- Espere, por favor...
Como probablemente todos los que los que han experimentado ya saben la emoción de ver animales en un zoo no tiene nada que ver con la que se siente cuando se los avista en libertad en su propio medio. Eso sin entrar en el debate que dejamos para otro momento de si los animales deberían estar encerrados en un parque y ser exhibidos para el disfrute de los humanos.
La península Ibérica cuenta con una rica biodiversidad, que incluye especies animales tan atractivas como osos, lobos o delfines. Sin embargo, cuando nos proponemos observar la naturaleza con la familia (o incluso solos), en un principio, no se trata tanto de elegir especies espectaculares como de aprender a mirar y disfrutar cada pequeña porción del entorno natural en el que estamos.
Un espacio natural que tengamos cerca puede estar repleto de vida, que cambia con el paso de las estaciones, en distintos momentos del día. Allí, puede haber pequeños animales (aves, mamíferos, reptiles, o insectos) dignos de ser observados y que nos pueden aportar enseñanzas e instantes maravillosos. Detenerse, sorprenderse y admirarse frente a una oruga o un petirrojo es un ejercicio realmente saludable, que, con el tiempo, puede ser aplicado a cualquier otro aspecto de la vida, también a la búsqueda de 'grandes' animales.
Así pues, la idea es primero aprender a mirar lo que la naturaleza más cercana, más cotidiana, nos ofrece. Después, podemos planificar salidas y viajes a lugares más lejanos, intentando encontrar alguna especie animal típica del lugar, que, por un motivo u otro, nos atraiga.
La planificación del viaje y de la búsqueda ya es de por sí una auténtica aventura. Es importante elegir la mejor época del año para observar la fauna elegida, conociendo de antemano las costumbres y la situación de los animales en cuestión.
Aun así, es importante que los niños sepan que puede no ser fácil dar con el animal o que, incluso, podemos llegar a no verlo. De hecho, esta idea da emoción a la búsqueda y está muy ligada al concepto de que vamos a intentar observar animales en libertad, en su hábitat natural, donde viven según corresponde a su especie. Algo que, por supuesto, no ocurre en lugares como los zoológicos o determinados parques donde los animales viven encerrados y sin libertad de movimientos.
Si no llegamos a ver el animal que nos habíamos propuesto, tenemos que valorar todo lo que hemos encontrado por el camino: otra fauna, flora, elementos del paisaje.
La edad de los más pequeños determinará muchas cosas: la ruta que vamos a hacer y también los horarios de observación. Y esto, claro está, es un condicionante para ver determinados tipos de animales (por ejemplo, puede ser complicado observar lobos con niños muy pequeños, pero en el mismo entorno puede ser más fácil ver gatos monteses).
· Es fundamental plantearnos distancias asumibles para los más pequeños para que la salida no se convierta en una tortura.
· También tenemos que tener en cuenta que la mejor hora para observar muchos animales en estado salvaje es al amanecer y al anochecer. Esto significa, por ejemplo, que para estar en determinado lugar cuando sale el sol se tiene que madrugar mucho, algo que, a veces, con niños muy pequeños no es posible.
· Además, para ver algunos animales hace falta pasar muchas horas de espera, quietos y silenciosos en el mismo lugar. Algo que los más pequeños no siempre pueden cumplir.
· En el mismo sentido, debemos tener en cuenta la meteorología: muchas horas de exposición solar o de estar a la intemperie con determinado tiempo puede ser un inconveniente a según qué edades.
Podemos involucrar a los niños y niñas en la preparación del material para la salida (con mayor responsabilidad a mayor edad):
- Ropa, calzado y protección adecuada según el terreno y el tiempo (sol, lluvia, insectos...). Aquí podemos introducir un concepto como el mimetismo: la conveniencia de llevar ropa de colores afines al entorno por el que paseamos para pasar más desapercibidos.
- Material para la observación: hide (o escondite) si es necesario, prismáticos, cámara de fotos, lupas.
- Cuaderno y lápices: nos servirán para tomar notas, hacer dibujos de lo que observamos, y también para entretener a los más pequeños en durante las largas esperas.
- El avituallamiento necesario (comida y agua) para cubrir todas las horas que estemos fuera (intentando minimizar los residuos, que siempre llevaremos con nosotros).
- Información sobre el lugar y los animales que queremos observar: guías de campo, datos recabados en internet por los propios niños.
Como decíamos, es importante partir con una información y un plan claro: qué queremos observar, dónde es el mejor lugar para hacerlo, qué ruta debemos seguir, qué horarios debemos tener en cuenta. Aunque vale la pena estar abiertos y adaptarnos a las situaciones inesperadas que vayan surgiendo: cambio de tiempo, aparición de una fauna distinta a la que queríamos ver.
También es necesario tener en cuenta algunas pautas a la hora de observar a los animales:
- El silencio y la atención a todo lo que nos rodea es fundamental para la observación
- Nunca debemos molestar a los animales ni interferir en su vida, manteniendo siempre una distancia prudencial
- No debemos alterar el medio natural por el que nos movemos
Si queremos observar animales más difíciles de localizar, siempre podemos acudir a entidades especializadas que ofrecen salidas naturalísticas respetando al máximo el animal y el entorno donde vive.
La primavera es un buen momento para observar la vida salvaje despertándose en muchos rincones de la península Ibérica. Tanto en la cornisa cantábrica (Asturias y Cantabria) como en el Pirineo, el oso pardo despierta de su hibernación. Las hembras aparecen con sus cachorros buscando comida. Para observar a esta especie emblemática de la península Ibérica, se puede acudir a especialistas en el rastreo y el avistamiento de osos.
En el Parque Natural de Somiedo (Asturias) y otros lugares, la empresa Wildwatching organiza talleres, escapadas, tours y viajes para ver osos pardos cantábricos y otro tipo de fauna. Para más información sobre el oso pardo cantábrico, también puede contactarse con la Fundación Oso Pardo (FOP), que tiene varios proyectos divulgativos sobre el animal y organiza visitas escolares.
Por otra parte los Campamentos Oso Pardo están dirigidos tanto para niños como para mayores de edad, en colaboración con la asociación FAPAS y dedicados íntegramente a conocer y disfrutar de la naturaleza asturiana. Con un máximo de 20 personas incluyen itinerarios por bosques, cumbres, ríos para conocer la biología del oso pardo y el lobo con diversas actividades al aire libre; amaneceres, anocheceres, vivac, canoas. El alojamiento es en el Albergue La Vega del Hórreo.
Durante los meses de primavera, como en otros humedales de la Península, gran cantidad de aves llegan al Parque Natural de la Albufera de Valencia con el objetivo de construir sus nidos. Durante esta época, al atardecer, pueden observarse numerosas bandadas de gaviotas y charranes llegando al litoral.
Otros lugares privilegiados donde observarlos en la Península Ibérica son los humedales del Parc Natural del El Delta del Ebre. En primavera y verano, en esta zona de la provincia de Tarragona, nidifican abundantes aves acuáticas como garza imperial o la gaceta grande. Como plan familiar perfecto este parque es muy recomendable hacer rutas con bicicleta.
Con el mismo objetivo se puede visitar el Parque Nacional de Doñana, donde en primavera y verano llegan cigüeñas, garzas y golondrinas procedentes de África. En otoño e invierno, pueden observarse gran cantidad de aves acuáticas procedentes de Europa.
La nutria, que necesita agua realmente limpia para vivir, es más fácil de observar durante la primavera y el otoño. Con mucha paciencia y atención, pueden verse nutrias en las Islas Cíes (Vigo), que forman parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia, donde existen varias rutas para poder hacer en familia.
La nutria también está presente los ríos Miño y el Río Tea (Galicia), y los ríos Piloña y Sella (Asturias). Con el objetivo de ver nutrias u otra de la fauna asturiana , podemos planear distintas rutas de trekking sin demasiada dificultad, aptas para toda la familia.
En Cataluña también podemos seguir el rastro de la nutria en ríos como el Fluvià allí donde confluye con el río Ser. Muy cerca, entidades como la Escola de Natura de Banyoles organizan salidas naturalísticas para familias por el Lago de Banyoles para aprender a identificar los rastros de las nutrias. Más información sobre programas de conservación del Estany de Banyoles (en catalán) y su entorno a través de la web de Limnos.
El quebrantahuesos es un ave única: una rapaz que se alimenta de huesos, lanzándolos desde grandes alturas para romperlos en pedazos más pequeños. Tiene un plumaje vistoso que lo distingue de sus parientes los buitres. Cuando las nieves empiezan a fundirse y el día se alarga, es una buena época para salir a observarlos.
En Panzano (Sierra de Guara) se encuentra uno de los mejores lugares para ver buitres, quebrantahuesos y también milanos. Se trata del muladar de “La Pedriza”, al que acuden cientos de rapaces atraídas por la comida que les aporta el Fondo Amigos del Buitre. Muy cerca, en Santa Cecilia de Panzano se encuentra una pequeña joya como es el Museo del Buitre perfecto corolario de la jornada de avistamiento.
Un buen lugar para hacerlo es el sendero de los miradores de Revilla, en las Gargantas de Escuaín, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. En esta zona, hay numerosas entidades que organizan rutas con familias, como, por ejemplo, Miradores de Ordesa.
Otro lugar para ver quebrantahuesos, y también buitres negros y leonados es el Pirineo de Lleida, en Buseu, donde el naturalista Jordi Canut gestiona un muladar, un refugio y un hide para observar estos animales: Buseu Project
También en la provincia de Lleida, en la cara norte de la sierra del Cadí, existe una ruta al Turó del Galliner (desde Vilanova de Banat), donde está el 'Mirador de las rapinyaires' (Mirador de las rapaces). Desde allí, pueden observarse rapaces migratorias como el gavilán, el águila culebrera o el milano negro. La empresa de ecoturismo Aubèrria, especializada en turismo ornitológico, organiza excursiones a este punto y otros lugares para observar fauna.
A principios de la primavera, es un buen momento para observar rapaces como el águila imperial, el águila real, el águila culebrera y el águila calzada en el Parque Nacional de Monfragüe (Extremadura). Este lugar, además, es hogar de buitres y otras aves y de mamíferos tan entrañables como la nutria. La entidad sin ánimo de lucro SEO/BirdLife organiza excursiones en Montfragüe y otros enclaves naturales con el fin de observar de cerca aves y otra fauna .
El verano es la estación ideal para organizar salidas al campo, tanto por la meteorología como porque algunos animales se dejan ver con sus crías. Ahora bien, las altas temperaturas hacen que los mejores momentos para realizar las observaciones sean siempre en los extremos del día.
En la Montaña de Riaño (León), puede intentarse la observación de lobos. No obstante, este animal es esquivo por naturaleza y es casi imposible dar con él sin la ayuda de un naturalista que conozca la zona y las costumbres de cada manada. En esta área de León, Wildwatching se encarga de realizar salidas con este fin. En la Sierra de la Culebra (Zamora), encontramos organizaciones como Llobu dedicada a actividades educativas entorno al lobo.
Sorprende la cantidad de planes que pueden hacerse con niños en esta zona del norte de Zamora, una de las regiones más despobladas de España .Sin embargo tal vez o más emocionante en esta tierra que ofrece la mayor concentración de lobos de Europa sea salir al encuentro de todos los miedos ancestrales que nos han inculcado sobre estas bellas criaturas con las que todavía hoy nos seguimos ensañando.
En el Centro del lobo ibérico de Castilla y León. (Puebla de Sanabria, Robledo) es un centro especializado en la investigación y protección del lobo ibérico. Comenzaréis con una visita guiada de una visita total de 3 horas que incluye una exposición que os preparará para lo que viene. En ella conoceréis todo sobre el lobo, su naturaleza, su historia y su situación actual. Su ancestral relación con el hombre, los peligros a los que se enfrenta en nuestro días y la forma de preservarlo de ellos. La visita continúa con una caminata y acaba en un observatorio en el que podréis observar de cerca a los lobos en situación de semi-libertad.
En Lobisome son naturalistas apasionados en la Sierra de la Culebra. Con ellos y tus hijos más grandecitos podréis salir a para observar lobos en su habitad desde estratégicos puntos en horas crepusculares siempre acompañados de sus expertos guías. No será fácil, deberéis tener paciencia y nada asegura el éxito de la misión con esta esquiva especie pero seguro que de cualquier manera la experiencia resulta inolvidable.
El área donde vive el lince ibérico es especialmente calurosa durante el verano. Aun así, si aprovechamos los extremos del día, puede ser la época ideal para observar linces ibéricos en el Parque Natural de la Sierra de Andújar (Jaén). Tratándose de un animal tan escaso y esquivo, en este caso, es recomendable contactar con alguien que nos ayude a hacer un seguimiento de este como, por ejemplo, Turismo verde, guías de naturaleza.
Wildwatching ofrece la posibilidad de realizar rutas privadas en la finca de Puertobajo de Cereceda, también en la sierra de Andújar, donde, además del lince, se pueden observar el águila imperial y el águila real entre otras rapaces.
El otro único lugar donde se puede observar el lince es en el Parque Nacional de Doñana, donde ofrecen visitas naturalísticas de diferente formato y visitas combinadas donde se puede montar en caballo o hacer recorridos en 4x4.
La observación de cetáceos en las Islas Canarias, y sobre todo en Tenerife, se ha convertido en una gran atracción turística. Existen diversas empresas que se dedican a esta actividad (deben disponer de un certificado, la bandera 'Barco Azul', para poder operar garantizando el máximo de respeto a los animales, así como al medio marino). Podemos consultar las servicios que operan ofreciendo avistamiento de cetáceos en la Costa de Adeje, al sur de Tenerife.
En el Alentejo de Portugal desde el puerto de Troia Vertigem Azul opera en las aguas que transitan entre el mar y el estuario para avistar delfines en libertad con un porcentaje asegurado de un 95% de posibilidades de éxito (toda una familia extensa de 27 delfines viven regularmente en unas aguas declaradas parque natural terrestre- marítimo) y de la manera más respetuosa. La excursión dura unas tres horas durante las cuales no es infrecuente pararse a conversar con los pescadores de la zona o darse cuando el tiempo lo pide algún chapuzón en alta mar usando el catamarán como trampolín.
Otro lugar absolutamente privilegiado para avistar toda clase de cetáceos son las aguas del Estrecho del Gibraltar entre Cádiz y hasta Málaga confluencia de dos mares con un abundante plancton que atrae a un gran número de manadas. Dos unas fuentes para organizar nuestra expedición es la Fundación Firmm o Wale Wach Tarifa
En otoño, la naturaleza se prepara para un largo período de letargo. Es una buena ocasión para observar a los animales preparándose para la hibernación, como en el caso del oso pardo. Pero también es un buen momento para ver a las aves migratorias que vienen a pasar el invierno a aquí desde el norte de Europa o que paran en la Península en su camino hacia el sur. Los bosques también se llenan con la berrea de los ciervos, un reclamo animal para aparearse.
Fundada en el año 2008 la Fundación Projecte Miranda se instaló en el Pla de l’Orri, en Alt Berguedà en unos terrenos de media montaña donde viven 30 caballos en libertad además de algunos ponis y burros sin olvidar algunos corderitos, perros, gatos y alguna que otra gallina.
Muchos de los caballos, muchos fueron rescatados de unas condiciones de vida penosas, (maltratos o apunto de ser sacrificados). De regreso a su medio natural y en contacto con el grupo ha recuperado su salud y buena parte de su espléndida forma.
Si queréis vivir en familia la experiencia de convivir con estos nobles animales respirando aire fresco entre paisajes de gran pureza natural la Fundació Projecte Miranda ofrece campamentos para niños, adolescentes y familias durante todo el año.
En La Reserva Natural de la Laguna de Gallocanta (Aragón), que alberga una laguna de agua salada, recibe miles de grullas que se convierten en todo un espectáculo visual y sonoro cuando cae la tarde. Aunque se puede llegar a la laguna y hacer la observación sin necesidad de guía, también puede contactarse con empresas dedicadas al turismo ornitológico para sacar más partido a nuestras observaciones como, por ejemplo, Allucant
También es buena época para visitar humedales donde los flamencos hacen parada en su camino a África o simplemente se quedan a pasar el invierno: en el Parque Natural dels Aiguamolls de l'Empordà, en el Parque Natural del Delta de l'Ebre (Tarragona) o en las marismas del Parque Nacional de Doñana (Andalucía).
A finales de septiembre, los ciervos comienzan su ceremonia para aparearse. Los machos libran espectaculares batallas y berrean, sobre todo durante el amanecer y el atardecer, para atraer al mayor número de hembras. Este sonido intenso envuelve el bosque hasta el mes de octubre. Uno de los lugares donde se puede asistir a este espectáculo de apareamiento es el Parque Nacional de Cabañeros (Castilla-La Mancha). Tienes más información para organizar tu estancia en Visita Cabañeros
En otoño, entre octubre y diciembre, también se aparea las cabras montesas, símbolo de lugares como el Parque Regional de la Sierra de Gredos (Castilla-León) (). Otro buen lugar para observarla es en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama (Madrid).
En Cataluña, pueden observarse cabras montesas en lugares tan bellos y emblemáticos como el macizo de Montserrat, en la provincia de Barcelona. En el Parque Natural de la Muntanya de Montserrat se pueden realizar actividades como el senderismo y la escalada.
En la provincia de Tarragona, está el Parque Natural dels Ports, donde, además de la cabra montesa, pueden observarse rapaces como el águila calzada. Allí, diversas empresas de ecoturismo ofrecen actividades en la naturaleza, algunas, como Les Roques Natura, ofrecen rutas con bicicleta eléctrica.
En invierno, cuando la naturaleza parece aletargada, se pueden observar animales que habitualmente viven en las cumbres de las altas montañas y ahora se desplazan a zonas más bajas en busca de comida, como, por ejemplo, los sarrios o las cabras montesas. La nieve crea espectáculos paisajísticos y también hace que algunas especies adopten su color para pasar desapercibidas ante sus presas.
En lugares de alta montaña como Andorra, se puede intentar localizar la perdiz nival o lagópodo alpino, que, en invierno, luce un plumaje blanco como la nieve. Para verla, deben seguirse rutas que piden un poco de entrenamiento y buena forma, y quizás estén reservadas a los niños mayores o más habituados a este tipo de actividades. También existen empresas dedicadas a organizar salidas para poder seguir el rastro de estas aves como Pirenalia.
Los sarrios o rebecos son habituales de las cumbres alpinas. En invierno, cuando lucen un pelaje más denso y oscuro, suelen bajar a los límites de los bosques buscando comida. Es decir, no se tiene que subir tan alto para poderlos ver, aunque las condiciones del terreno y el tiempo pueden hacer que las excursiones para verlos sean también más duras.
En el Pirineo catalán encontramos sarrios en lugares como el Parc Natural del Cadí-Moixeró (Barcelona), y en muchos enclaves del Pirineo como en el Parque Natural de les Capçaleres del Ter i del Fresser en el norte de la comarca del Ripollés (Girona) donde el Centre d'Educació Ambiental Alt Ter organiza frecuente salidas para observar tanto rebecos como otros elementos de interés natural.
En el Pre-pirineo en el pueblo de Castellar de n'Hug (Barcelona), está La Closa, donde ofrecen excursiones guiadas y actividades de montaña por esta zona para ver animales como sarrios, marmotas, ciervos o buitres durante distintas épocas del año.
Para los que quieran evitar las condiciones duras del invierno, en el Valle de Enclar, en Andorra, se organizan rutas fuera de los meses hibernales: entre junio y octubre, en las que se pueden ver sarrios. La cordillera Cantábrica, por ejemplo, el Parque Nacional de los Picos de Europa, también es un buen lugar para observarlos.
Texto: Meritxell Margarit
Nos gustaría completar y actualizar esta guía. Seguro que nos hemos dejado unas cuantas propuestas que merecen estar aquí. ¿Tienes alguna sugerencia? Por favor hazla continuación vía comentarios
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