- Espere, por favor...
¿Pensando en una escapada a Praga con niños? Esta romántica ciudad y sus joyas Patrimonio Unesco de la Humanidad y sus alrededores pueden ser perfectamente disfrutadas en familia. Y mucho. Aquí encontrarás unas cuantas ideas y propuestas no solo para que conozcas las atracciones más turísticas sino también los recursos y rincones que muchas veces solo conocen las familias locales.
Repleta de testimonios en forma de momentos históricos que nos hablan de las glorias del Imperio Austro-húngaro, las dos fatídicas Guerras Mundiales y su larga etapa en el bloque soviético del pasado SXX. La capital de Chequia es hoy una ciudad cosmopolita, moderna y abierta que se encuentra entre los más admirados y visitados destinos de Europa.
Fotogénica y encantadora. Para muchos, la capital más bella del continente. Con sus amplias plazas, castillos, colinas y el río Moldava. Praga con niños está llena de lugares que nos darán mucho juego. ¿Nos vamos?
Más allá de las atracciones más turísticas y concurridas Praga también tiene muchos rincones que ofrecer para una escapada por Europa con niños durante todo el año como asistir en familia a un espectáculo de teatro negro, bañarse en el río Moravia, jugar en algunos numerosos parques o subir al monte Petřín en funicular.
Después de nuestras dos estancias de en total casi un mes en la capital checa, podemos afirmar que Praga es -sin llegar a la medida de sus vecinas Viena, Budapest o Berlín, por aventurarnos a comparar- bastante más child friendly de lo que a primera vista podríamos imaginar.
En Praga encontraréis una infraestructura de locales y actividades, consolidada y de calidad, para mamás y papás con bebés y niños pequeños.
Además, los checos son relajados y en general amigables con los niños. En bastantes restaurantes es posible conseguir tronas y encontrar cambiadores. Ya puestos, los locales más preparados cuentan con rincones de juego para bebés o niños pequeños.
Otra prueba de la consideración a la infancia son las tarifas especiales de la red de transportes e incluso la gratuidad para los niños en la mayor parte de los museos.
En las zonas más turísticas nos encontramos con gran número de calles peatonales, con lo que no tenemos que estar pendientes del tráfico, podemos disfrutar de callejear más despreocupadamente y los niños pueden corretear sin problemas o simplemente caminar a su ritmo.
En estos puntos más turísticos también encontramos varios parques infantiles que, aunque pequeños, están estratégicamente situados y nos vendrán muy bien para retomar energías.
Las mejores épocas para visitar Praga con niños puede que sean la primavera y comienzos del otoño. Cuando ni las temperaturas ni el número de turistas alcanzan cifras muy extremas. Por otra parte, visitar Praga en invierno puede tener grandes premios, como son sus animados y tan famosos mercadillos de Navidad o, ya en Enero o Febrero, disfrutar de una ciudad casi para nosotros solos.
Las visitas en verano tienen la desventaja de las aglomeraciones, a cambio de poder gozar del río, los helados o los jardines de cerveza sin preocuparnos tanto de las inclemencias meteorológicas.
Realmente, sobre gustos (climatológicos y de todo tipo) no hay nada escrito y Praga tiene mucho que ofrecer, sea la época del año que sea.
El aeropuerto de Praga está muy bien comunicado con la mayor parte de ciudades europeas. Las escapadas a Praga, por qué negarlo, están a la orden del día. Así que no tendremos problemas en encontrar vuelos a vuelos a Praga a buen precio, especialmente desde Barcelona, Málaga o Madrid.
El aeropuerto Václav Havel Praga se encuentra en las afueras, a unos 17 km del centro de la ciudad. Para llegar a zonas más céntricas podemos tomar el transporte público; concretamente en el aeropuerto encontramos dos líneas de autobús que conectan con el metro, que a su vez nos llevará al lugar de la ciudad donde nos alojemos. También existe un servicio exprés especial de autobuses que comunica las dos terminales con la estación principal de tren (Halavni Nadrazi).
Para mayor comodidad, vais cargados o bien llegáis a horas intempestivas sale a cuenta contratar un servicio de traslados dentro de la ciudad que quizá os interese considerar.
Hay que decir que el transporte público de Praga funciona a la perfección. Consta de tres líneas de metro, tranvías y autobuses, a nuestra disposición con mucha frecuencia y puntualidad. Además es económico.
Si os movéis con carrito de bebé, os recomendamos tener en cuenta que gran parte de las calles de Praga son adoquinadas. Quizá son más prácticos los carritos con muy buena amortiguación o una mochila portabebés, especialmente para las zonas turísticas del centro.
Algunas estaciones de metro (cada vez menos) carecen de escaleras mecánicas o ascensores para subir los carritos. Los checos, sin embargo, tienen costumbre de ayudar en estos menesteres y podemos pedirles ayuda sin problemas.
En los tranvías, con el carrito se accede por las puertas traseras. En los autobuses tendremos que buscar las puertas señalizadas con una imagen de un carrito. Cuidado con los modelos antiguos de tranvía, porque sus escaleras de acceso son muy elevadas. Quizá podamos esperarnos al siguiente tranvía, con suerte de los modernos, o contar con la amabilidad checa, dado el caso.
Para que planifiques, sitúes y te muevas mejor en Praga con niños más abajo encontrarás un completo mapa con todos los planes y puntos de esta entrada localizados.
Una estupenda manera de empezar la visita a la ciudad es unirse a un Free Tour a pie en español por el centro histórico de Praga donde vosotros ponéis el precio.
La moneda checa es la corona. Al cambio con el euro recibiremos aproximadamente 25 coronas por cada euro. Puedes consultar aquí la tasa de cambio actualizada.
Un apunte respecto a la salud, que quizá os interese saber: si bien la moneda no es la misma que en el resto de Europa, al pertenecer Chequia a la Unión Europea tenemos derecho a usar nuestra tarjeta sanitaria europea en caso de necesitarla.
En nuestro caso fue así, por repetidos y fuertes accesos de tos de nuestro hijo. Nos recomendaron el hospital universitario Motol, y allí todo fue rápido y fácil. Nos registramos en la ventanilla de extranjeros y nos atendieron muy rápidamente y en inglés.
En Praga, como en toda la República Checa, se habla checo. En cualquier lugar turístico o establecimiento de restauración es fácil que podamos entendernos en inglés. En lugares más remotos de la ciudad o con personas mayores, sin embargo, puede que nos cueste bastante más...lo cual también le da su encanto ;))
Encontrar alojamiento en Praga con niños no es complicado. La oferta es amplia, los precios son buenos y tenemos unas cuantas ofertas bastante child friendly.
Para empezar una estupenda opción para familias es alquilar un apartamento en Praga.
Respecto de los hoteles en Praga según deis prioridad a estar más céntricos, en barrios más tranquilos o en alojamientos con más equipamiento enfocado en los niños, tenéis diferentes opciones. Os mostramos nuestra selección:
El Novotel Praha Wenceslas Square no se encuentra en pleno centro y aun así está muy bien situado, en Praga 2. A escasos 100 metros del metro I.P. Pavlova y a unos 400 del Museo Nacional.
Casi todas las habitaciones disponen de un sofá cama, y de camas supletorias o cunas (bajo petición). Si os gusta el agua podéis disfrutar a tope de la piscina indoor. También hay sauna, zona de fitness y terraza con vistas de la ciudad.
Si lo que más valoráis es estar en la zona más céntrica de Praga y queréis bañaros en diseño moderno y street art, el hotel NYX Prague puede ser muy buena opción pues se encuentra a un minuto de la Plaza de Wenceslao, en Praga 1. Cada habitación tiene un diseño distinto, por supuesto hay habitaciones familiares
Una mezcla muy interesante entre el concepto de hostal, hotel de diseño y apartotel. Ubicado en un edificio histórico. Para familias tenemos apartamentos de 3 a 5 personas, muy espaciosos. También la opción de dormir en habitaciones compartidas, más tipo hostel.
Se encuentra a 10 minutos caminando del centro, al que es posible llegar también en tranvía o metro (estación I.P. Pavlova). Ofrece traslado al aeropuerto y desayuno (opcional). Sin duda una estupenda relación precio-calidad
Situado a unos 45 minutos en transporte público de la estación de Florenz. Si os gusta el agua, y queréis estar seguros de que vuestros hijos no olvidaran esos días en familia en Praga, la opción Aquapalace Prague es la vuestra.
Este hotel forma parte del complejo deportivo y de ocio Aquapalace, con diferentes áreas o palacios acuáticos donde la diversión y el relax están asegurados. El hotel ofrece espléndidas habitaciones familiares con una cama doble y una litera a su lado. La oferta de habitación familiar incluye el acceso libre al parque acuático. También libros, DVDs o música para niños. El hotel ofrece un shuttle con las estaciones de metro de Chodov y Opatov (línea C).
Par sacarle el mejor partido y empezar la visita a Praga con niños con el mejor pie resulta de lo más recomendable apuntarse a una visita guiada gratis en español. Un paseo suave de 2,5 horas en el que visitaréis lo imperdible de la capital checa conociendo lo más destacado de su Historia...y de sus historias.
El Staré Město (la ciudad vieja) es la parte más antigua de Praga. Junto a los barrios de Malá Strana, el barrio del castillo (Hradčany) y el barrio nuevo (Nové Město) constituye el distrito de Praga 1 o casco histórico (los praguenses dividen su ciudad en distritos, que numeran del 1 al 22).
Los lugares emblemáticos del Staré Město se encuentran a poca distancia unos de otros, con lo que a poco que caminemos nos los iremos encontrando.
En el Josefov, el barrio judío, encontramos la sinagoga vieja/nueva y el Museo Judío, conjunto de seis monumentos judíos, entre ellos varias sinagogas y el cementerio. Caminando hacia el sudoeste y en torno a la plaza de la ciudad vieja (Starometské Námestí) encontramos la iglesia de Tyn y el Ayuntamiento Viejo.
Según la edad e intereses de vuestros hijos, tanto las sinagogas como el cementerio judío pueden ser una buena oportunidad para charlar acerca de las diferentes religiones, el nazismo y las dos Guerras Mundiales que afectaron a Praga.
Un clásico con niños (o sin ellos) es contemplar cada hora en punto la salida de las figuras de los 12 apóstoles en el Reloj Astronómico, que forma parte del Ayuntamiento Viejo.
Cerca de la Plaza de la Ciudad Vieja existen varias tiendas de juguetes tradicionales checos, con preciosas marionetas y otros juegos de madera. También encontraréis algunos encantadores mercadillos por calles y plazas, como el de Havel (cerca del metro de Mustek) o el pequeño pero muy agradable mercadillo de campesinos y artesanos (Plaza de la República o Náměstí Republiky, entre semana), así como gran cantidad de cafeterías y restaurantes.
En la Plaza de la Ciudad Vieja resulta una delicia disfrutar de los artistas callejeros que la inundan, especialmente con buen tiempo. Músicos, pintores y artesanos que bien pueden merecerse que nos detengamos y hagamos un descanso.
Ojo: la zona de Staré Město, pese a ser tentadora y quizá práctica para comer o comprar estando ya allí, es uno de los lugares más caros de Praga y existen de cuando en cuando tanto locales como productos “trampa” para turistas. Es bueno tener esto en cuenta y plantearnos si quizá lo que queremos adquirir podríamos hallarlo en barrios adyacentes.
Colindante al Staré Město, en el Nové Město (barrio nuevo, que surgió como ampliación de las zonas más antiguas) podemos encontrar la Casa Danzante, El Teatro Nacional y la Torre de la Pólvora.
Discurre en parte paralelo al río, está menos saturado de gente que Staré Město y en él podremos encontrar más fácilmente lugares donde descansar, comer o tomar algo sin caer en tantas “turistadas".
Ambos tesoros del centro de Praga (La Ciudad Nueva y especialmente la Vieja) se recorren en esta visita guiada gratis en español. Un paseo suave de 2,5 horas con descansos incluidos ideal para empezar vuestra visita a Praga con niños con el mejor pie.
Todos los días a las 7 y 12 en punto de la mañana es posible ser testigo del cambio de guardia en el Castillo de Praga. El castillo es un impresionante complejo (el más grande del mundo!) que tardó en construirse la friolera de 1.000 años.
Nosotros ascendimos al castillo con un trenecito que ofrecía una ruta circular de una hora, partiendo de la Plaza de la Ciudad vieja y pasando por Mala Strana, el castillo y el barrio judío si bien también es posible llegar hasta las inmediaciones también en metro o tranvía.
Desde el castillo se puede bajar paseando por el barrio de Malá Strana, o barrio pequeño, que era el barrio donde habitaba la nobleza. A él pertenece, entre otros monumentos históricos, el famoso Puente de Carlos, el más antiguo de Praga, que atravesando el río Moldava nos lleva a Staré Město. En el puente de Carlos se congregan músicos, pintores y vendedores de arte, especialmente cuando hace buen tiempo.
Por muy impresionantes que resulte la arquitectura de Praga, los niños necesitarán desfogarse igualmente y nosotros recuperar energías.
En nuestra visita a Praga nos encontramos una serie de parques, bastante estratégicamente situados. Todos ellos en buen estado de mantenimiento, por cierto, y totalmente gratuitos.
Uno de los parques más céntricos y prácticos es el que se encuentra bajo el Puente de Carlos. Según cruzas el puente de Carlos en dirección a Malá Strana queda a la derecha. Es pequeño pero bastante completo, con vistas al río y a las torres de la ciudad.
En el Nové Město, cerca de la plaza de Wenzeslao y de la parada de Metro de Mustek están los Jardines Franciscanos. Sus numerosos bancos y rosales nos invitan a hacer un descanso mientras los niños disfrutan de la zona infantil.
Enfrente de la estación principal de tren (Praha hlavní nádraží) y en el cruce de las calles Opletalova and Bolzanova encontramos otro parque, algo más grande que los anteriores y que incluye una tirolina.
¿Y por qué no aprovechar las numerosas islitas del Moldava para pasar un buen rato? En Malá Strana y flotando en el río Moldava está la Isla de los niños, un generoso parque con opciones para todas las edades. Muy recomendable. Y justo la isla de enfrente (Slovansky Ostrov) también ofrece entretenimiento infantil.
Fuera del casco antiguo tenemos tres pulmones muy amplios e importantes para la ciudad (El monte de Petřín, el parque de Letna y el parque de Stromovka) que reseñamos aparte a continuación, porque merecen mención especial.
Aunque la subida es también factible a pie, un funicular con salida en Újezd nos llevará cómodamente hasta la cima del monte Petřín (se admiten carritos de bebé).
Una vez arriba podremos subir a una “pequeña” torre Eiffel, que al final de sus 299 escalones ofrece una panorámica única de la ciudad (a aquellos que no tengan vértigo). Esta torre y el laberinto de espejos adyacente fueron construidos con motivo de una exposición universal en 1891 (efectivamente, casi a la vez que la auténtica torre Eiffel).
A escasos metros de la torre de observación se encuentra el Laberinto de los espejos, con una zona de laberinto y otra de espejos cóncavos y convexos. Un buen rato de risas en familia aquí no os lo quita nadie.
El monte de Petřín posee además unos jardines muy agradables, con algún que otro parque infantil.
El Monasterio de Strahov queda muy cerca y podemos visitarlo también. Si nos quedan energías, también podemos pasear hasta el Castillo de Praga desde allí, o bajar caminando al barrio de Malá Strana.
Otra opción es bajar paseando de nuevo a la estación de Újezd (también barrio de Malá Strana), el camino es muy agradable, con vistas de toda la ciudad.
Hacer un crucero por el Río Moldava es casi uno de los imprescindibles de Praga. Haga buen o mal tiempo, por el Moldava navegan barcos de todos los tamaños y colores y nos será fácil encontrar el tipo de viaje que necesitemos, en función de nuestras preferencias. Puedes evitar colas reservando tu pasaje fácilmente a través de este enlace.
Otra manera, más aventurera, de recorrer el río Moldava es alquilar un barco de remo o pedales. En la Slovansky Ostrov (Isla Eslava) existen varios puntos de alquiler. También unos metros más al norte del río, en Zmetanovo Navrezi.
En Praga tenemos la suerte de tener restaurantes auténticos checos pero también gran variedad de propuestas con todo tipo de cocina internacional y un rango amplio de precios y en general con muy buena relación precio-calidad.
Se puede comer de manera bastante asequible si evitamos las zonas más turísticas. Especialmente salir de Malá Strana puede marcar la diferencia y permitirnos encontrar un local bastante más auténtico, en cuanto a sabores y precios.
La cocina checa está muy emparentada con la húngara y la austríaca, y es rica en carnes (cerdo, ternera), preparadas de diferentes maneras (gulasch, salchichas, schnitzel…) acompañadas de puré de patatas, knödel (albóndigas de trigo y patata) y/o chucrut y setas.
Se suelen consumir bastante las sopas (de entrante). En los postres abundan las masas dulces de mil formas, normalmente de trigo, rellenas o no, como son los crepes (palacinky), los knödel. También es fácil encontrar restaurantes vegetarianos en Praga.
Praga cuenta con bastantes cafés de todo tipo de estilo en los que hacer un descanso y tomar una tarta y/o té, café o refresco. La oferta es amplia.
Nosotros pasamos un ratito en el Café Savoy, en el distrito de Mala Strana, bastante cerca de Ujezd (la parada donde se coge el funicular a Petřín). En seguida nos sacaron hojas y lápices para que colorearan los niños. La limonada (estábamos en pleno agosto y era lo que nos apetecía) era deliciosa. Tenéis también un surtido amplio de tartas, y la posibilidad de asomaros por una cristalera y ver cómo las preparan en la cocina.
Una recomendación más personal y que no suele aparecer en guías es la tetería A mace in Tschaiovna, cerca del parque de Letna. Se trata de una tetería-laberinto, muy bohemia y, por qué negarlo, también destartalada. Sus falsas estanterías nos conducen a nuevos recovecos y habitaciones, el té yogui y los dulces son es simplemente deliciosos, los juegos infantiles se apilan unos sobre otros en una estantería, llena de ellos hasta los topes; hay una zona de juego para bebés y pequeños eventos culturales casi todos los días.
Os invitamos a callejear o googlear y encontrar la opción que mejor se ajuste a vuestro paladar y bolsillo. De todos modos, aquí van unas pequeñas recomendaciones por nuestra parte, de lugares que nos parecieron agradables porque los niños pudieron jugar especialmente bien, quizá no tanto por la comida en sí.
Vozovna Stromovka Restaurant: en pleno parque de Stromovka, este informal restaurante está pegado a un parque con una tirolina, el interior es espacioso y tiene un rincón con una mesita para pintar o jugar. La cocina es checa e internacional.
En un par de ocasiones estuvimos cenando en el distrito 7, en Avion 58. Un lugar recomendable por lo espacioso, y por tener facilidades para estar allí con niños. Especialmente si hace calor y está la terraza abierta podéis tomar algo o cenar mientras los niños corretean por el enorme patio de la antigua fábrica de cerveza que colinda con el restaurante.
Otros cafés en Praga con niños con zona infantil son el Café Muzeum, en el nuevo edificio del Museo Nacional o el restaurante Pizza Nuova (cerca de Námestí Republiky).
Para comer algo si el hambre nos pilla en la zona más turística (o fuera de ella) podemos optar por los puestos de comida callejera, que también nos pueden sacar de un apuro. Y si nos apetece algo dulce, los típicos trlodnik (una masa redonda y hueca con aroma de canela) están a la orden del día y los podremos encontrar con decenas de rellenos diferentes.
Razones no nos faltan para dedicar una relajada mañana, tarde o lo que nos apetezca al Parque de Letná. Se encuentra encaramado a una colina, al otro lado del río Moldava, enfrente de Staré Mesto. Su principal atracción turística es el gigantesco Metrónomo que se erigió donde previamente hubo una también gigantesca estatua de Stalin.
Este parque también fue escenario de importantes manifestaciones contra el régimen comunista en los 90's. Pero hoy tanto turistas como locales acuden especialmente para disfrutar de sus vistas maravillosas sobre el Río Moldava y toda la ciudad, de los parques infantiles, del skate park (junto al Metrónomo) y del Jardín de cerveza (con vistas también, por cierto).
El Parque de Stromovka es otro parque que, aparte de belleza natural, ofrece varias actividades para hacer en familia. Por una parte, el propio parque, extenso, invita a pasear, montar en bici (tanto por el interior de Stromovka como por la zona norte de Stromovka, que queda pegada al río y que tiene incluso algunos carriles bici).
En el centro del parque encontramos varios estanques, uno de ellos tiene una barca o plataforma para jugar, con la que se puede cruzar de un lado a otro. Nuestros hijos estuvieron allí incluso bañándose.
También hay un parque con tirolina y bastantes columpios y un restaurante justo al lado (Vozovna Stromovka Restaurant).
El parque de Stromovka fue originariamente una zona de caza real. A finales del siglo XIX se construyó junto a él el recinto ferial (Výstaviště Praha), que todavía sigue activo.
En la zona este, junto al recinto ferial, están el Planetario (Planetarium Prahe) y el Acuario (Mořský svět). Podemos combinar un paseo por Stromovka con cualquiera de los dos lugares
La verdad es que no tenemos claro de dónde viene el nombre de “baño amarillo”, pero si vais a Praga, especialmente entre Junio y Septiembre, os recomendamos disfrutar esta zona preparada a orillas del río Moldava, que tiene de todo, para todos.
Se trata de un espacio recreativo con zona deportiva (boley playa, ping-pong, petanca, alquiler de SUP, canoas, bicicletas, monopatines, etc.), restaurantes diversos, zona de agua con piscinas pequeñas para los niños y playa de hierba junto al río.
Para nosotros los grandes momentos fueron bañarnos en el Moldava (está fresquito, aviso) y coger una barca de pedales. Estas últimas, aunque la experiencia fue muy divertida, eran aquí demasiado endebles, recomendamos más las que alquilan en otros puntos del Moldava.
En el Zluté Lazne también se organizan eventos deportivos, cine o discoteca de verano. A partir de octubre abre, pero no todos los días de la semana.
Nosotros estuvimos durante la ola de calor que asoló Europa este verano y la zona estaba bastante llena de gente, especialmente la zona de piscinas infantiles. Pero suponemos que la afluencia de gente será menos intensa en días de temperaturas más moderadas.
Se encuentra en la zona sur de Praga, bien comunicada con el tranvía. Podéis consultar su página web para ver los eventos del momento.
Para días de lluvia, extremadamente fríos o calurosos. O simplemente para cuando las ganas de jugar se apoderan de nosotros pero fuera no es posible, tenemos en las afueras de la ciudad este enorme parque indoor de nombre en español tan sugerente: Toboga Fantasy.
Camas de saltar diversas, una pared para hacer escalada, tobogán gigante, laberintos, patinetes, triciclos y zona para los más pequeños. Todo en un espacio enorme. En el centro una zona con cafetería y wifi gratis, por si queréis aprovechar para tomar algo, descargar fotos o planear el resto del viaje mientras vuestros hijos se desfogan.
Se puede llegar a Toboga Fantasy en transporte público. La parada de metro es Zličín (línea B), y de allí hay que caminar unos 5-10 minutos. Queda al lado de Ikea.
Contiguo al zoo, en la zona norte de Praga (Praga 7) tenemos el Jardín Botánico de Troja. Nosotros habíamos oído hablar mucho de él y teníamos muchas ganas de ir, pero concretamente lo visitamos atraídos por un taller de Halloween que se celebraba allí en otoño. Regularmente suelen hacer actividades de este estilo para niños, así como fiestas.
Pero el Jardín Botánico de Troja principalmente es conocido por sus tres zonas: por una parte está toda la extensión de exposiciones de plantas al aire libre, por otra un invernadero llamado artísticamente Fata Morgana y por último pero no menos importante un viñedo, con vinoteca incluída.
La zona al aire libre nos sorprendió por su gran cuidado y belleza. Hay varias zonas temáticas, como un precioso Jardín Japonés, con un lago con carpas Koi, un arroyo, magnolias, cerezos…
En general el jardín botánico resulta un lugar muy agradable para pasear con niños, por todo lo que hay por descubrir y por algunos guiños o juegos pensados para los niños que hay por las diferentes zonas.
El viñedo tiene una posición privilegiada, en la cara oeste de la montaña, con vistas geniales al palacio de Troja y a toda la ciudad. Si nos gusta el vino podemos acabar el día con una parada en la vinoteca de Santa Clara, en plena colina, y degustar uno de los muchos que ofrecen, mientras disfrutamos de las maravillosas vistas y del atardecer.
Al bajar, si nos queda tiempo, también es posible visitar el palacio de Troja y sus jardines, que tienen un tentador laberinto.
La Navidad es uno de los momentos con más encanto para disfrutar de Praga. El primer domingo de diciembre comienza el adviento y con él…tachán; ¡los mercadillos de Navidad! En ellos, coros navideños, dulces y bebidas típicas, artesanía, decoración navideña. Un ambiente navideño a más no poder en el entorno mágico del casco antiguo de Praga.
Los mercadillos navideños de Praga se reparten por todo el centro de la ciudad. Es casi difícil caminar por ella sin encontrárnoslos. Los más conocidos son los de la Plaza de la Ciudad Vieja (cuya inauguración, con el levantamiento del árbol de Navidad, es presenciada con ilusión por miles de personas), el de la plaza de Wenceslao y el de la Plaza de la República (Náměstí Republiky).
Un poco más alejados de Staré Město tenemos los mercadillos de Náměstí Jiřího z Poděbrad, Náměstí Míru y Tylovo náměstí (los tres en Praga 2). Y otro mercadillo en la zona del Castillo.
Las fechas de apertura y cierre varían de unos a otros, pero en general están activos desde finales de noviembre o principios de diciembre hasta finales o principios de enero.
Pero el ambiente navideño no viene solo dado por los mercadillos: también podemos encontrar numerosos conciertos navideños, exposiciones de belenes, fuegos artificiales…
Podemos consultar la web oficial de turismo de Praga o la web oficial de mercadillos de Praga para más información sobre los eventos navideños.
Si estáis viajando a Praga con hijos algo mayores seguramente os merezca la pena acercaros a este museo. Y si les interesa la historia, con más razón.
El Museo del Comunismo hace un recorrido detallado y muy interesante por la historia de la Chequia (y la antigua Checoslovaquia de la que formaba parte hasta su independencia en 1992) a lo largo de los últimos 100 años a través de gran cantidad de paneles informativos y elementos visuales como vídeos, fotografías, objetos antiguos, documentos históricos e instalaciones sonoras.
Este museo no está planteado de manera especialmente lúdica ni interactiva, de ahí que realmente no tenga mucho sentido visitarlo con niños pequeños (yo acudí sola y me alegré de la decisión).
Bastante cerquita (un par de paradas de tranvía) del parque de Stromovka, en el distrito 8 encontramos este museo. En contraste con la intensa vida histórica de Praga encontramos aquí puro arte de nuestros tiempos, y sin tapujos, por cierto.
Consta de diversas exposiciones temporales, repartidas en un edificio irregular, un poquito laberíntico. En el centro hay una agradable cafetería, con parte exterior e interior y un rincón de juego para los más pequeños.
El Gulliver, artefacto tipo avión situado en la azotea, como suspendido en el aire, puede ser el gran atractivo para los niños, especialmente si son pequeños.
Aunque cabe la posibilidad de que no todas las exposiciones sean apropiadas para los más peques, en general la visita con niños al museo funcionar muy bien, porque algunas exposiciones son muy llamativas e interactivas, por el Gulliver que mencionábamos y por lo espacioso y amigable del lugar.
Es uno de los signos de identidad de la ciudad. En Praga enseguida os daréis cuenta de la presencia de estos pequeños seres, que habitan la mayor parte de tiendas y rincones de la ciudad. En el siglo XVII fueron traídas por fabricantes de marionetas de otros países y desde el siglo XVIII forman parte de la tradición checa.
Pero no sólo podemos comprarlas, también podemos ir a espectáculos y verlas en acción:
Un imperdible total del teatro negro checo es Aspects of Alice. (Alicia en el País de las Maravillas) una clásico que gusta a grandes y pequeños. Asegura tu plaza y clica aquí para reservar tus entradas.
Otros teatros de marionetas con espectáculos para niños son el Teatro Truhla, Spejbl & Hurvínek Theater y Divadlo Říše loutek
También podemos encontrar alternativas interesantes a las marionetas clásicas, casi más cercanas al teatro, en Divadlo Minor (marionetas humanas).
Zoo de Praga- En general no somos muy amigos de visitar zoos, porque no nos sentimos a gusto viendo a los animales cautivos, fuera de su hábitat natural y viviendo en espacios reducidos. Pero habíamos oído hablar muy bien del Zoo de Praga y a nuestros hijos les fascinan los animales hicimos una excepción.
En el zoo de Praga encontramos los diferentes tipos de fauna repartidos por zonas temáticas (Africana, Selva Indonesia, Mundo de las aves o el Valle de los elefantes). También, estratégicamente situadas, pero integradas en el paisaje, encontramos zonas de descanso y recreo para los niños, incluyendo pequeños parques e incluso una mini piscina.
El espacio es amplio y armónico y se reparte en dos niveles, entre cascadas y ríos naturales.
Hay un telesilla que comunica un nivel con el otro, que puede ser especialmente interesante para quien al final del día no tiene más fuerzas y quiere hacer parte del camino de vuelta de manera más cómoda y aventurera. Otra opción para desplazarnos por el zoo es coger el trenecito que lo recorre.
Vietnam en el Mercado Central - La parte exterior de los puestos del mercado central, que ocupa una antigua fábrica, está llena en su mayoría de puestos vietnamitas. Podéis degustar comida vietnamita, echar un vistazo a los puestos o simplemente hacer la compra (hay todo tipo de comida fresca en el interior) mientras los niños corretean por allí. Está en Praga 7.
Areal Vltavanu 229 – Un poquito al sur pero muy accesible en tranvía tenemos esta área con zona de juegos (impresionantes estructuras para trepar, abstenerse papás y mamás con vértigo) y cafetería con zona para bebés y niños pequeños y zona superior con lego (pagando un suplemento). También organizan actividades para pequeños grupos (nosotros estuvimos tallando calabazas en otoño).
Museo Nacional – Está repartido en varios edificios, entre ellos el Museo Histórico, el Nuevo Edificio, el Museo Checo de la Música, El Museo Náprstek de las Civilizaciones Asiáticas, Africanas y Americanas, El Museo Nacional de Vitkov (historia del siglo XX) y el Museo Etnográfico. Cuando nosotros estuvimos en el Nuevo Edificio vimos una exposición de historia natural especialmente dirigida a los niños (El arca de Noé) y otra sobre el pueblo celta.
Museo Técnico Nacional – Preciosa colección de vehículos que lamentablemente (aviso a navegantes) no está posible tocar. Sin embargo, para quienes quieran y puedan contenerse es muy posible que la visita merezca la pena. También tiene sección de minería, química, arquitectura, astronomía… Y una sala de juego con Merkur, un juego de construcción típico checo, estilo mecano.
Museo del chocolate – La verdad es que no recomendamos para nada el museo (pequeño y nada interactivo), pero sí la zona inferior de cafetería, para degustar o comprar algún que otro sofisticado chocolate u observar cómo fabrican dulces en la zona de la entrada, con una gran cristalera.
Boulder bar- Espacio de escalada libre o bouldern, preparado también para niños.
Aquapalace Praha – Si queremos dedicar un día al desfogue acuático, este es el lugar perfecto. Zona exterior e interior, tres “palacios” acuáticos temáticos distintos así como zonas de sauna, SPA y fitness (más para los papis y mamis).
Castillo de Karlštejn- Precioso castillo gótico, quizá uno de los más bonitos de Chequia, al que es posible llegar en tren desde Praga.
Castillo de Točník y castillo de Žebrák – Situados a 30 minutos caminando uno del otro, pueden ser una perfecta excursión de un día.
Mlada Boleslav- Ciudad muy agradable, a unos 50 km de Praga, en la que podemos visitar su castillo, su Museo de Skoda y su Museo de aviones. Cerca, en Valečovské skalní světničky, podemos encontrar cuevas del siglo IX y un camino señalizado para caminar por el bosque.
Lagos. Si es verano y os apetecen baños en la naturaleza os recomendamos los lagos de Lhota (a 40 km de Praga), Mácha (más lejos, como a 90 km), Podebrady y Konětopy.
Prachovské skály (rocas de Prachov), espectacular paraje natural, reserva protegida, a una hora y cuarto de Praga. Buen lugar para la escalada.
Museo de la ciencia de Brno Se encuentra a 2 horas de Praga. Si nuestros derroteros nos acaban llevando por el este de Chequia o simplemente a vuestros hijos les interesa la ciencia. Altamente interactivo, merece la pena una visita.
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