- Espere, por favor...
Dicen sobre ella que es infinita y no les falta razón. Esta pequeña comunidad autónoma del norte español donde se combina el mar y la montaña como en pocos destinos, se encuentra salpicado de bellos pueblos y conserva una naturaleza mágica y divertida que invita a ser explorada.
Cantabria con niños ofrece grandes posibilidades para disfrutar de múltiples rutas por sus paisajes cambiantes, hermosas playas y rincones paradisiacos, cuevas prehistóricas, valles pasiegos y altas montañas además de ofrecer un rico patrimonio cultural acompañado de una deliciosa gastronomía que hará las delicias de grandes y pequeños viajeros.
Nuestros campamentos la Anjana y sus amigos son una propuesta de vacaciones en familia en Cantabria, un destino ideal para huir de la calor en verano.
Este campamento para todas las edades se celebra cada Semana Santa y verano. Cargado de propuestas de actividades y mucha imaginación transcurre entre mar y montaña, entre los paisajes del Parque Natural de las marismas de Santoña, Victoria y Joyel uno de los rincones más bellos de la costa cántabra.
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COSAS QUE VER Y HACER EN CANTABRIA CON NIÑOS
Es la atracción turística más visitada de Cantabria con niños. El Parque de Cabárceno, constituye un peculiar paisaje que alberga más de cien especies diferentes de animales procedentes de los cinco continentes
Muy diferente de la idea del típico zoo. La gran extensión y orografía que ocupa este parque faunístico único en la península ibérica permite que los animales puedan vivir en régimen de semi-libertad.
La visita toma una intensa mañana o incluso toda una jornada. Se puede realizar en coche particular o bicicleta a través de los más de 20 kilómetros de pistas que atraviesan el parque y los aparcamientos habilitados para contemplar las especies.
Los animales también se pueden observar desde el aire gracias a las telecabinas que sobrevuelan algunos recintos.
Aforo limitado, conviene reservar 👉👉 entrada Parque Cabárceno
El subsuelo de Cantabria es como un queso gruyere, algo que bien sabían nuestros antepasados. La historia de la Humanidad está dibujada en las paredes y techos de sus cuevas donde pueden observarse una enorme variedad de animales y manos, ya sean pintados o grabados.
La Cueva del Soplao es, además de un centro cultural y de conciertos, una de las maravillas geológicas Cántabras. Antigua fábrica minera hoy se pude disfrutar como atracción turística y recorrer sus distintas galerías con un trenecito que lleva hasta la entrada.
Es considerada como una cueva única a nivel mundial por la calidad y cantidad de formaciones geológicas a lo largo de sus 18 kilómetros, 4 de ellos visitables.
Dentro de la cueva (sillitas no permitidas, facilitan portabebés) se pueden contemplar gran cantidad de estalactitas, estalagmitas, columnas, cristales de calcita o formaciones rocosas.
Finalmente merece la pena acercarse al Mirador de Tina Menor en Pechón desde donde se divisa un paisaje natural impresionante con vistas al estuario de la ría Menor.
Niños 0-3 gratis. No olvides reservar vuestra 👉 entrada Cueva del Soplao
Vale la pena dedicar al menos un día a conocer lo que la capital cántabra ofrece. Santander es inseparable de su bahía, la más extensa del Cantábrico, y todo un símbolo de una ciudad que vive respirando y mirando a su frente marítimo.
El gran incendio de 1941 devastó la parte más antigua de la ciudad y hoy solo quedan algunos vestigios, no existiendo un casco histórico como tal. Las calles peatonales están comiendo terreno al asfalto y es posible recorrer gran parte del centro por ellas.
Descubriendo Santander caminando. Dejando el mar a la espalda e internándose en la ciudad, la Plaza Pombo, Cañadío y la Plaza Porticada, destacan por conservar el espíritu del juego en la calle, estando siempre repletas de niños y niñas.
El Mercado de la Esperanza es un hervidero de los productos frescos y conservas de Cantabria, destacando la primera planta dedicada a los pescados. Junto al mercado veréis multitud de bares donde detenerse a degustar la tapa cántabra por excelencia: las rabas, tiras de calamar rebozadas. No existe niño o niña al que no le gusten!
A cinco minutos caminando del mercado, en el Río de la Pila, se puede subir en el funicular que salva un imponente desnivel ofreciendo unas espectaculares vistas de Santander.
En el paseo marÍtmo de la Bahía de Santander salen durante todo el año barcos que cruzan desde la ciudad hasta Somo y, durante el verano lineas que ofrecen recorridos turísticos ofrecidos por Los Reginas y Santander Bahía Tours.
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En el Museo Marítimo del Cantábrico, ubicado a orillas de la bahía de Santander, puede conocerse la vida de sus aguas. En sus tres plantas muestra una exhaustiva descripción del mar desde diferentes puntos de vista. Dispuestas entre multitud de objetos y textos, destacan las maquetas y reproducciones repletas de detalles.
No os perdáis la visita a las diferentes peceras del acuario donde se encuentran muchos de los seres que habitan la mar cántabra. Todos los domingos por la tarde es gratis. La entrada es gratis si coméis en el restaurante del museo. Cada día a las 12:30 se puede ver como alimentan a los animales.
Muy popular entre las familias de Santander, la Península de la Magdalena posee multitud de posibilidades para disfrutar en Cantabria con niños. La primera - si sois amantes de los zoos- visitar unas algo anticuadas instalaciones que albergan pingüinos, focas y leones marinos.
Todos los días, a las 12:00 y a las 17:00, les dan de comer y se muestran más activos. Cerca de aquí, un pequeño paseo conduce a diferentes embarcaciones usadas por el aventurero cántabro Vital Alsar en sus travesías por el Atlántico y el Pacífico.
La carretera de ascenso conduce hasta el punto más alto de la península, donde se encuentra el palacio de la Magdalena. Rodeado de bellos jardines, ofrece unas vistas excepcionales de la costa cantábrica.
El sendero panorámico de Mataleñas transcurre a través de un cómodo itinerario que se va asomando al Cantábrico ofrece unas notables vistas de los acantilados y las coquetas playas de la Santander.
A mitad de este paseo circular, existe la posibilidad de llegar al faro de Cabo Mayor, un bonito lugar desde el que se contempla gran parte de la costa de Cantabria. Si se viaja con mascotas, cerca existe un parque dedicado a ellas.
Otra opción de turismo activo y divertido para las familias más intrépidas es visitar el Tirolina Go!-Forestal Park el parque de arbolismo de Santander por excelencia que cuenta con circuito familiar y niveles adaptados a diversas edades.
Uno de los secretos para gozar de la mejor escapada a Cantabria con niños es gozar de una base de operaciones ya sea casa, hotel rural o albergue donde las familias nos sintamos bienvenidas. Estas son algunas de nuestras recomendaciones:
Este hotel balneario de 4* no está orientado exclusivamente a familias, pero ofrece alternativas para los más pequeños de manera que sus padres puedan relajarse y disfrutar de sus excelentes instalaciones y servicios.
El hotel, que ocupa un edificio histórico de estilo clásico, está rodeado de un gran parque de árboles centenarios y situado 15 minutos en coche de las playas cantábricas.
Sus aguas termales brotan a 29.8ºC y el centro de la vida del balneario es su gran Piscina Termal, donde los niños de 0 a 12 años pueden acceder todos los días en horario de mañana y tarde.
Con ludoteca infantil. Los niños de 3 a 12 años disfrutan de Balnea Infantil una Zona Recreativa con piscinas y juegos donde con la compañía de un adulto pueden realizar ejercicios dirigidos por un monitor. (+ INFO)
Situado en Hinojedo a tan solo 20 minutos de Santander este alojamiento es otra de las opciones estrella en Cantabria con niños.
Además de las amplias las zonas de juego el circuito de tirolinas y el rocódromo de sus instalaciones pueden encontrarse talleres, granja escuela donde los niños se pueden iniciar en el mundo de la equitación con sus caballos y ponis. (+ INFO)
El Parque Nacional de los Picos de Europa es un lugar mágico y emblemático de la Cordillera Cantábrica que comparten las comunidades de Asturias y Cantabria.
Acceder a su corazón es sencillo a través del muy espectacular y popular teleférico de Fuente Dé que, en menos de cinco minutos llega a los casi 2.000 metros de altura, desde donde quedaréis alucinados con su impresionante vista.
Se pueden reservar los 👉 tickets teleférico de Fuente Dé
Desde el lugar al que llega, llamado el Cable, parten diversas rutas señalizadas de las que dos resultan muy atractivas para realizar en familia. Ambas toman dirección norte hasta la Horcadina de Covarrobres.
Desde allí puede tomarse la pista que desciende hacia los puertos de Áliva (PR-PNPE-24), pasar cerca del Chalet Real y llegar al Hotel-Refugio de Áliva para, si se quiere, volver a la estación superior del teleférico, deshaciendo el camino, o bien seguir descendiendo hasta regresar al punto de inicio.
Vista del Naranjo de Bulnes. La alternativa, con algo más de dificultad, consultando la previsión del tiempo y siempre bien equipados, es mantener el rumbo norte siguiendo la señalización del PR-PNPE-23 y que conduce al collado de Horcados Rojos, un impresionante mirador del Naranjo de Bulnes (o Picu Urriellu en Asturiano)
Para ir más seguros diversas empresas ofrecen el servicio de guías-intérpretes del Parque Nacional realizando excursiones que discurren por lo más destacado de los Picos de Europa con recorridos adaptados a familias.
Conviene reservar con tiempo la 👉 Excursión a los Picos de Europa
Ideales para escapar de los tórridos veranos del litoral mediterráneo, viajando por Cantabria con niños encontraréis una infinidad de playas donde pueden realizarse actividades en verano tan variadas como jugar a las palas, iniciarse en el buceo o construir castillos de arena.
El señor ese con bigote que sale en la tele tiene razón. No hay otro lugar en el mundo como este. El paraíso de los amantes de la anchoa (y en general del bonito y otras delicias marineras) existe y se encuentra en Santoña.
Situada en la zona oriental de Cantabria, Santoña, villa natal del gran navegante y cartógrafo español Juan de la Cosa, es una de las localidades costeras cántabras más visitadas en verano.
Alli os espera con diversas propuestas para toda la familia como bañarse en sus playas (Berria o San Martín) y salir a navegar por su bahía hasta el precioso faro del Caballo (reservar aquí).
Pero volviendo al tema de la gastronomía popular. Santoña incita a tapear y/o comer de maravilla en su auténtico, peatonal y muy animado centro histórico (os recomendamos el bar Peralvillo y a 5 kms el restaurante la Barca de Treto con un menú de auténtica cocina cántabra para chuparse los dedos.
Es alucinante la devoción anchoil que se respira (literal) en sus calles y la cantidad de tiendas y de pequeñas conserveras artesanales algunas de las cuales se pueden visitar como Conservas Emilia. No digo más: ñam!
El mar Cantábrico es excepcional para la práctica de este deporte y es posible iniciarse en familia siguiendo los consejos del personal experto de muchas escuelas de surf que hay por toda la costa. Más sencillo resulta practicar el paddle surf, una alternativa para disfrutar de una forma agradable del mar.
Numerosas empresas organizan campamentos familiares en los que iniciarse en la práctica de estos deportes acuáticos y muchos además incluyen alojamiento y visitas culturales por el territorio de Cantabria.
Algunas de ellas son: Bio Surf Camp y Star Surf o también os podéis alojar en el hostel HAND (Langre) donde organizan cursos de surf para todas las edades.
A orillas del Cantábrico se ubican unos cuantos pueblos marineros en los que puede comprobarse la intensa actividad de sus puertos y conocer más sobre los productos que entran por ellos.
Ocupando un rincón natural excepcional. La Casa de las Mareas da cobijo a una exposición con elementos interactivos, entre los que destaca una mesa de luz para dibujar diferentes aves y un pequeño acuario.
Sobre el agua, con el suelo transparente, se encuentra una sala habilitada para disfrutar de las vistas, especialmente durante la migración de las aves, con mesas, sofás y alfombras.
Desde este centro se organizan visitas al cercano Molino de Santa Olaja, si bien dependen de las mareas por lo que resulta necesario contactar y reservar de manera previa para asegurarse la visita.
Para valorar algo y poder preservarlo primero hay que conocerlo. No hay nada como descubrir la fauna autóctona acercándose de forma respetuosa para observarla en libertad.
Uno de nuestros mejores experiencias y plan que recomendamos para gozar de Cantabria con niños de manera diferente es apuntarse en alguna de las actividades de educación ambiental que ofrece Aves Cantábricas.
Fundada por Alejandro Garcia este pequeña empresa de ecoturismo ha convertido su pasión animal por el mundo natural en la manera de que podamos acercarnos a observarla y entenderla mejor.
A destacar, entre otras, las actividades de avistamiento de aves que desarrolla Aves Cantábricas durante verano y otoño en el Parque Natural de las marismas de Santoña, Victoria y Joyel.
El paisaje de Cantabria es inimaginable sin sus vacas. Existen diferentes empresas ganaderas que organizan visitas a sus instalaciones y a los lugares donde pastan estos animales. Cualquiera de ellas resulta una increíble vivencia para disfrutar con niños en Cantabria.
En éstas granjas es posible realizar actividades como visitas guiadas o amamantar a las terneras destacando la Granja Cudaña (Labarces) o la Ganadería Val de Mazo(Cañedo).
Si bien la ruta continúa, se recomienda caminar una hora y volver al punto de inicio. Pueden conocerse más datos sobre este lugar en el centro de visitantes del Monte Hijedo.
El bosque está situado en el municipio de Cabezón de la Sal en Cantabria, que ya de por si se merece una visita. Con una superficie de 2,47 hectáreas, en el bosque encontramos 848 sequoyas sempervirens y 25 Pinus radiara. Un bosque excepcional en toda España ya que se trata de una especie de procedencia americana.
Cantabria se encuentra salpicada de muchos núcleos rurales en buen estado de conservación, ideales para conocer ejemplos de la arquitectura montañesa.
La villa de Potes se encuentra rodeada de las mayores alturas de la Cordillera Cantábrica, lo que genera un clima excepcional con más días de sol al año que el resto de la región. Su barrio más coqueto y bonito bien hace referencia a ello, y pasear por el “Barrio del Sol” resulta delicioso.
Cerca de aquí, puede visitarse Cahecho que cuenta con una ubicación excepcional para disfrutar de unas vistas impresionantes de los Picos de Europa y de las cumbres más altas de la Cordillera Cantábrica.
Las calles empedradas del núcleo histórico de Santillana del Mar, flanqueadas de palacios y casonas de piedra, son una belleza pero una tortura para llevar carritos, así que es mejor dejarlo en el coche.
Los cántabros dicen que este es el pueblo de las tres mentiras porque ni es santa, ni es llana ni tiene mar. La visita a este pueblo medieval resulta más tranquila fuera de la época estival.
A orillas del río Miera, Liérganes conserva bonitos y fotogénicos rincones, además de un buen número de propuestas a realizar durante todo el año en familia: pasear por su casco antiguo, cruzar por el ‘puente romano’, hacerse una foto con el hombre pez o visitar el pequeño museo Fluviarium son algunas de ellas.
En el corazón del Parque Natural Saja-Besaya, merece la pena visitar Bárcena Mayor. Desde aquí parten varias rutas hacia los bosques cercanos y a solo un kilómetro siguiendo el curso del río se encuentra el área recreativa de Llano Castrillo, con parque incluido, perfecta para disfrutar del entorno natural.
El Camino Real atraviesa Cartes y Riocorvo, dos pueblos que compiten en belleza. Flanqueadas por casonas de piedra, portaladas y balcones, atravesar sus calles se convierte en toda una experiencia visual.
Al visitar el sur de Cantabria con niños, merece la pena detenerse en Aldea de Ebro, La Puente del Valle o Reocín de los Molinos. A orillas del Ebro, los dos primeros, y del río Polla el último, se erigen estos tres bellos pueblos que ofrecen una agradable visita para conocer buenos ejemplos de arquitectura tradicional.
Mazcuerras se ubica en la mies del Saja y cuenta con bonitas estampas de sus casas de piedra, balcones y portaladas.
El más grande de España y otro clásico de Cantabria con niños, un escape room al aire lire!. Al traspasar la entrada, y durante la próxima hora, lo único que se ve es el camino, el verde de los árboles –las paredes del laberinto– y las caras de la gente que se cruza en el interior, algunas muchas veces.
Para evitar que los pequeños acompañantes se impacienten, es recomendable llevar impresa la imagen aérea del laberinto o sacar una foto en el cartel de la entrada. Sin duda, es una de las experiencias más divertidas para realizar en Cantabria con niños.
Algo fascinante para los niños. La rica mitología cántabra puede conocerse en el pueblo de Barriopalacio de Anievas a través de la visita a su centro de interpretación. En él se exponen diversos personajes y se cuentan las peculiaridades de cada uno de ellos.
El pueblo se vuelca con la celebración, a principios de agosto, de una fiesta centrada en la mitología. Las calles y alrededores del pueblo son tomadas por multitud de personajes como anjanas, trentis, pecus y otros muchos seres que pueden verse encaramados a algunas casas o en los bosques y ríos cercanos.
Muchos son los personajes mitológicos que perduran en la memoria colectiva y que salen a relucir especialmente cuando las familias se adentran en los bosques de Cantabria.
Estos seres pueden verse representados en el coqueto Parque de Mina Pepita (Solares), hoy restaurada y cubierta por una frondosa vegetación, que ofrece un singular espacio a recorrer a través de sus senderos. Entre ellos personajes de la mitología cántabra, como el ojáncano de la entrada, o el musgoso que invita a sentarse en su regazo.
Los faros fascinan a los niños así que en Cantabria estamos de suerte porque especialmente situados en su costa oriental donde elegir. Desde Castro Urdiales, donde se haya el Faro de Santa Ana, hasta San Vicente de la Barquera, situado a tan solo tres kilómetros del Faro de Punta de Silla.
Lo mejor de todo es que junto a cada faro normalmente hay un buen paseo para hacer senderismo con vistas a acantilados como en los del Faro del Pescador y el Faro del Caballo muy cerca de Santoña, uno de los mejores lugares donde saborear las deliciosas anchoas cántabras.
En el mismo Santander capital se encuentra el Faro del Cabo Mayor justo al lado hay un mirador y el ya comentado parque de arborismo. Desde allí hay un paseo hasta el Paseo de Mataleñas y la Playa del Sardinero.
Otro faro cercano es el Faro de Punta Cerda, situado en la península santanderina donde está el Palacio de la Magdalena.
+ info Cantabria con niños:
Cantabria mágica: Lanjana y sus amigos
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