- Espere, por favor...
"¿Ya tiene un año y medio y todavía no anda?. ¿Ya ha cumplido los dos y todavía no habla?. El mio con un año ya era tertuliano de radio". Seguro que esto os suena, ¿verdad?. Vivimos en una sociedad donde no hay tiempo que perder y parece que la competición hacia el éxito empieza desde el mismo nacimiento. Tendemos a comparar el estado de desarrollo de nuestros bebés sin darnos cuenta de que corremos el riesgo de ir demasiado deprisa a riesgo de saltarnos las etapas necesarias de un proceso que es diferente en cada niño.
De igual manera que cada niño es diferente sus etapas de desarrollo también lo son. La naturaleza es sabia y, al modo de una semilla, cada niño contiene ya en su interior todo lo necesario para crecer. Tan solo necesita amor y sentirse respetado siendo reconocido sus propios logros pues la motivación para superarse más grande y genuina de un bebé y del niño al que dará lugar será la suya propia.
Nuestros bebés no necesitan que les enseñemos el camino sino más bien que les dejemos trazar el suyo acompañándoles en el desarrollo autónomo y espontáneo de su instinto. Bajo la aparente torpe fragilidad de los movimientos bebé se esconde la ejecución de un plan prodigioso que ha necesitado para fraguarse miles de años de evolución de la especie humana.
Los escaparates rebosan de los más variados cachivaches de puericultura, pero casi todo es - nunca mejor dicho- accesorio. El movimiento libre basado en la actividad autónoma favorece en el niño el descubrimiento de sus propias capacidades, la utilización de sus propias adquisiciones, y el aprendizaje a partir de sus propios fracasos y logros. A nosotros nos corresponde asegurar las condiciones para una motricidad libre sin forzar el desarrollo inconcluso de cada etapa acelerando la siguiente.
Tales son los planteamientos de Emmi Pikler una pediatra húngara, que investigó sobre el papel del adulto y su intervención en el desarrollo motor del niño. En el año 1946 fue directora del célebre Instituto Loczy de Budapet un centro de niños que tenían que estar fuera de la familia y escribió su libro Moverse en libertad: desarrollo de la motricidad global. Si bien estas enseñanzas están centrados en las etapa tan temprana como decisiva de crecimiento de los 0 a los 3 años, sus principios generales son aplicables a todas las etapas de la infancia recogidos en su recomendable libro Moverse en libertad.
A continuación compartimos sobre el tema un artículo Marta Graugés, maestra, psicomotricista y directora del espacio de crecimiento y juego Gira-Sol de Girona, formada en este centro y miembro de la Associación Pikler Hengstemberg.
MOVERSE EN LIBERTAD
Emmi Pikler creó un sistema educativo basado en el respeto al niño y una actitud no intervencionista del adulto, que permite su desarrollo autónomo. Ella creía que se tenía que respetar el ritmo individual de cada individuo y asegurarle todas las posibilidades de tener iniciativas autónomas, de movimiento libre y de juego independiente. Velaba por la salud física y psíquica de los niños, teniendo en cuenta el movimiento , el aire libre y la alimentación. Actualmente se sigue este sistema al Instituto Loczy de Budapest y hay varias asociaciones en todo el mundo que lo promueven.
El movimiento es una necesidad vital del niño, la vida nos lleva a experimentar constantemente . Por el niño el primero a conocer es su cuerpo y a partir del movimiento irá descubriendo sus partes y las posibilidades de encontrar diferentes posturas y más tarde llegar a desplazarse.
Cuando respetamos su ritmo, sin anticiparnos, sin prisas, no esperando el siguiente paso, sino disfrutando de cada uno, el niño hace evolucionar sus movimientos. La genética permite a los niños hacer este proceso por ellos mismos. Son unos pasos que hacen todos los niños sean del país que sean -a no ser que tengan algún problema de salud- cuando confiamos en ellos y les
damos el espacio y el tiempo necesario.
Si nosotros interferimos haremos que se salten etapas, que pueden echar de menos en el transcurso de su crecimiento. A continuación podéis ver un esquema de la evolución de estos movimientos:
Variantes de rastreo:
El beneficio de respetar su evolución se nota en la armonía y seguridad de sus movimientos. Él
mismo llega a las diferentes posturas y esto le permite volver con seguridad, con un movimiento fluido, a la postura de antes. Todo el que ha aprendido está en su registro personal y lo puede encontrar siempre que lo necesite. Con el suyos movimientos irá conociendo su cuerpo (esquema corporal), sus límites y hará madurar su cerebro. Con sus desplazamientos ampliará el conocimiento del espacio y sus posibilidades.
En los primeros años, el pasar de estirado a la vertical es una de las tareas más
importantes por el niño. Le servirá por toda la vida. NO se puede dejar perder ESTA LIBERTAD
Hay situaciones en las que la posibilidad de movimiento del niño/a queda muy
reducida. El lugar donde lo colocamos lo obliga a adoptar una postura determinada,
sin dejarle explorar los movimientos tanto ricos que su cuerpo permite.
Si no se hace un uso adecuado, algunos limitadores son:
Cómo puede madurar la cadera del niño, cuando lo hacemos trabajar sin
estar preparado. ¿Enseñamos la velocidad antes de que la seguridad y después decimos que
tenemos niños movidos?
A menudo colocamos los niños desde su nacimiento, en cochecitos donde el movimiento se ve muy reducido. No puede estar estirado, sólo puede coger una posición y además va ligado, como si fuera de rally.
Muchas veces el lugar que los dejamos para moverse es una tumbona.
Los adultos de aquí utilizamos poco el tierra en nuestra vida, por lo tanto tampoco
dejamos disfrutar a los niños, y hay unos movimientos que sólo el suelo los permite.
Los suelos de gres, mosaico son fríos y poco adecuados.
Para conseguir que el niño disfrute del movimiento, necesitamos suelos cálidos,
con parqué o una alfombra que lo permitan girar y desplazarse, espacios seguros, donde no haya ningún peligro.
Habitualmente en nuestras habitaciones de niños hay demasiados objetos y estímulos.
Incluso los cochecitos tienen juguetes colgados. El niño primero necesita encontrar su cuerpo, encontrarse en él mismo. Cuando hay móviles, objetos por todas partes, pasa primero a conocer el fuera que no el más importante, él.
Las alfombras de juego llenas de estímulos auditivos, táctiles y visuales no le permiten
disfrutar del silencio y de su voz. Es difícil encontrar un solo objeto cuando todo está tan
lleno.
Si queremos dar espacios limpios donde el niño pueda ver los objetos que le interesan lo primero es procurar un ambiente de silencio donde el canto de los pájaro o una música relajante resultará preferible a todos los sonidos electrónicos.
Si el niño está sobre un colchón blando, el movimiento se ve muy reducido.
¿Es imprescindible tener a los niños ligados?. Cuánto los traemos en coche sí que hará falta, pero en casa todavía podemos hacer lo que nosotros creemos más conveniente con nuestros hijos. En Loczy nunca encontramos un niño ligado, siempre hay un espacio. (Por ejemplo, para comer tienen tronas bajas donde el niño puede entrar y salir, como la de la fotografía.
Familia, pediatra, gente con prisas, miedos, poco respeto. A un árbol nadie le dice el que tiene que hacer y él va creciendo cuando encuentra las condiciones necesarias y son mucho más altos y fuertes que nosotros. ¿Por qué mucha gente da consejos sobre el que tienen que hacer los niños, como lo tienen que hacer y cuando lo tienen que hacer si su organismo ya sabe el que necesita para crecer?. Contemplamos el universo y seamos amables y cuidadosos con la vida que
nos ha sido dada.
Porque un niño pueda moverse en libertad necesita un adulto que se lo permita, que esté presente, con una mirada respetuosa y limpia, que no se anticipe a sus movimientos, que acepte el que hay, que no compare y juzgue, que espere. Queremos un adulto que ponga en palabras las acciones del niño/a, un adulto que permita su autonomía con respeto, amor, mucha paciencia y confianza en el proceso del niños o niña.
Es muy importante la actitud del adulto en el momento de las atenciones cotidianas: en las curas, la comida, el baño. El adulto está al 100%, con toda su presencia, esta manera de estar, le permite conseguir una relación afectiva de calidad.
Es aquí donde se forja la seguridad que permitirá al niño explorar su entorno y sus
posibilidades a solas. Algunos elementos que lo ayudarán y que el adulto puede proporcionarle:
¿En qué momentos del día a día encontramos que nuestra mano da, recibe, pide ,
espera, acaricia, acompaña, apoya?, ¿ cuántas veces ofrecemos una mano dulce ? ¿y cuántas una mano brusca?. En Loczy tienen la norma. “Ni un grito, ni un movimiento brusco,”
¿Cuando estamos con los niños pedimos la colaboración, esperamos y buscamos la mirada?. En el centro Loczy cuando se habla a los niños se busca la mirada. No se pide al niño “mírame...” el adulto utiliza su flexibilidad para ir a encontrar la mirada del niño. Y si nosotros los miramos
Los niños también miran.
La voz del adulto debería envolver al niño, como el agua caliente. Una de las bases de porqué hay esta qualidad en el centro Loczy es porque existe la palabra. Las palabras nos ayudan a estar presentes en la situación. Todas las acciones que hace el adulto se explican y anticipan los hechos. Al hacer las acciones no hace falta nata por encima.
Algunas respuestas dadas por los educacores del Instituto Loczy a los comportamientos positivos de los niños: son palabras con los que la educadora hace saber al niño que se interesa por su actividad espontánea (un movimiento, un ruido, un sonido). En este caso la iniciativa del contacto es de la educadora. Ejemplo: " Juan , veo que has podido girar", "Andrea, estás haciendo un sonido muy bonito, me quieres decir algo?".
Las palabras que la educadora dirige al niño que le observa. El niño toma la iniciativa del contacto, llama la atención de la educadora: "veo que tienes hambre, cuando acabe con Rosa te daré de comer a ti", "Ahora llevo a Pedro a bañarse, veo que tú también tienes ganas de ir". Las palabras de la educadora en respuesta a un niño. La iniciativa del contacto es de los niños: emitiendo sonidos o palabras de dirigen a la educadora y ella les responde: "güe, güe (niño mirando un juguete), quieres que te acerque el juguete?, ahora te la traigo".
En el Instituto Loczy ver cambiar un pañal a un bebé y bañarlo es ver una danza. El niño se mueve y la educadora lo sigue cambiando con fluidez. Todo es flexibilidad. Siempre hay una señal que muestra al niño lo que sigue a continuación. Por ejemplo antes de enjabonarlo se le enseña la manopla y cuando el niño está preparado empezará. Antes de sacar al niño de la bañera se saca el tapón y se le enseña y se va preparando la salida del agua.
El agua de los rios siempre fluye si no encuentra impedimentos. La relación entre
el adulto y el niño también puede ser así. Nunca en un rio podemos poner dos veces la mano en la misma agua, tampoco los momentos con los niños se repiten dos veces. Estamos preparados para disfrutar del próximo encuentro con nuestros hijos?.
La naturaleza nos obsequia con este esplendor. Esta camelia es la flor que tengo en la entrada del espacio Gira-Sol. Este año me ha hecho este regalo, ahora que tengo ocho años que la tengo. ¿Cuanto he debido esperar para que me obsequiara con estas flores?. Del centro Loczy he aprendido esta paciencia y esta confianza en los niños. Mientras no salen las flores alguna cosa se está moviendo y es tan importante el proceso de inicio como el del medio como el del final. Disfrutemos de cada instante, en todo momento uno está en la mejor de las posibilidades.
Emmi Pikler decia: “Los niños que se desarrollan más lentamente que la media, no solo tienen el derecho a hacerlo sino que tienen sus razones, que se han de respetar". Siempre adelante con una mirada atenta, respetuosa y limpia. Gracias Emmi Pikler por darnos esta semilla tan valiosa en el campo de la infancia y de la educación, gracias a Ute Strub, a través de la cual conocí este trabajo y gracias a las personas que han cedido las imágenes para este artículo.
Marta Graugés Rovira.
Texto: Marta Graugés
Maestra y psicomotricista de Gira Sol
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Buenas tardes quería una información resumida acerca de emmi pikler que jugetes deben tener un jardin maternal