Llega el verano y aumentan los momentos para contar historias, para contar cuentos arropados por papá o mamá, en brazos del abuelo o entre amigos. Llega el verano y a los cuentos antes de ir a dormir se suman los cuentos de las aventuras de cada día, los que cada uno se escribe y recuerda.
Es un buen momento para buscar en una biblioteca o en una librería buenos cuentos para crecer, para aprender de la vida. ¿Por dónde empezar?
Conocí a la Asociación Arae, asociación sin ánimo de lucro que trabaja en el campo de la educación con especial atención en la formación permanente de maestros, en el Primer Encuentro de Familiasenruta y allí me cautivó el trabajo con cuentos y emociones. Cuando me enviaron información de la escuela de verano fue como un regalo para poder continuar con el viaje emocional y tener otra oportunidad para adentrarme y dar pasos para conocerme y seguir el viaje en familia con mayor conciencia.
La vida es como....
Un cuento. Los cuentos nos muestran metáforas de la vida. La metáfora se adentra en nuestro inconsciente, va directo al corazón, a nuestros anhelos, a nuestros deseos. Escuchar un cuento nos pone en contacto con nuestras emociones, permite nombrarlas, reconocerlas, normalizarlas... El cuento narra una vida,, una vida que se manifiesta a través nuestro, a través de las palabras de nuestra voz, de nuestro cuerpo ¿Quieres que te cuente un cuento?
Y esto significa para mi....
Que estoy viviendo mi propio cuento, mi propio relato, mi propia vida y que para contarla necesito confianza, en mi misma y para compartirla necesito seguridad y libertad.
La seguridad de estar en un grupo que sigue las consignas de no juicio, no comparación y no pretensión. Estas indicaciones fueron esenciales para permitirnos lanzarnos o entregarnos, cada una desde su lugar de fuerza, para encontrar (o no) un nuevo anclaje de fuerza. Sin obligación, con total libertad para sentir y hacer, ya que todo está bien.
Desde el enfoque sistémico y gestaltico y de la mano de Eva Martínez, de la asociación Arae y dos cuentacuentos: Mercé Escardó i Pep Durannos sumergimos en un espacio de confianza que nos permitió sentirnos libres de expresar emociones, si así lo deseábamos.
Y me hace sentir...
Despierta,nerviosa, triste, enojada, vergonzosa, alegre, rara,viva....
Eva de la Asociacion Arae lo afirma y nosotros lo compartimos: no entienden una formación sobre emociones sin emocionarse. No podemos acompañar las emociones de los niños si antes no reconocemos y aprendemos de las nuestras. En el taller y gracias al grupo aprendimos a reconocer algunos de nuestros monstruos, aprendimos que no podemos dar lo que no tenemos y aunque identificamos algunas debilidades sabemos que somos suficientes , que ya esta bien con lo que somos.
Como afirma la Asociacion Arae, vivir es aprender, y en nuestro viaje de la vida cada momento, cada instante, cada experiencia es un nuevo aprendizaje.
Gracias a todos, todas las que participamos en el taller por abrazar la vida.
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El conte: un vincle que alimenta cuidant l'ànima/Mercé Escardó i Bas
ESTRIS num: 186 juliol-agost 2012 pp7/9
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