- Espere, por favor...
Marruecos es esa fascinante puerta de entrada a Africa que tenemos la suerte de tener a la vuelta de la esquina. Habíamos estado por el Rif cuando no teníamos hijos y muchos años después en un viaje a Marruecos con niños en una escapada combinando Marrakech y Essaouira cuando nuestra hija Lluna tenía dos añitos y estaba en plena fase exploradora.
Oye, que no había manera de poder sentarnos los dos papis al mismo tiempo en una terraza ni que fuera a tomarnos uno de esos tés con menta tan ricos!
Cuatro años más tarde parece que no enmendamos porque ahí estábamos nosotros de vuelta a Marruecos con nuestra hija de 6 años y el nuevo fichaje de la familia con esos 2 años que tampoco dan tregua.
De nuestro primer viaje a Marruecos ya sabíamos lo fácil e interesante que resulta hacerlo con niños. El cariño auténtico y el respeto que profesan en general los marroquís por los más pequeños es increible y es una pasada lo mucho que alucinan nuestros hijos por el contraste que supone viajar a un país tan diferente.Nuestra apuesta por Marruecos es clara hasta el punto que desde Familias en Ruta organizamos cada Navidad, Semana Santa y verano diversos viajes a Marruecos con niños especialmente pensados para grupos de familias.
Los tres primeros días de nuestro viaje tuvimos la suerte de compartirlo con una familia amiga que iba con su hija de 6 años y su bebé...que apenas contaba con tres meses!. La ruta viajera completa de diez días que relatamos aquí es una de esas clásicas que cualquier viajero que se precie debiera hacer alguna vez: Marrakech y la ruta de las Kasbash en el Marruecos central.
Esta es una duración que si bien evidentemente no permite profundizar al menos sí obtener una cierta buena panorámica y calmar la sed viajera ni que sea de forma transitoria porque ya adelantamos que estamos deseando volver en cuanto nos sea posible. Pero como dijo Jack el Destripador, vamos por partes o mejor, vamos por días.
Ficha técnica:
Antes que nada hay que decir que tuvimos la suerte de flexibilidad a la hora de viajar así que elegimos unas fechas de finales de noviembre temporada media que combina buenos precios de vuelos (vuelan desde España a Marruecos Iberia, Royal Air Marroc, Vueling, Air Europa y Ryanair) con una disponibilidad casi asegurada en los alojamientos y un clima atemperado perfecto donde no debemos olvidar sin embargo ir equipados tanto para frio como para una agradable calor que en esas fechas no llega a los extremos del verano.
Como medio de transportes elegimos un turismo de alquiler. En Marruecos existe una red de carreteras extensa y bastante aceptable si bien poco señalizada. Nosotros tuvimos siempre sensación de seguridad aunque conviene extremar precauciones en la conducción por ciudades y en las entradas y salidas de los núcleos poblados así como evitar en lo posible la circulación nocturna.
Como sistemas de navegación digitales aparte nosotros recomendamos llevar el mapa de carreteras Michelin y con con carácter general la guía estupenda Lonely Planet de Marruecos.Tanto para la gestión del alquiler del coche como para la elección y reserva de alojamientos contamos con la inestimable ayuda de Viajes Marrakech.
Dia 1 a 3 Marrakech y Valle de Ourika
Mítica ciudad, punta de lanza actual del espectacular momento de forma que vive el turismo en Marruecos. Bulliciosa, encantadora, embrujada, loca, mágica, imprescindible. Deseada, conquistada y conquistadora. Guardiana del desierto en la antesala del Atlas. Marrakech es la ciudad que da nombre a todo el país y que fue punto de partida y llegada durante siglos de las carananas que cruzando llegaban desde Oriente con preciadas mercaderías. Casi ná.
La ciudad ofrece varios puntos de interés generales y también específicos para familias con niños como pasear en dromedario por el palmeral, hacer una escapada de un día en el Parque de Aventuras Terres d'Amanar a 37 km. Nosotros nos lo tomamos con la calma total y nos movimos exclusivamente perdiéndonos por la callejuelas de la medina y sus tradicionales barrios de artesanos.
Huyendo del deporte del regateo, nos dejamos atrapar por el espectáculo de los colores y aromas de esencias de almizcle, ámbar, y rosas, de especias y hierbas aromáticas así como de una sucesión de innumerables tiendas de artesanías, textiles, marroquinería, cerámica u orfebrería. Paseando entre las callejas llama la atención la vitalidad de las calles como punto de encuentro y relación, el acarreo incesante de mercancías a bordo a los carros tirados por burros. Te perderás más de una vez.
Pasamos horas recorriendo la medina como en una ensoñación medieval de la que con demasiada frecuencia te sustrae el continuo y molesto paso de motocicletas por cualquier callejuela no importa lo inaccesible o abarrotada que se encuentre.
Por supuesto la célebre y electrizante plaza Jemaa Fna es la atracción central de la ciudad y un punto ineludible de visita para calibrar el estado de ánimo de la ciudad. Una plaza histórica declarada para bien y mal Patrimonio de la UNESCO. Por la mañana destacan los venderores de deliciosos zumos de naranja y de una gama de dátiles de todas las calidades y procedencias, entre los mejores de todo el mundo, algunos dulces como la miel.
A partir de las últimas horas de la tarde la plaza se transforma con una oferta de más doscientos puestos callejeros de comida. Las invitaciones constantes de sus captadores de comensales para que comas en el suyo van de lo más ocurrente y simpático a una auténtica pesadez de las que te ponen a prueba. Más allá, cantes y bailes, santimbanquis, cuentacuentos, el juego de pescar botellas de refrescos y muchos turistas pescados para foto junto a alguna encantadora cobra, unos dicharacheros músicos gnawas o, triste y penosamente, unos simpáticos monos...encadenados por el cuello.
Alojamiento en Marrakech: El hostal Equity Point, casi un riad al precio ajustado de un buen hostel juvenil, es también una buena opción para familias por ofrecer habitaciones desde tres plazas, desayuno incluido, primorosa piscina, así como una situación céntrica a la par que muy traquila.
Excursión al Valle de Ourika
Una estupenda opción de excursión de un día para empezar a descubrir el Marruecos rural es el Valle de Ourika al que se llega en dirección sur en menos de una hora por una carretera que asciende el río Ourika. A través de su curso se puede admirar el paisaje del Alto Atlas, completamente diferente a lo visto en Marrakech.
Con ecos de Alpujarra marroquí en su apariencia y una sequedad engañosa que según nos comentan explota cada primavera en forma de un impresionante manto de flores. Impresionantes resulta también contemplar las vistas nevadas del mítico Toubkal y sus 4.167 metros, el pico más alto de toda la cordillera del Atlas.
Uno de los puntos fuertes es la subida a las cascadas de Ourika aunque nosotros preferimos visitar una auténtica casa tradicional de una familia bereber donde nos esperaba una buena charla entorno a una ceremonía de té. Además empleamos buena parte de la mañana en visitar dos diferentes cooperativas de aceites y esencias de hierbas y perfumes como el famoso aceite de argan, cuya producción se sitúa alrededor de la zona de Essaouira.
Entre otras cosas nos comentaron de la frecuente adulteración de este preciado aceite de uso gastronómico y cosmético con probadas propiedades para la piel que L'Oreal contribuyó a poner de moda en medio occidente.
El precio del argán continúa encaramándose por las nubes y los veréis ofrecido ya en casi cada esquina del país. Según nos comentaron si no sabemos la procedencia del argan sólo el sello Bio-cert nos garantiza su pureza.
Otra de las opciones que ofrece este valle es visitar alguno de sus mercados semanales, los más famosos de la zona son los de Ourika (lunes) y Aghbalou (jueves). Si llegáis al valle recorriendo las montañas, en Tahanaout (martes) y Asni (sábado) también hay mercados interesantes. Durante nuestro regreso nos paramos en un puesto inmenso de exposición, fabricación y venta de cerámicas donde lo pasamos tan ricamente y pudimos ver muy de cerca el trabajo de un alfarero.
Pueden contrararse taxis grandes para la excursión a Ourika en muchas agencias de Marrakech. Precios entre 60 y 100 euros según duración y, como casi siempre en este país...nuestras ganas y capacidad para el regateo.
Dia 4: Marrakech-Ouzarazate
Tras el desayuno nos despedimos de nuestros compañeros de viaje. Emprendemos con el depósito debidamente lleno de nustro coche de alquiler nuestra salida hacia Ourzazate donde llegaremos tras algo más de cinco horas de trayecto. La primera mitad del camino consiste en llegar al puerto de Tizi n'Tichka que conecta Marrakech con los oasis pre-saharianos. Allí empezamos a ver las primeras aldeas cuando no simples agrupaciones de humildes casas de adobe de estilo bereber ancladas en una forma de vida ganadera y casi de subsistencia en contraste con una proliferación de antenas parabólicas en sus terrados.
"Pero vaya merdeta de país! -nos espeta indignada de repente nuestra hija- En este país no hay ni magdalenas ni bocadillos de jamón, ni clics de playmobil" Según nos vamos destronchando con su sincera indignación me invade la sensación de lo mucho que todavía nos queda por descubrir de este y todos los países, de lo mucho que todos estamos aferrados a nuestras certidumbres cotidianas y de como el viaje nos ayuda a abrir la mente.
Siguiendo con nuestra ruta, cada vez más alucinados por la belleza de lo que contemplamos a través de las ventanillas del coche y ya superado el puerto (que con sus 2.260 metros de altitud es el más alto del país, en invierno hay que consultar pues no es infrecuente que esté cerrado por la nieve) seguimos serpenteando en descenso por la carretera antigua construida sobre el camino clásico de las caravanas de camellos hacia el paisaje lunar del Anti-Atlas.
En una hora y media nos encontramos circulando por una carretera asfaltada llena de agujeros con las ruinas de las kasba Glaoui en el nucleo de Telouet y numerosos pueblos antiguos (dowar) de adobe. Es frecuente encontrarse con personas trasnsitando en burro o niños jugando al balón o en bicilceta aparentemente salidos de la nada y que curiosos salen a la carretera a saludar nuestro paso. Más allá divisamos a media distancia Aït Benhaddou una de las kasbash clásicas más bellas y mejor restauradas de todo Marruecos famosa por servir de escenario a películas clsicas como Laurence de Arabia, La joya del Nilo o Gladiator. Nos encontramos cerca de Ourzazate.
Todo un crimen no parar a visitarla pero nuestro programa de visita contrariamente a nuestra costumbre de improvisar nos marca pasar la noche en el riad reservado y que previamente hay que localizar en Ourzazate si bien la mayoría de los alojamientos se ofrecen a salir a buscarte en algún punto de la carretera.
Alojamiento en Ourzazate: Después de todo un día de viaje y emociones nos reconforta un montón hacer parada y fonda en el Riad Bouchedor. El recibimiento es de lo más atento; no está uno acostumbrado a tanta inusitada amabilidad. Entre lo mejor la habitación pero sobre todo la cocina sabrosa y exquisita a la altura de un buen restaurante así como el buffet de desayuno el más completo y delicioso que encontremos en todo el viaje. En cuanto a aquellas cosas que hacen pensar constatamos el gran contraste entre el "confort" de los turistas y la humildad de las casas que rodean el Riad lo que nos hizo sentir un poco en una burbuja en medio de un país más que en el país mismo.
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