- Espere, por favor...
Educar en el feminismo, de Iria Marañon. (Plataforma Editorial, 2018). Este es un libro imprescindible, al menos para todos aquellos padres y madres preocupadas mínimamente por una educación en la que nuestras hijas e hijos tengan la oportunidad de sentirse libres para elegir qué tipo de feminidad y masculinidad quieren vivir, más allá de roles y estereotipos de género limitantes.
También es un libro indispensable en estos tiempos que corren, en los que los estudios recientes alarman socialmente sobre la creciente situación de violencia de control a la que están sometidas las adolescentes por parte de sus novios. La violencia lejos de disminuir parece que aumenta en futuras generaciones. Algo no estaremos haciendo bien; no son solo los medios, no es solo la escuela, las familias somos corresponsables de la educación, habrá que tomárselo en serio y ponernos manos a la obra para prevenir. Por eso “Educar en el feminismo” es un libro necesario.
En la primera parte del libro “Feminismo, sí, gracias”, Iria Marañón nos introduce en el feminismo, derribando las resistencias que nos impiden identificarnos con él, para darnos cuenta de que este representa la lucha por la igualdad entre ambos sexos y no una supuesta superioridad de las mujeres. Como bien explica la autora, feminismo se sigue considerando una palabra maldita, a pesar de que precisamente gracias a este movimiento se han conseguido derechos que las mujeres teníamos vetados históricamente.
Además de las interesantes nociones sobre el movimiento feminista, este libro aclara conceptos de la teoría de género que son básicos para entender el sentido y la necesidad de seguir reivindicando en pro de la igualdad, y no relajarnos pensando que ya está todo conseguido. También encontraremos referencias de mujeres feministas destacadas que se citan a lo largo del libro.
Haciéndonos cómplices de la necesidad de coeducar para prevenir, en Educar en el feminismo, Iría Marañon nos muestra el estado de la situación actual en una sociedad en la que todavía imperan las desigualdades: empezando por los estereotipos de género, el tema de los juegos y juguetes sexistas, o el hecho de que las niñas se sienten menos inteligentes que los niños y que al final no elijan determinados estudios que son los de más reconocimiento profesional, como ocupan los varones el espacio, invisibilización de las mujeres, techo de cristal, trabajo invisible en el hogar, feminización de la pobreza, injusticia que se comenten contra las mujeres o algunos de los diversos tipos de violencia que sufrimos las mujeres (agresiones sexuales, violencia machista, violencia obstetricia.…) y todo un amplio y rico análisis de actualidad basado en las evidencias que impone la realidad.
La autora de este interesante libro comparte sus anécdotas y reflexiones sobre estas y otras manifestaciones del sexismo, no únicamente a partir de su experiencia personal vista a través de las “gafas violetas”, como se dice metafóricamente cuando tomamos conciencia de las desigualdades, todo el libro está documentado con datos de ensayos y estudios desde la perspectiva de género que se han hecho en la práctica, y que nos hacen cuestionar si realmente la elección entre “cosas de niños” y “cosas de niñas” es tan natural como algunas personas piensan.
En la 2ª parte el libro se centra en la "Coeducación", titulando “Ni las niñas son de Venus ni los niños son de Marte” destierra el mito que se ha construido a partir del conocido best seller, en alusión a los estereotipos de género como rasgos característicos femeninos y masculinos innatos, o por naturaleza. Iria Marañon aclara el concepto de coeducación más allá de la educación mixta, y habla sobre las masculinidades y las feminidades para huir de estereotipos de género y aprender a educar en la diversidad. Como dice la autora, no podremos saber qué peso tiene el componente biológico en la identidad de género hasta que no eduquemos de manera igualitaria.
Reflexiones, consejos y actividades prácticas basadas en su experiencia, salpican esta segunda parte, a modo de tablas de Apuntes que vienen fenomenal para acompañarnos en este reto de contribuir a la coeducación desde la familia. Como estrategias para educar en el feminismo, Iria Marañon también propone pautas sobre educación emocional, técnicas de negociación y resolución de conflictos para que niñas y niños jamás recurran a la violencia durante episodios de ira, enfado o desacuerdos.
Chicas y chicos tienen que aprender que la violencia no resuelve los conflictos y evitar que los niños asuman la violencia como un juego, ya que estos juegos perpetúan muchas actitudes en el futro que son muy perjudiciales, como violencia machista, donde el hombre resuelve su frustración como violencia y la mujer asume que es normal.
La autora ofrece en las páginas del libro sabias y preciadas estrategias para empoderar a las niñas más allá del estereotipo de princesa delicada y entregada a los demás, y también para que los niños respondan a modelos de masculinidad de hombres afectivos, generosos, involucrados en el hogar y en los cuidados. Vamos, que como sentencia Iria Marañon en los subtítulos, “calladita NO está más guapa” y “los chicos sí lloran y NO tienen que pelear”.
La 3ª y última parte del libro se aborda el tema indispensable de las "Relaciones entre chicas y chicos", haciéndonos tomar conciencia del sorprendente neomachismo que impera entre los y las adolescentes. Explicando claramente la relación entre la violencia de género y los mitos del amor romántico que consumen a través de los medios, la música, el cine, youtube… Es necesario que despertemos a chicas y chicos de ese espejismo que les lleva a establecer relaciones tóxicas, de dominio y control por parte de los chicos.
Interesantísimo el análisis del libro sobre las diferentes referencias que chicas y chicos tienen durante la infancia y la adolescencia, y que van a desembocar en ideas muy diferentes del amor y el sexo y de las relaciones de pareja. Por eso es tan importante educarles en una idea del amor al margen de mitos románticos y abordar la educación sexual afrontando la afectividad y el placer, con libertad, pero donde cada cual decide sus límites y estos se tienen que respetar. También nos da pautas para prevenir el abuso sexual educando desde la infancia para que tengan claro que su cuerpo les pertenece.
En definitiva este un libro que se lee muy bien, no solo porque nos da respuestas a cosas que nos preocupan, también porque la autora usa un lenguaje muy fluido, nos habla de situaciones cotidianas basadas en su propia experiencia, la de sus amistades y en la observación de las personas de su entorno, haciendo que nos identifiquemos con lo que nos cuenta de manera amena y esclarecedora.
Leyendo este libro, me queda claro que Educar a niños y niñas en el feminismo es enseñarles a ser más libres, al tiempo que tengan respeto por las demás personas.
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