La ciudad de los niños (3)


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La ciudad de los niños (3)En los pasadas dos entradas de esta reseña de la ciudad de los niños dividida en tres hemos visto como Francesco Tonucci denuncia como las ciudad modernas están cada vez más al servicio de las necesidades económicas y menos respondiendo a las necesidades de una convivencia de calidad humana para sus habitantes siendo esto especialmente lacerante en el caso de los niños. Tonucci advierte de la soledad en la que el niño es recluido en las casas y propone que las ciudades adopten al niño como medida para aumentar la calidad humana en beneficio de todos los ciudadanos haciendo hincapié en la importancia de que los niños puedan jugar libremente en las calles. En esta entrada final veremos su propuestas concretas para avanzar en esa dirección.

Las propuestas de Tonucci para una ciudad de los niños están basadas en la experiencia concretas seguidas en la ciudad italiana de Fano desde 1991

La palabra a los niños. Nadie puede representar a los niños sin preocuparse de escucharlos y dejarles participar. Hacer hablar a los niños no significa que resuelvan los problemas de la ciudad , creados por nosotros; significa que por ejemplo arquitectos y urbanistas tengan en cuenta sus ideas y propuestas diseñando hoteles y restaurantes, hospitales o escuelas.

Que los niños puedan salir solos de casa para ir a jugar o al colegio, que puedan recorrer las calles, que tengan autonomía. Esto es una exigencia importante para el crecimiento, no solo social sino también cognitivo del niño. Es importante que los niños puedan vivir experiencias propias. Entre el cole, los deberes, las actividades extraescolares, la televisión o las videoconsolas cada vez queda menos tiempo para que los niños administren su tiempo libre al margen de los controles y las obligaciones dirigidas por los adultos.

Limitar la relación del coche y el ciudadano. El territorio de los niños en las ciudades está atravesado por el peligro de las carreteras y las avenidas llenas de coches. Las barreras físicas se convierten en mentales, limitan su desarrollo espacial y afectivo. Se impone limitar con diversas estrategias la ocupación y el ruido de la presencia masiva de coches en las ciudades.

Encontrar nuevos aliados de los niños. Antes los niños eran de todos en el sentido de que el vecindario cuidaba a los niños. Ahora esa solidaridad se ha perdido, los vecinos no se conocen, las distancias para estudiar o trabajar son largas. Para Tonucci vale la pena buscar nuevos aliados de los niños entre los que destaca a la policía municipal, a los ancianos o a los comerciantes.

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