- Espere, por favor...
Nos encanta recordar nuestras primeras excursiones con niños. Nuestro hijo descubrió la montaña desde su mochila delantera con tres semanas de vida. Cómodamente instalado, empezó a respirar aire pirenaico disfrutando de un buen paseo por Montgrony, entre Gombrén y La Molina. Luego llegaría su hermanita, y con ella pasó igual...con la diferencia de llevar dos mochilas en lugar de una. No existe una edad en la que podamos empezar a realizar excursiones con niños, serán los peques y nuestra experiencia personal quienes marcarán las pautas a seguir. El nivel subirá progresivamente a medida que vayan creciendo, siendo mas autosuficientes a partir de los 6-7 años. La media montaña, por debajo de los 1.700-2.000m puede convertirse en un buen estadio donde practicar actividades al aire libre, para, poco a poco, ir subiendo el nivel. Cuando empiezan a caminar es el mejor momento para plantearse el esquí en familia, pues cuando antes aprendan a deslizarse mucho mejor a la hora de perfeccionar el nivel y perderle el miedo. La montaña es como una gran escalera donde poco a poco vamos subiendo peldaños, sin prisa, pero sin pausa.
En Campz encontraremos todo lo necesario para realizar excursiones con niños bien equipados. No hay nada como llevar con nosotros buen material técnico a la hora de iniciar a nuestra prole en el fabuloso mundo de la montaña, las excursiones y las actividades al aire libre. Cuando veamos que el nivel va subiendo, podemos inscribirnos a nivel familiar en un club de montaña o entidad; son magníficas escuelas y los niños suelen hacer amigos. Un rocódromo también puede ser un buen punto de partida, donde toda la familia se inicie en el fabuloso mundo de la escalada o para que los niños sigan los pasos de sus padres, con precaución, paso a paso. Es importante recordar que antes de aprender a correr, hay que aprender a caminar. Si vamos ganando confianza con nuestros peques y un día nos atrevemos a cruzar algún glaciar alpino (asequible) o viajamos a Canadá, Noruega, Islandia o Nueva Zelanda, el saber manejar los crampones, la cuerda y el piolet nos ayudará a avanzar con seguridad. Nunca debemos perderle el respeto a la montaña, pero si tenemos miedo, los niños lo verán y se asustarán mas que nosotros; los niños aprenden muy deprisa y si los padres tienen nivel, transmitir su pasión a sus hijos es algo que miles de montañeros hemos hecho alguna vez en la vida ¡y no veas como llena a nivel personal!.
La montaña no se moverá, podemos volver cuando queramos; no hay que obligar a nadie a realizar una excursión y menos a un niño, por tal motivo, si los peques se cansan o no quieren seguir caminando por mucho que nos las ingeniemos, pondrán mala cara. Llegados a este punto, es importante calmarse y tirar de psicología para motivar y motivarnos. Durante el viaje a la montaña, aunque sea una excursión corta, los niños nunca deben aburrirse, es bueno que pinten, que canten, que escuchen música o que participen de algún juego en familia. No hay nada peor que llegar aburrido al punto de inicio de un recorrido. ¿Qué los niños quieren hacer mas paradas de las habituales? pues vale, no nos pongamos nerviosos; ya sabemos que los carteles se convertirán en algo orientativo, pues si nos indican dos horas hasta el refugio, contaremos cuatro. La motivación es fundamental a la hora de compartir una excursión o incluso una ascensión a una cumbre con niños. Los refugios son lugares místicos, ideales para convertirlos en la morada de un Hobbit o el la casa de un Elfo doméstico en busca de Harry Potter. Jugar, soñar, imaginar…se convertirán en verbos necesarios que deberemos saber conjugar siempre con una sonrisa. En nuestro caso, la psicología se convierte en el motor de nuestros viajes, donde nada es lo que parece. La magia siempre debe estar presente, así como el peluche favorito, que deberá dormir en el saco o en la cama de los niños bien abrigado.
En muchas poblaciones de montaña, sobretodo en los Alpes suizos, existen parques infantiles realmente impresionantes. Son zonas de juegos que mantienen ocupados a los niños…y a sus padres, pues en algunos casos, los parques están llenos de actividades para toda la familia. Los parques resultan ideales para poner el broche final a una jornada en la montaña, pues por mucho que digan que están cansados, cuando aparece un parque, se obra el milagro y muchos niños siguen dándole caña a sus piernas, aunque minutos antes quisieran tumbarse sobre un colchón. Informarse con antelación, preguntar o tener claro que nos vamos a encontrar al llegar a nuestro destino, nos ayudará a tener en cuenta que tipo de parques infantiles nos vamos a encontrar. Otro punto fuerte en nuestras excursiones con niños son las mascotas; muchas poblaciones de montaña tienen su mascota y es algo que siempre ayuda, sea a la hora de visitar un parque con el nombre de dicha mascota o por si queremos comprar un peluche o un libro de cuentos.
Preparar un botiquín en casa es algo indispensable antes de partir de excursión con niños. Nosotros siempre incluimos gasas, vendas, mercromina, un termómetro digital, tiritas, apósitos contra ampollas, alcohol, Betadine, unas tijeras o una navaja Victorinox (ojo en los aeropuertos con el equipaje de mano) y los clásicos Dalsi y Apiretal. El botiquín se ampliará dependiendo de los días que pasemos fuera y de la zona que visitemos. Si los niños tienen alergia a algo lo tendremos en cuenta, pero tampoco debemos obsesionarnos antes de partir, pues muchas familias transportan media casa con ellas de viaje y no hace falta. La sobreprotección no ayuda al niño; tenemos que ser conscientes en todo momento que si tienen fiebre en casa, pueden tenerla también en Zermatt, Chamonix o en Gavarnie. Explicarles donde vamos a ir, que nos vamos a encontrar y tener muy claro si hay hospitales cerca o consultorios médicos, nos ayudará a viajar con mayor seguridad y confianza. Si nuestros peques tienen alguna alergia o son intolerantes a algún tipo de alimento, deberemos tener la lista a mano, por si tenemos que dar algún tipo de explicación durante la excursión (o viaje). Una visita al pediatra o a algún médico amigo que sea viajero, siempre puede ser recomendable.
¿Os suenan estas preguntas?: - ¿Dónde vamos papá?, ¿Mami, falta mucho?, ¿todavía no llegamos?- ...
La novedad, la altitud, el desnivel y la distancia afectan a toda la familia y durante una excursión con niños, mucho mas. Calcular las distancias y el recorrido (vertical y horizontal) antes de una salida nos ayudará a motivar y a motivarnos, evitando sorpresas una vez nos ponemos en marcha. Lo nuevo siempre fascina, pero también puede asustar, por tal motivo, resulta interesante mantener a los niños bien informados, hablándoles de un modo que para ellos sea cercano y comprensible. Siempre nos aseguraremos que estén bien hidratados, alimentados y felices. Llevar varios litros de agua puede ser pesado, pero es una forma de evitar problemas. No hay nada mejor en una excursión con niños que verles caminar felices, con ganas de seguir avanzando, sin cansarles. Todo lo que para ellos es desconocido, se convertirá en información y en conocimiento una vez lo descubran, pero para que disfruten del proceso, deberemos tener calma, paciencia, dejar que las cosas fluyan, sin saturarles.
Las quemaduras y las insolaciones afectan a muchísima gente en la montaña año tras año. Subestimar el sol puede crearnos gravísimos problemas durante una excursión o si vamos a esquiar, por tal motivo y sin ánimo de resultar bordes, creemos que es muy importante tenerlo en cuenta pues hoy en día, muchos padres no toman las medidas necesarias para con los niños en verano y en invierno. Es OBLIGATORIO untar con crema factor 50 a los niños si vamos a realizar actividades en altitud, así como cubrirles la cabeza con una gorra y mantenerles frescos e hidratados. Lo de ponernos morenos no es compatible con los problemas que nos pueden acarrear las quemaduras o los golpes de calor, que en los niños pueden resultar fatales, y si podemos evitar caminar al mediodía, mucho mejor. También es importante tener en cuenta las variaciones térmicas y la previsión meteorológica y mucho cuidado con los cambios bruscos de temperatura en alta montaña (prevenir la hipotermia). Un buen equipo es fundamental a la hora de salir de excursión con niños a la montaña, no hay que olvidar que por mucho que haga calor, en pocas horas puede caer la temperatura en picado a mas de 1.500-2.000m de altitud.
No debemos asustarnos, pero en la Península Ibérica y los Alpes las víboras existen, son animalitos que viven disfrutando del sol, las piedras y la hojarasca. No suelen ser muy grandes y en ocasiones se confunden con pequeñas culebras. También tenemos una buena dotación de insectos y arácnidos que pueden crearnos ciertos problemas, sin olvidar las ortigas…por tal motivo, es importante seguir unas pautas de comportamientos que nos ayudarán a no tener encuentros desagradables. Los niños no deben jugar con la hojarasca ni con las piedras que nos encontremos al realizar paradas durante una excursión. Nunca sabes lo que hay debajo de una piedra y por experiencia, podemos decir que es mejor no descubrirlo. Una vez mas, creemos que es importante tener a mano los teléfonos de emergencias, de los médicos y hospitales mas cercanos a la zona donde por donde vamos a realizar nuestras excursiones, y el móvil bien cargado, (llevarse el cargador es obligatorio aunque salgamos de excursión solo unas horas). Un buen repelente anti-mosquitos también ayuda, no obstante, si podemos evitar las zonas húmedas al atardecer, mucho mejor. - Ir de excursión con niños implica tener los ojos bien abiertos.- decía siempre el abuelo Antonio (mi padre).
Un buen equipo nos ayudará a mantener a los niños calientes y protegidos durante una excursión. Si salimos varios días es importante llevar con nosotros tres cambios completos de ropa para los niños, así como un par de chaquetas, capelina o chubasquero y unas tres gorras, pues siempre pierden alguna. Las tres capas de ropa son ideales cuando vamos al monte con niños. Resultan muy útiles los bastones telescópicos para niños (o un par para adultos ajustados a su nivel), les ayudarán a avanzar con mayor seguridad aunque tenemos que dejarles muy claro que no son juguetes. Las gafas de sol para niños son indispensables, así como la crema solar, un bañador, unos guantes incluso en verano y calzado de recambio, a poder ser con Gore Tex. Llevarle la mochila al crío no ayuda a la hora de fomentar la libertad de movimientos y el esfuerzo en la montaña. Una pequeña mochila, que irá creciendo con los años, nos ayudará a fomentar la responsabilidad en nuestros hijos al salir de excursión. Si se quejan podemos decirles que en el colegio bien que la llevan sin rechistar…Recomendamos una visita a la web de Campz, tienen de todo y a muy buen precio.
¡Atención padres y madres excursionistas!, por muy exagerado que pueda parecer, consideramos que si vamos de excursión con niños, no podemos dejar en casa el móvil, dos cargadores, la documentación de los niños, un buen botiquín, listado de teléfonos para emergencias, reservas en hoteles y refugios controladas, un buen seguro de viaje, el número de teléfono de familiares y de un médico de confianza, mapas cartográficos y una guía de la zona, agua de sobra (el doble de lo habitual si no vamos con niños), barritas de chocolate o cereales, las gafas de sol y las gorras de los niños, chubasqueros…y si vamos a una zona con mucha nieve, deberemos informarnos antes de salir del riesgo de aludes. Llevar un ARVA puede ser muy útil. ¡Ah! y no dejemos los billetes de avión o de tren a los niños justo antes de partir, he visto en el Prat y en Barajas a mas de un padre buscando los billetes desesperadamente. Si vamos al extranjero y queremos estar comunicados durante una excursión con niños…un par de walkies de la marca Motorola (los pequeños), pueden convertirse en buenos aliados y en una fuente de emoción y juegos brutal. Os los recomendamos por experiencia. En nuestra mochila,
Viajar lejos, cerca, en coche, en tren...Ir de excursión con niños implica tener muy clara la logística: todo dependerá de la distancia, las ganas de conducir de los padres y si los niños se marean o no. Nosotros nos pateamos Europa en un Seat 127, un Renault 5 y luego un Renault 9, sin problemas; pero es cierto que hoy en día los trenes y los aviones han bajado sus precios y se puede viajar en familia de un modo mas tranquilo. Si vamos al Pirineo, el coche o el autobús serán los medios mas prácticos, pues el tren no llega a todos los valles que desearíamos. En los Alpes el tren es el mejor medio de transporte, así como el bus postal en Suiza (postbus). Viajar a zonas de montaña en Europa o en otros continentes y una vez en el destino alquilar una caravana o un coche suele ser la idea mas práctica a la hora de obtener movilidad. Una vez mas, la motivación será indispensable para mantener a los niños ocupados en un tren o un avión. Se que muchos pasajeros se enfadan cuando un niño llora durante un viaje (ellos también fueron niños, no hay que olvidarlo) pero en estos casos, la imaginación, un buen libro o un juego nos podrán sacar de mas de un apuro. No hay nada peor que encerrar a un niño en un habitáculo donde no tiene libertad de movimientos, por tal motivo, deberemos convertir el tren en algo mágico y el avión en una nave espacial que nos lleva lejos, muy lejos. Interrail resulta ideal para viajar por Europa en tren y con niños, nosotros lo probamos en 2014 y fue una maravilla. Por experiencia, las mejores compañías para volar con niños a destinos de montaña son Tyrolean, Swiss, Wideroe, Czech Airlines, Lufthansa y Austrian.
- ¡Mama esto no me gusta! – frase típica del niño o niña en un refugio u hostal de montaña ante un plato que desconoce o que no tiene muy buena pinta (bajo el punto de vista del niño, claro está). También podemos escuchar la frase típica del padre enfadado: - ¡Tu déjale dos días sin comer y verás como traga! - ...ufff, ni tanto ni tan poco. Cuando vamos de excursión con niños, suele resultar muy útil, práctico y económico tirar de fiambrera, bocadillo, pollo empanado y croquetas. En nuestro caso, fuimos mezclando la comida de casa que mas les gusta con productos típicos de la región que visitábamos. En Noruega comimos mas pescado que carne, y no tuvimos ningún problema; Hoy en día, en Europa y América, un buen filete con patatas nos lo servirán casi en cualquier parte, así como pasta y/o salchichas, pero creemos que poco a poco, es interesante que los niños se mezclen con la cocina local, que descubran nuevos sabores y texturas, poco a poco, siempre de forma divertida.
En la mayoría de supermercados encontraremos comida mas familiar, pero nunca debemos olvidar que los niños están aprendiendo y dentro de dicho aprendizaje, también entra la comida. La gastronomía de montaña suele ser abundante y calórica, ideal para realizar actividades físicas pero no siempre ideal para que nuestros pequeños coman de todo. Educar poco a poco a nuestros hijos para que descubran nuevos sabores y texturas nos ayudará a disfrutar de unas vacaciones mas tranquilas, sin tener que preocuparnos por la comida. Hoy en día, en la mayoría de estaciones de esquí y poblaciones de montaña de Europa, la gastronomía del terreno se ha convertido en todo un referente a tener en cuenta, cuidando detalles que hace unos diez años muy pocos cuidaban, como pueden ser el origen del producto, el respeto por el medio ambiente, las tradiciones y la presentación.
Los consejos que compartimos a nivel de seguridad y prevención de riesgos sirven para las excursiones en primavera, verano y otoño…y para las esquiadas en familia en invierno. No forzar a los niños, organizarnos según el nivel de esquí y tener en cuenta a los monitores en las estaciones ayudan a disfrutar de la nieve con seguridad y confianza. El esquí es una afición que debe convertirse en deporte, poco a poco, sin prisas, contando con el añadido de mezclar dos actividades en una: el viaje a la montaña y el esquí. Nunca está de mas planificar la salida en casa, que es donde comienzan todos los viajes, viendo imágenes que ayuden a nuestros pequeños a familiarizarse con el deporte blanco. ¡Y no olvidéis llevar varias tarjetas de memoria para vuestras cámaras!. A la hora de planificar las primeras esquiadas con niños, una visita a la web de Campz nos será muy útil.
La montaña es una escuela y a lo largo de la historia del hombre…muchos alumnos han pasado por esa escuela. No hay nada mejor que utilizar un libro o una película como ejemplo a la hora de fomentar la imaginación en nuestra prole. Desde el cine mudo alemán a Tintín, el Pato Donald, los Pitufos y un largo etc…son tantos los ejemplos de la pasión y el amor por la naturaleza que encontramos en el cine y la literatura…Los jóvenes castores y sus aventuras por el mundo de la naturaleza y la montaña son sensacionales, en casa siempre recuperamos sus manuales ochenteros y las historias de Juanito, Jorgito y Jaimito con el gran Mogol. Eran otros tiempos, pero a muchos padres nos ayudaron a aprender a leer y a tener una visión del mundo mas abierta. Leer una novela en casa o un cómic, ver una película donde aparezcan montañas o contar un cuento por partes antes de realizar un viaje o una excursión nos ayudará a motivar a nuestros peques, creándoles unas ganas enormes de convertirse en los protagonistas de su propia aventura (como en aquellos libritos rojos donde podíamos crear o elegir nuestra propia aventura al avanzar las páginas). Ver una película de Tintín, Indiana Jones, del Señor de los Anillos o de Patoaventuras, nos ayudará a fomentar la pasión por los viajes y las aventuras, sin olvidar el Imperio Contraataca, donde la nieve y el hielo son los protagonistas de la primera parte del filme. ¡Imaginación al poder!.
¿Lejos, cerca…? A lo largo de mas de ocho años viajando con niños por el mundo, descubrimos lugares ideales para llenarse de naturaleza en familia, con total seguridad. En España encontramos rincones bellísimos, desde los parques nacionales de montaña a las islas Canarias, pasando por los Picos de Europa o Sierra Nevada. Los Alpes son una mina, desde al cantón del Valais y el Berner Oberland en Suiza, al Tirol o las Dolomitas. Sin olvidar el Parque Nacional de Les Ecrins, el de la Vanoise o el suizo, en el cantón de los Grisones. Escocia, el Tatras y la Selva Negra son una maravilla, junto con los Cárpatos y Escandinavia, que no te la acabas viajando con niños. Dar la vuelta a Islandia puede resultar una experiencia inolvidable, controlando los tiempos y reservando con antelación los refugios. En Asia, Japón y Corea están llenos de rincones fascinantes, ideales para perderse con niños, y en EEUU y Canadá, encontramos paisajes de ensueño, parques nacionales espectaculares y un sinfín de actividades familiares para disfrutar de la naturaleza en familia.
Antes de despedirnos es importante recordaros que Campz es la tienda de outdoor líder en el mundo, donde miles de familias se equipan y preparan para lanzarse a la aventura con sus hijos. También os recomendamos nuestros libros con Desnivel, el Manual de Montañismo con Niños y Pirineos con Niños, para disfrutar de la naturaleza y la montaña en familia.
Y para acabar permitidme un comentario con todo el cariño del mundo: si el niño nos sale surfero, pues nada, a la playa se ha dicho; el mar también tiene sus ventajas, seguro que disfrutaremos viéndole cabalgar sobre las olas desde una preciosa playa atiborrada de surferos bronceados y atléticos, viajando por medio mundo con la tabla a cuestas. Obligar a un niño a realizar la misma actividad que apasiona a los padres, sin motivación ni ganas, es lo peor que podemos hacer a nivel psicológico, pues de esto modo no solo se lo pasará mal viajando, sino que odiará la afición que tanto gusta a sus progenitores, creando un conflicto familiar que puede alargarse en el tiempo. En muchos casos, los niños acompañan a los padres de excursión para que estos no se enfaden y cuando llegan a la adolescencia, dejan la montaña de lado para recuperarla años después, ellos solos. Nunca debemos forzar nada, dejemos que las cosas fluyan, que los niños sean felices. Adaptarse a un ritmo de vida determinado no es tan complicado si existe predisposición, capacidad de diálogo y buen entendimiento; ¡Querer es poder!
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Llegados a este punto, solo me queda recordar a los padres que deseen descubrir el Pirineos con niños, nuestras cinco máximas a la hora de lanzarnos a la aventura:
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