- Espere, por favor...
Pero valla pollo se ha montado en Ecuador. Nada hacía presagiar que algo así podría desencadenarse. Por lo que sabemos parece una intentona golpista algo chabacana. Pero donde se ha visto a la misma policia quemando ruedas en medio de las calles?. Por fortuna nosotros ya hace una semana que corremos por Panamá. Se abre otra etapa de nuestro viaje.
Llegamos a Panamá volando desde Quito con escala en Bogotá. Un total de cuatro horas sin contratiempos. Muchos viajeros que han estado en Colombia nos comentan como la realidad de amplias zonas de este país es tranquila y nos hablan de las maravillas de sus gentes y de sus paisajes. Sin embargo nuestro objetivo era pasar a Centroamérica y por tanto no sin cierta pena Colombia tendrá que esperar para nosotros.
En la Ciudad de Panamá (Panama City en inglés) pasamos casi dos días. Uno para entrar al país y situarnos y el otro al regreso de una estancia de seis días en el archipiélado de San Blas del que ya os hablaremos en una próxima entrada.
En esos dos días nos hemos formado nuestro juicio particular de visitantes ocasionales que además viajan con una niña. Panamá es una ciudad abigarrada y ruidosa marcada en su skyline por impresionantes edificios residenciales y de negocios, no en vano aqui se encuentra el primer y segundo edificio más alto de toda América Latina. Es una capital como tantas otras dura y pensada para ser recorrida en auto. Aventurarse a pasar las calles de su centro como peatón es algo así como echarse al ruedo. Lo mejor es poner cara de buena persona y tratar de caerle bien a algún conductor para que te permita pasar. Esta es una ciudad de negocios y de sedes gubernamentales y diplomáticas marcada completamente, como de alguna manera todo el país, por su famoso Canal.
¿Os acordais de aquel célebre poema de Quevedo de un hombre a una nariz pegado?. Sin ánimo alguno de ser irreverente a veces Panamá da la sensación de ser una país pegado a un canal, el Canal de Panamá que por cierto estuvo a punto de ser construido en Nicaragua. A poco que te informas un poco sobre la historia y vida presente de este país centroamericano de apenas tres millones y medio de habitantes te enteras de que hasta la misma independencia de Panamá estuvo ligada a la concesión y propiedad a los Estados Unidos del canal. En 1999 el canal y la llamada zona revertida pasaron a soberanía panameña. Ambos paises matienen digamos que unos excelentes lazos de amistad y la embajada norteamericana en Panamá luce tan primorosa como siempre.
Dicen que los franceses son unos chovinistas, pero quí hay quien te refiere de carrerilla aquello de que "Panamá es el puente del mundo y corazón del universo". Toma ya. Pero...vale la pena ir a visitar el canal?. Esa era nuestra pregunta estrella. La respuesta unánime de los panameños es que sí, que hay que ir. Pero "¿como vais a pasar por Panamá y no ver el canal?", se exclaman. Ellos están super orgullsos de este portento indiscutible de ingeniería y gallina de los huevos de oro y les gusta mostrarla con orgullo aunque luego como pasa como en todos los paises sólo una minoría hayan ido ellos mismos a verla. Así que fuimos a visitar el Canal, como no, y su museo adjunto. En el museo nos llamó a atención por como en su parte histórica se dedica a ensalzar a los prohombres del momento casi obviando por completo a los alrededor de 40.000 trabajadores que perdieron la vida en su construcción por agotamiento o enfermedades. Por lo demás la visita es curiosa pero las vistas no tan espectaculares. Respetando los intereses de cada cual para nosotros la visita al canal (la carrera del taxi, el precio del museo y del acceso a las vistas del las exclusas de Miraflores) es prescindible. Panamá como país tiene, al menos para nosotros, otros muchos otros atractivos que ofrecer.
En la ciudad de Panamá las opciones económicas de alojamiento y con buena relación precio-calidad son escasas y están dispersas. Nosotros estuvimos en el anodino y de propiedad española Hotel Veracruz, eso si muy limpico, céntrico y con wi-fi. Tal vez pueda valer la pena una visita al casco viejo colonial en pleno proceso de recuperación y en realidad poco más. Eso sí, si sois millonarios en esta ciudad no faltan coches y hoteles de lujo, hipódromo o helipuertos como tampoco amplias bolsas de marginación social en algunas zonas de la ciudad como pudimos comprobar desde el taxi de camino a la visita del Canal.
La moneda oficial de Panamá es el US Dolar y esta ciudad hará las delicias de los devotos practicantes del shoping ya que hay una gama impresionante de malls o megacentros comerciales al más puro estilo norteamericano. No creo que haya franquicia que se precie y no esté aquí. Este el paraiso en la tierra que el sistema capitalista nos promete aquí y ahora: obtén lo que quieras cuando quieras, sólo tienes que pagarlo.
Junto a la salida atlántica del canal, se encuentra Colón una ciudad nos han dicho de preciosa estructura colonial pero que actualmente concentra elevadas tasas de pobreza. Sin embargo y también junto a esa ciudad costera se encuentra la Zona Internacional de Libre comercio de Colón. Una especie de megacomplejo casi libre de impuestos que atrae a miles de empresas y particulares que vienen a comprar y vender de todo. Ya veis aquí todo es muy libre, sobre todo hacer negocios sin apenas reglamentaciones ni impuestos o incomodidades por el estilo. Panamá es conocido como país donde tienen sede miles de empresas sin actividad conocida en su territorio y ue otorga generosamente banderas de conveniencia a buques de todo el mundo donde no navega ni un panameño. Es sede de centenares de bancos y aseguradoras y sus reglamentaciones financieras lo convierten a criterio de muchos en un paraiso fiscal. Casualmente el hombre más rico de Panamá es su actual presidente, el derechista Ricardo Martineli.
A veces, eso sí, ironías de la historia, te paras a pensar y viendo tanta comprensión por estos lares con el pobre capital fiinanciero te preguntas . ¿ Que pasaría si el bueno del pirata Henry Morgan al que tanto gustaba saquear los tesoros españoles que pasaban por esta zona levantara la cabeza?. Tal vez la mejor piratería sea la legalizada. Aunque eso sí, se pierde ese punto glamuroso que te ser un canalla rebelde y aventurero. Claro que también hay que tener en cuenta que Morgan fue finalmente nombrado Teniente Gobernador de Jamaica por los ingleses y acabó...persiguiendo piratas.
Pero dejemos tranquilas la historia y la geopolítica. Para nosotros la conclusión es clara, la capital de Panamá y más viajando con niños es un simple punto de entrada o salida del país desprovisto casi de cualquier atractivo. Por lo demás en el país panameño las gentes son despiertas y cálidas y nos sonreimos por ese punto caribeño en su acento que lo asimila al cubano. Este país tiene numerosos encantos de orden humano y natural que ofrecer que van más allá de sus alucinantes y tranquilas playas. Panamá está hoy en pleno proceso de eclosión turístiva y fiebre constructiva. La crisis apenas golpeó aquí y dentro de no mucho este país se pondrá previsiblemente como destino turístico a la altura de Costa Rica. Si os sobra un dinerillo que sepais que aquí todavía quedan muchas playas por comprar enteras o por lotes.
Tras nuestro fugaz paso por la ciudad de Panamá pasamos una semana en el archipielago caribeño de San Blas. A la vuelta de paso obligado a esta megacity centroamericana de menos de dos millones de personas nos conectamos a internet y lo primero que vemos es el pollo que se ha montado en Ecuador. Menudo susto.
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