- Espere, por favor...
Lluna, nuestra hija de tres años, se chupa el dedo pulgar, sobretodo para ir a dormir, cuando está cansada, enfermita o aburrida. ¿Que le está pasando a Lluna? ¿Ha tenido que adaptarse a demasiados cambios en los últimos tiempos? ¿Somos los padres, familia, amigos quienes reforzamos el hábito sin querer? ¿ Abandonará Lluna el hábito como parte de su proceso de maduración ya que irá aprendiendo medios de autoconsuelo y relajación más apropiados para la edad?
Quizás solo son preguntas pero a menudo hay quien tiene respuestas rápidas y escuchamos como la gente, vecinos, pediatras, familia se fija y le enjuician o la ridiculizan diciendole que “eso no se hace” , “tan grande y chupándote el dedo” “eso es de bebés” “se te van a estropear los dientes y el dedo”. La presión social es fuerte y puede llevarnos por su corriente si no somos conscientes. Lluna empezó a chuparselo casi después del destete, que fué como a los dos años. Ahora Lluna está a punto de cumplir cuatro.
A menudo recomiendan el chupete para evitar que los bebés se chupen el dedo. “Es más fácil quitarle el chupete que el dedo”, argumentan. Nosotros durante nuestro viaje por América nos hemos encontrado que el chupete, ese un objeto consolador, es poco utilizado entre la población local y sobretodo indígena, está más asociado a la cultura urbana, o de “progreso”. Lo que coincide en casi todos los lugares es la visión negativa de chuparse el dedo.
En Nicaragua, por ejemplo, nos explicaban que colocaban un calcetín a los bebés para evitar que se chuparan los dedos ya que esa costumbre estaba mal vista y asociada a la caída del cabello de la mamá lactante.
En China al parecer, como en muchos otros lugares, no se usan chupetes y está mal visto chuparse el dedo.
En el León Dormido de Ecuador nada menos que Mauricio Wild comentaba que gracias a la succión del dedo pulgar contra el paladar el niño podía encontrar equilibrio ante experiencias no adecuadas. Vaya y yo estaba preocupada y ahora es un método de desahogo válido y no tan nocivo como algunos dicen.
Así pues parece que chuparse el dedo es una costumbre endemoniada, un hábito rechazado, criticado, señalado y al mismo tiempo un hábito normal e incluso para algunos sano.
Visto lo visto, pensamos que en realidad, chuparse el dedo no es malo en lo absoluto, simplemente es una reacción a diversas circunstancias. Muchos niños suelen dejar de chuparse el dedo conforme van madurando.
Por qué se chupa el dedo?:
Como es habitual no hay una respuesta clarificadora. La interpretación psicológica es variada y depende de las escuelas o tendencias. A contiuación expongo algunas que he encontrado:
Los bebés tienen un deseo natural de chuparse el dedo que comienza antes incluso de nacer, en el útero materno. El mismo reflejo de succión (el llamado reflejo Babkin) que permite al lactante alimentarse del pecho de su madre es el que le lleva a chupar casi cualquier cosa que se aproxime a su boca. Los bebés exploran el mundo que les rodea a través del chupeteo y este instinto primario les ayuda a sentirse seguros, arropados y felices.
Efectos negativos de chuparse el dedo:
Existe discrepancia entre la edad máxima a partir de la cual chuparse el dedo puede ser un problema; unos dicen que hasta los 2 años es normal, otros que hasta los 4 e incluso he leido que hasta los 6 u 8 años da ternura verlos chupándose el dedo.
La opción que tomo como referencia es siguiendo los estudios de la American Dental Association. Ésta ha concluido que un niño probablemente puede chuparse el dedo hasta los 4 ó 5 años sin afectarle los dientes o la quijada. Además todo es cuestión de grado, de la intensidad y frecuencia. Dicho lo anterior os dejo con algunas posibles consecuencias negativas:
Terrorífico listado de acciones para eliminar el hábito de chuparse el dedo:
Nos han contado, incluso alguno se atrevió a recomendarnos, técnicas que no quitan el hábito de chuparse el dedo pero si quitan el sueño. Las siguientes técnicas generalmente no son útiles y pueden prolongar el hábito de chupar dedo, porque el niño las interpreta como un castigo.
1- Dispositivos dentales: En general esta es una barra colocada en la parte superior de la boca que sirve de recordatorio.
2- Vendas elásticas o cabestrillos: Se colocan alrededor del codo para que el niño no lo pueda doblar, pero causan molestias. También pueden dejarle el brazo azul, inflamado y adormecido temporalmente a la mañana siguiente.
3-Frotar los dedos de sus hijos en sabores fuertes y desagradables como son el de la pimienta, el ajo,chile,....
4- Amenazar con castigos, y vigilar a su hijo y dar un cachete en su mano cuando este se mete los dedos a la boca.
¿Qué podemos hacer?
Me gustó mucho encontrar esta opción que me ayuda a revisarme: Se requiere de paciencia, no le prestes demasiada atención insistiendo a cada rato, mas bien obsérvate como padre o madre pues muchas de las actitudes adultas son las que a veces provocan este tipo de reacciones en los pequeños, la crítica, la autoridad inflexible, el castigo “por ser malo”, son fuertes influencias para fijar este hábito.
A continuación algunas opciones más:
Y por si quedan ganas de continuar pensando vale la pena revisar los 10 mitos sobre chuparse el dedo.
+ info:
http://saludnatural.biomanantial.com/chuparse-el-dedo-cuando-el-habito-llega-a-la-adolescencia/
http://www.cpnonline.org/CRS/CRS/pa_thumbsuc_spg.htm
http://www.solohijos.com/html/articulo.php?idart=273
http://entribu.wordpress.com/2010/04/25/crianza-en-otras-culturas-china/
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