- Espere, por favor...
¿Cuantos hijos tienes? Suele ser una pregunta habitual. durante nuestro viaje por Ecuador. Unita, contesto. ¿Una nomás? Casi les da la risa. Y es que por aquí, por las comunidades cercanas a Calceta, zona rural de Manabí, hay algunas mujeres con hartos (muchos) hijos. Antes de salir de Finca Sarita y llegar a Baños tuve la ocasión de ser invitada a las casas para conocer la historia de Maria y Eugenio que tienen 19 hijos, Dora y Manuel que tienen 16 y Hermelinda y Secundino que tienen 10. Me abrieron sus puertas y conversamos sobre sus embarazos, partos, creencias y lactancia.
Las mujeres habitualmente tenian embarazos con el seguimiento de una partera, vecina de la comunidad, y posteriormente parian en casa en compañia de algún familiar y con la misma partera. Hoy mismo el oficio de partera se mantiene en el tiempo. El parto lo recuerdan como una experiencia en la que la mujer tenía todo el protagonismo. Tras el parto todas vigilaban que la placenta no se botara (tirara) a riesgo de que algún perro pudiera comérsela. La placenta la quemaban y así prevenían posibles enfermedades que pudieran tener los bebés. Las creencias conectan la vida temprana del bebé con la placenta y al igual que durante nueve meses ha alimentado al bebé ahora podría enfermarlo según la suerte que la placenta pudiera correr. La mujer, tras el parto, recibia cuidados especiales, entre ellos todas coinciden en que les daban para beber quemao, una infusión de ruda dulce para que no le duelan los entuertos durante la cuarentena o dieta.
Las mujeres, todas trabajadoras, dentro y fuera de casa, dejaban a sus bebés en las hamacas y afirman que ellos se entretenian solos. No son cargados a la espalda como si lo hacen otras comunidades indígenas de Ecuador. No existen juguetes especiales para estimularlos, los bebés buscan mientras se balancean. Y para alimentarlo todas coinciden en la leche materna hasta que volvían a quedarse embarazadas. No hay discusión a la hora de dormir, incluso los maridos admiten que durante los dos primeros meses la madre duerme con el bebé y aprovechando el periodo de dieta (la cuarentena) el padre dormía en una cama aparte. Las experiencias de partos en hospital han sido debido a embarazos de riesgo, mellizos o sangrado en las últimas semanas.
Os dejo con los relatos que, sentadas tomando un café y un bolón de plátano verde o bién con un plato de arroz, nos contaban estas mujeres poderosas y sus esposos.
MARIA Y RAFAEL
Maria Victoria Machuca tiene 83 y Rafael Eugenio Zambrano Machuca tiene 85 años, viven en la comunidad de Caimito. Lo primero que sorprende es ver y conversar con dos abuelos bien activos, sin enfermedades que los achaquen más allà del dolor en el talón que le dificulta a andar a Maria pero que no le impide dar largas caminatas o molestias en el estómago a Eugenio. Su historia comienza cuando a sus doce y trece años se escaparon y a los ocho dias se casaron. Eugenio es emprendedor, luchador y trabajador, llegó a tener casi 1000 cabezas de vacas y propiedades que hoy ha dejado a sus hijos. Maria es una mujer participativa, valiente y decidida. Ambos llevan ya seisenta cinco años casados. Eugenio tendría 18 años y Maria 16 cuando se quedaron en cinta de unos mellizos. Le siguieron catorce hijos vivos y tres abortos. Cuentan que era Eugenio quien tenia mal de embarazo, Maria ni se enteraba pero Eugenio tenía vómitos, antojos y dolores de muelas lo que ha tenido como consecuencia que ahora tenga una sonrisa sin dientes.
Casi todos los hijos los tuvo en casa, con ayuda de una partera . Tan solo tuvo seguimiento médico y parto en el hospital en el primer embarazo con los mellizos ya que nacieron sietemesinos y el último que fué cesárea al sangrar durante ocho días y Maria ya tenía 39 años. El seguimiento durante el embarazo de lo otros hijos lo hizo la partera. La partera solo podía ser una mujer casada y con hijos y en la comunidad había dos cerca de su casa.
Al nacer los hijos explica que dormian los dos primeros meses con la madre y después en la cuna en la misma habitación. Todos tomaron pecho hasta los tres o cuatro meses y luego le dió leche de vaca. Le pregunto si tuvieron cólicos pero dice que no, se criaron normal afirma. Dejo de darle pecho porque ya se había vuelto a quedar en cinta. Maria tuvo hijos sin planificación hasta la menopausia.
Las hijas mayores fueron criando a los más pequeños. Los hijos se entretenían solos, Maria tenía trabajo en casa y a menudo los dejaba en la hamaca.
Las hijas de Maria fueron viendo y acompañando en los partos y así salen enseñadas, dice. Maria piensa que ahora hay más peligros para parir ya que las mujeres no saben, no han tenido experiencia de vivirlo en casa, hay desconocimiento y por ese motivo afirma que quizás sea mejor ir a un hospital.
DORA Y MANUEL
Dora Sanchez Masia de 54 años y Manuel de los Reyes Buste Zambrano tiene 57 ambos vecinos de la comunidad de Caimito. Tuvieron 16 hijos. Conversamos con Dora, su esposo estaba trabajando de comerciante vendiendo pescados. Dora explica que a los quince años se casó con Manuel y al año tuvo a su primera hija. Cinco de los 16 partos fue en casa y el resto en el hospital. Al principio comenta que no había hospital y paría junto a una partera que vivía en la comunidad cerca de casa y su esposo que también estaba presente; en el hospital no pudieron acompañarla y estaba ella y la comadrona o ginecólogo. Comentamos abiertamente como se sintió en el hospital y recuerda como le decían cuando gritaba : eres floja para parir, seguro que cuando lo estabas haciendo no te dolió eh! Afirma que otras mujeres también conversan sobre la falta de calidad humana que encuentran en los hospitales un claro maltrato psicológico que deja a la mujer aturdida en un momento muy sensible de su vida y la del bebé.
Cada dos años tenía un bebé así que la lactancia duraba hasta el nuevo embarazo excepto la última niña que estuvo hasta los cinco años tomando leche materna. No utilizó ningún biberón, dice con soltura que da mucho trabajo preparar el biberón y que pasó directamente a darle en un vasito. El destete explica que sucedía con dos noches de lloros pero que no enviaba a los niños a casa de la abuela o de la hermana para que se olvidaran del pecho como otras mujeres así hacían.
La crianza de tantos niños no debe ser fácil, pregunto, y Dora comenta que de pequeños se entretienen solos y cuando van creciendo los mayores cuidan de los pequeños.
HERMELINDA Y SECUNDINO
Hermelinda del Jesús Velez Solorza de 74 años y Elalio Secundino García Bazurtus de 77 son vecinos de la comunidad de Sarampión, se casaron cuando tenían 22 y 24 años y tuvieron diez hijos. Los partos fueron en casa con ayuda de la abuela, no llegó ninguna partera a casa, en algunos partos tambien estuvo presente el marido en otros no. Todos los hijos e hijas tomaron pecho hasta el siguiente embarazo, durmieron con la madre solos en la cama al menos durante los dos primeros meses mientras el padre dormía en otra cama. Explican que despues ponían a los bebés a dormir en una cuna y cuando empezaban a gatear los cambiaban a otra habitación. No utilizaron biberón pasaron de la lactancia a la comida directamente. Como las otras familias comentan que dejaban a los bebés que se entretuvieran solos, no querían quefueran engreidos y no dejaran hacer nada a la madre así que les dejaban en una hamaca y parece que a todos les gustaba mucho.
Tres grandes familias, tres fuertes mujeres que nos ofrecen su experiencia para poder tener memoria, para reflexionar sobre maneras de parir y criar a los hijos. Me viene a la memoria mi único parto acompañada de una doula y de mi compañero Max en el hospital siguiendo el protocolo de parto natural. Ya hace más tres años. Y pensar que estas mujeres tuvieron 19, 16 y 10 partos, ellas pudieron tener algunos hijos en casa, otras no pudieron evitar el desprecio de algunos profesionales del hospital y otras pudieron beneficiarse de una cesarea cuando el bebé estaba en riesgo. Volver a recuperar el protagonismo, la confianza en una misma parece ser ahora una vuelta consciente a un parto respetuoso.
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