Siete cosas que nadie te cuenta sobre viajar en furgoneta camper


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Cuando le preguntas a un furgonetero qué es lo que más le gusta de viajar con la casa a cuestas te dirá: la libertad, la improvisación, poder dormir en sitios preciosos, poder moverse a su aire o no depender de horarios de transporte público..sin duda viajar en camper en familia tiene sus ventajas.

Pero lo que no te suelen decir es que esta forma de viajar también tiene sus inconvenientes. Aunque para nosotros, los furgoneteros, esos inconvenientes son parte del atractivo.
Os vamos a confesar esas 7 cosas que nadie te ha contado de viajer en camper:

1. No hay baño ni ducha

La primera y quizá la que puede resultar un poco más incómoda para quien no esté acostumbrado es que las furgonetas camper no suelen tener baño ni ducha. El baño ocupa mucho espacio y es un lujo reservado para autocaravanas de mayor tamaño.

¿Os asusta? Tranquilos, hay soluciones para todo. Los ya iniciados sabemos que el campo es muy grande, que cuando visitas ciudades hay baños públicos, bares y cafeterías. Y, si no te acostumbras a eso, pues siempre puedes comprarte un wc portátil. El tema de la ducha quizá sea más complicado, pero al final acabas aprendiendo a lavarte el pelo con agua fría o a bañar a tu hijo con poco más de un litro de agua. Se trata de practicar.

Una ducha de agua fría. Es todo acostumbrarse.

Una ducha de agua fría. Es todo acostumbrarse.

 2. Nos falta espacio

Puede parecer que en una furgoneta cabe de todo y que nunca te va a faltar espacio, pero no es así en absoluto. No puedes cargar hasta los topes un vehículo en el que tienes que cocinar, comer, dormir, vestirte, moverte... para que la vida a bordo de tu casa rodante sea confortable debes llevar lo mínimo imprescindible.

Pero es cuestión de organizarse: cada objeto que metes debe tener una función (o varias) y debe ser lo más pequeño posible. Nos encanta todo lo que sea plegable y las cosas que se encajan dentro de otras (las cacerolas, por ejemplo). Además, las furgonetas suelen tener muchos bolsillos, cajones, armarios y rincones en los que organizar tus cosas.

Aunque parece que hay mucho espacio, todo tiene que ir medido al milímetro.

Aunque parece que hay mucho espacio, todo tiene que ir medido al milímetro.

3. Las sábanas huelen a chistorra

En las furgonetas todo está al alcance de tu mano: la cama, el volante, el cajón de la ropa y las ollas de cocinar. Eso supone que, a veces, ponerte un pantalón implica darte un cabezazo contra el techo, intentar coger un tenedor termina con un vaso de leche tirado por el suelo o las sábanas huelen a la chistorra de la cena del día anterior.

Aquí no te queda más remedio que ser muy ordenado para evitar en lo posible los accidentes domésticos… y tomártelo con humor cuando estos ocurran.

Hacerte la cena al lado de la cama a veces tiene sus riesgos.

Hacerte la cena al lado de la cama a veces tiene sus riesgos.

4. Nos sentimos perseguidos

Desgraciadamente hay ayuntamientos y comunidades autónomas que no acogen de buenas maneras a los furgoneteros o autocaravanistas. En algunos lugares aparecen señales que prohíben el estacionamiento de este tipo de vehículos e incluso hay alguna ciudad que llega a prohibir la mera circulación de autocaravanas por sus calles. Esta persecución no es legal, es discriminatoria y contradice a la Ley de Tráfico, pero está allí y a veces nos supone inconvenientes e incluso multas.

Pero, afortunadamente, cada vez son más los ayuntamientos que se dan cuenta de que el turismo itinerante es una forma más de turismo que genera ganancias a sus pueblos y ciudades y están empezando a construir áreas de autocaravanas. Confiamos en que las cosas vayan mejorando y nos vayamos pareciendo más a los franceses, que tienen áreas de autocaravanas por todas partes. Mientras tanto, lo mejor es evitar los lugares en los que nos persiguen y tratar de dormir en sitios apartados donde nadie nos moleste.

En lugares perdidos nadie te va a encontrar para multarte

En lugares perdidos nadie te va a encontrar para multarte

5. Dormimos en picaderos

A veces, sobre todo cuando viajas de noche y no tienes mucho tiempo para buscar un buen sitio para dormir, acabas durmiendo en descampados o aparcamientos que, si a ti te parecen estupendos para echar una cabezada, a las parejas de los alrededores les parecen estupendos para sus cosillas. Esos no molestan, van a lo suyo. Pero otras veces, esos mismos lugares son puntos de encuentro para hacer trompos con el coche, botellón… lo que te puede complicar un poco más la noche.

Para que esto no te pase, tienes que intentar buscar lugares lo más campestres posible, bien lejos de núcleos urbanos.

6. Sufrimos el frío

A nosotros, personalmente, nos encanta viajar en furgo durante la temporada de invierno: hay menos gente, menos tráfico, los precios son más bajos que otras épocas… Pero esto supone que te vas a chupar noches heladoras. La furgoneta no deja de ser un vehículo que nunca va a estar tan aislado como una casa.
Buenos edredones y mantas, ropa térmica, sábanas polares, calefacción estacionaria… Todo es bueno para poder sobrevivir a noches bajo cero. Si queréis saber cómo lo hacemos nosotros, leed nuestra entrada: "combatir el frío cuando viajas en furgoneta".

Hace frío, pero vale la pena en despertarse en lugares así.

Hace frío, pero vale la pena en despertarse en lugares así.

7. Sufrimos el calor

Si con el frío hay momentos críticos, con el calor no va a ser menos. Es más, según nuestra experiencia, controlar las altas temperaturas es bastante más difícil que sobrevivir al frío. En los días más calurosos del verano os podéis olvidar de dormir hasta tarde, porque en cuando el sol empieza a calentar la furgoneta, te comienzas a cocer. Una siesta a media tarde, cuando aprieta el sol, es misión imposible. Pero no solo es difícil dormir, también hay veces en que solo sobrevivir al calor sofocante es complicado. En la furgoneta hemos tenido momentos en los que no estábamos agusto en ningún sitio, y nos hemos dado cuenta de que eso nos ocurre invariablemente cuando hace mucho calor.

Nosotros tenemos un toldo en el lateral de la furgoneta para poder refugiarnos debajo, buscamos siempre sombras de árboles, dormimos con ventanas abiertas, buscamos lugares bien aireados y zonas de baño. Pero lo mejor que se puede hacer con el calor es evitarlo: ya decidimos hace años que no íbamos a viajar por el sur de España en verano. Nuestros destinos veraniegos suelen ser por el norte de España o de Europa, porque este inconveniente preferimos evitarlo.

La Naturaleza siempre ofrece buenas sombras.

La Naturaleza siempre ofrece buenas sombras.

Estas son, en nuestra opinión, las 7 cosas que nadie te ha contado de viajer en camper. Si no eres furgonetero y te estás planteando serlo, no te queremos desanimar.

Viajar en furgoneta es divertido, te da libertad y es la mejor forma de viajar que nos podemos imaginar. Pero es mejor que tengas en cuenta que nada es perfecto; a veces los entusiastas nos olvidamos de ello porque ya estamos acostumbrados a resolver todos los problemas que puedan surgir.

Max López

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