugiados en medio del desierto, perdido de la mano de Dios, donde nadie iría. ¿Una creación del hombre por y para protegerse del hombre? Desde fuera vemos la gran cantidad de barracones, ordendísimos, bien alineados, que conforman el campamento, como una escuela con caravanas prefabricadas pero multiplicado por mil! Un espacio milimétrico, cuidado ... Y sin alma. Como una colmena. Llegamos al campo refugiados El Emirates es un campo gestionado por el gobierno de los Emiratos Árabes Unicdos (EAU), y es muy restrictivo.

Autor: artista de Payasos sin Fronteras
Nos explican que, de entre todos los campos, el Emirates es todo un lujo. Todas las familias están cubiertas de todas las necesidades básicas, y es que los Emiratos invierten mucho dinero. A quienes les toca vivir allí es como si los hubiera tocados la lotería. Qué irónico: un campo de refugiados deluxe. Hasta el momento no nos habían dejado salir de la zona de actividades de la escuela. Nadie puede moverse libremente por el campo. Nadie.
Nosotros nos movemos con furgoneta desde el control de acceso de la entrada hasta nuestro espacio. Las normas de la policía de los Emiratos es férrea, y incumplirlas significa ser inmediatamente expulsado del campo, seas cooperante, animador, trabajador o refugiado! Con Alí, nuestro guia,uno de los responsables de Terre des Hommes de sin embargo, no hay ningún problema. Pero aquí no hay tiendas ni ningún tipo de improvisación como rápidamente se detecta en otros campos pero sí cámaras por todas partes. Aquí sólo se accede como refugiado si tienes algún familiar ya en el campo o si eres una familia. De solteros, ni uno.
Esta gente lo ha perdido todo. Han ido de casa por miedo, o por los constantes bombardeos, o porque quieren proteger a sus hijos, o porque son refugiados políticos
Increíble actuar mientras ves como, fuera de la valla, pasan los militares con un coche con una ametralladora pesada y perros de presa. Al terminar el espectáculo una de las trabajadoras jordanas, nos da unas galletas y un jugo. "Gracias, pero yo no lo quiero", dice uno de nosotros. "Mira", contesta ella, "aquí en el desierto no siempre hay comida, así que si te doy la coges" (!). Espectáculos para niños y pases para niñas. Acabamos comiendo a pie de carretera de vuelta al hotel. Es uno de los temas que vamos detectando. Empezamos muy temprano y comemos muy tarde. Todo muy seguido y acabamos hambrientos! Lo tendremos que prever de cara a los próximos días.Los números de payaso, con rutinas e improvisaciones con el público, son los que mejor nos están funcionando estos días. Pero no todo sale como uno quiere, y justo cuando estamos terminando, antes del último número, comience a sonar càntincs por la megafonía del campo: es la hora de rezar.
Una trabajadora en el campo de refugiado nos dice "la actividad que ustedes traen... es algo único y que nos remueve a todos, a refugiados y a las personas que trabajamos con ellos, nos ayuda a generar nuevos estímulos y ganas de divertirnos y reírnos (...)” “Volved pronto. Mientras tengamos esta situación es muy importanteque podáis seguir viniendo. Las personas refugiadas vienen con las manos vacías y con un estrés terrible. Nosotros nos ocupamos de mucho, pero provocar la risa y la distensión que vosotros provocáis nosotros no podemos hacerlo!”
Esperando. A que pase el tiempo. A que se acabe una guerra que vive a menos de 100 km de esta jaula de alambre perdida en medio del desierto. Esperando un futuro que no se sabe si es futuro o está presente. Esperando una solución, un final desconocido, una vuelta a casa, un regreso a una vida cotidiana que se acabó de repente. Esperando, mientras plantamos árboles para decorar la zona de actividades del campo de refugiados, que ahora es tu casa. Tan provisional como eterna.
Saliendo del campo, por la calle principal, hacemos una última ojeada a las caravanas, pintadas de colores para olvidar quizás qué es en realidad el lugar donde vive esta gente y qué significa su existencia.
KOSOVO Agosto 2014
Hoy es un día intenso porque tenemos tres bolos programados. Los dos primeros son en comunidades romanís cerca de Prístina, Füshe Kosova y Plementina. Son poblados de chabolas y viviendas destrozadas en los que somos recibidos con afecto por los líderes de la comunidad. Montamos el escenario en un descampado donde, mientras los niños esperan pacientes bajo un sol abrasador a que el espectáculo comience, pastan ovejas, vacas y cabras.
El público romaní es un regalo: ríen a carcajadas, aplauden, bailan, cantan, hablan, gritan e incluso se meten en el escenario para ayudarte. Toman partido claro en caso de conflicto y adoran al clown víctima de la injusticia. No tienen conciencia de que el idioma sea una barrera y se acercan a nosotros con total familiaridad. En este entorno pobre y degradado, es maravilloso ver a niños tan felices y confiados.
Por la tarde actuamos en un orfanato de Prístina. Vienen niños que viven con familias de acogida y otros cuyas familias naturales tienen problemas y reciben la ayuda de la comunidad. La energía es densa y se respira una tristeza resignada. Nosotros estamos cansados pero damos todo lo que nos queda para que estos niños y sus madres puedan tener un rato de alegría. El espectáculo les divierte y les emociona, y también a nosotros. Terminamos el día muy cansados pero con el corazón lleno de las miradas, las sonrisas y la calidez de todos los niños a los que vamos conociendo en esta caravana de la alegría.
De origen serbio, turco, albanés o romaní !! Todas las sonrisas suenan igual de bien en kosovo.
Actuamos en Gracanica, un enclave serbio a 5 kms de Prístina. Vienen unos 40 niños, la mayoría de origen romaní conocidos como "roma" y algunos serbios. Entre ellos no se mezclan, se sientan a varios metros de distancia. Son dos públicos completamente distintos; mientras los roma cantan, bailan, imitan todos nuestros gestos, quieren entrar en el escenario... (o sea, son un público magnífico para un clown), los niños serbios son más tranquilos e interactúan menos.
Al terminar, los niños nos abrazan, nos besan, se sacan mil fotos con nosotros y nos ayudan a cargar el coche. ¡Qué gusto dar y recibir tanto amor!
Voluntarios de SSF nos dicen que para muchos de estos niños será un recuerdo único porque nunca han visto ningún espectáculo, y quizás no tengan muchas más oportunidades de hacerlo.
En días como hoy, es fácil recordar el motivo por el cual uno decide hacerse payaso.
PALESTINA Mayo 2014
Hoy hemos realizado nuestro primer espectáculo, para infancia palestina refugiada del campamento de Aida, a las afueras de la ciudad de Belén. Hoy hemos entrado en contacto con la vida diaria de esta infancia víctima de la violencia sinsentido que aparece en todos los conflictos:“...reían con ansia, llevan muchos meses viviendo a diario disturbios muy fuertes, privación de acceder a la escuela, detención de vecinos o familiares... La situación en Aida camp ha sido muy difícil desde finales del año 2013, y el terror ha provocado por la presencia militar y los disturbios ha provocado en la infancia un estrés y niveles de angustia y miedo muy elevados”

Autor: artista de Payasos sin Fronteras
Esta primera actuación nos hizo cruzar el muro que separa físicamente Palestina de Israel a lo largo de Cisjordania... y más que nunca nos ha reafirmado en nuestro pensamiento que no hay muro que la sonrisa compartida no pueda superar.
Director de la escuela nos lo corroboraba diciendo que:
“Aún teniendo apoyo emocional de profesionales, la infancia vive en el estrés y la violencia que ha visto en sus barrios durante los últimos años desde el inicio de la segunda intifada en 2000. Niños que ahora tienen 12 o 14 años han crecido en las calles del campamento, rodeados de violencia, luto y tristeza. Acciones como la vuestra son muy bien acogidas para ayudarles a rehacerse de todo ello”.
Los profesores de la escuela del campamento nos explican que suele ser de madrugada cuando el Ejército Israelí se adentra en el campamento para realizar registros y detenciones y que los enfrentamientos a las puertas del campamento son frecuentes y violentos. La presencia militar intermitente en el campamento provoca estrés, miedo y ansiedad entre la población, especialmente en la infancia.
Realizamos 2 espectáculos, uno para niños y otro para niñas, en escuelas diferentes, y de nuevo la música de Kike, Bea, Rubén y Javi tornan el campo en un espacio de disfrute, donde no cabe el miedo ni el estrés. Solo vale reír y dejarse llevar.
LIBANO
UNICEF es nuestra contraparte y aunque están desbordados por la situación de los refugiados sirios en el Libano, han abierto un hueco para coordinar esta expedición junto con Payasos sin fronteras. Es tal el caos que existe en los campos de refugiados, que suman más de dos millones de sirios repartidos por todo el pais, lo cual dificulta la logística para llevar a cabo esta misión. La verdad es que este territorio es un puzzle de figuras que no encajan en el sentido más estricto de la palabra. Cristianos, Drusos, Chiítas, Suníes, Armenios... Hasta llegar a 18 religiones. Aquí la religión figura en tu carta de identidad y el nombre y apellido definen tu lugar de procedencia
Culturas que no encajan en nada, ni en la forma de rezar, ni de pensar, puede ser que lo único que compartan sea el hummus ,y determinados platos. Debido a la situación crítica que atraviesa Trípoli, reflejo de la guerra en Siria, que ha ido empeorando paulatinamente desde nuestra llegada al Líbano, Con todo el dolor de nuestro corazón, hemos tenido que cancelar las dos actuaciones previstas para hoy en el Handicap Center de Trípoli y EN el campo de refugiados palestinos de Beddawi porqué que no se podía garantizar la seguridad en nuestros desplazamientos. Afortunadamente teníamos un plan B y no nos quedamos de brazos cruzados. Volvimos a actuar en el centro de registro de refugiados de Beirut donde continúan llegando cientos de refugiados diariamente. Según las responsables del centro, podemos actuar allí cuantas veces queramos porque desgraciadamente nuestro “público” se renueva cada día.

Autor: artista de Payasos sin Fronteras
Tras esa actuación seguimos nuestra ruta, entre el horrible trafico de Beirut, hasta el campo de refugiados palestinos de Chatila. Los responsables del campo de refugiados nos dijo “Habéis conseguido algo que no habíamos visto nunca, especialmente ahora en estos tiempos tan difíciles, que es reunir en la misma plaza a Palestinos, Libaneses y Sirios con el lenguaje más universal que existe, que es la risa”.
CONTINUARÁ Y REIREMOS CON NARICES....
Estos grandes y humildes payasos, artistas voluntarios, se unen a Payasos Sin Fronteras en este maravilloso viaje, con el objetivo de buscar el juego una y otra vez, sorprenderse y sorprender. Buscan ser cuidadosamente locos con su público, miran a cada uno de los cientos de hermosos ojos de niños y niñas con la mayor honestidad que tienen.
Estan de viaje para hacer reír, nada más y nada menos. Y como ellos mismos dicen "para ofrecerles nuestro cariño con una visita que difícilmente estará a la altura humana de la bienvenida que ellos nos dan, estamos aquí para que sepan que alguien está pensando en ellos y que en Occidente no todo el mundo esta completamente ciego, sordo y mudo."
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