Qué es la pedagogía Waldorf y como llevar su esencia a casa


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Más allá de los prejuicios y leyendas urbanas la pedagogía Waldorf es una opción educativa con presencia en todo el mundo con una interesante y sólida base que vale la pena acercarse a conocer. Prueba de ellos es que el interés por esta pedagogía ya casi centenaria y el número de centros que la siguen lejos de agotarse está experimentando un importante aumento los últimos años en todo el mundo.

Tanto si tenéis la suerte de tener un jardín de infancia o escuela Waldorf cerca de vuestra casa o no, en este artículo podréis encontrar mucha información sobre sus centros educativos y recursos pedagógicos, que podéis poner en práctica con vuestra familia en casa.

Cómo llevar la esencia de la educación Waldorf a casa

Cultivar el arte con materiales naturales

Ofrecer a los niños la posibilidad de experimentar con materiales artísticos naturales, como las acuarelas, las ceras para pintar o de modelar hechas de cera de abejas ofrecerles una vivencia que puede ser todo un placer para los sentidos. Otras alternativas menos costosas pueden ser pequeños trabajos con materiales reciclados, realizar pasta de sal casera, o crear un pequeño arenero interior.

Contar cuentos

Contar cuentos es beneficioso para los niños a cualquier edad. Es interesante elegir los cuentos en función de la edad, y de vez en cuando, contar cuentos si el apoyo de imágenes o libros. Para los más pequeños, podemos hacer simples relatos de su vida diaria, y para los más mayores, elegir historias más complicadas. Descubriremos en nosotros mismos la capacidad innata de contar historias, y ofreceremos un bellisimo regalo a nuestros hijos, quienes se nutrirán de ellas. El cuento oral permite que los niños puedan crear sus imágenes internas, y la imaginación creativa es uno de los fundamentos del trabajo académico posterior. Podéis encontrar cuentos fantásticos en la editorial Pau de Damasc.

Buscar alternativas al uso de la tecnología

Existen numerosos estudios acerca del uso inadecuado de la tecnología en los más pequeños. La Academia Americana de Pediatría desaconseja absolutamente su uso en los menores de dos años, y recomienda unos máximos no demasiado elevados para los más mayores. Los niños tienen necesidad de experiencias con materiales reales, que les permitan una equilibrada experiencia entre movimiento y juego.

Crear ritmos y previsibilidad

Incluso en las familias con retos más difíciles a nivel de conciliación familia-trabajo siempre es posible introducir horarios y hábitos previsibles para los niños. La previsibilidad de horarios, menús y rutinas ayudarán al niño a sentirse mucho más seguro emocionalmente, y le permitirán conectar con su propio ritmo interior.

Juguetes: menos es más

En términos generales, los juguetes que ofrecen múltiples soluciones y que son más pasivos, permiten al niño desarrollar un papel mucho más activo. Del mismo modo, el espacio de juego es un elemento más a considerar. Resulta aconsejable no abarrotar los espacios de los niños con demasiados juguetes, y mantener su espacio visual tranquilo, para que pueda concentrarse en el juego y no hiper-estimularse sensorialmente. El exceso puede crear indiferencia en todos los sentidos y hacer perder la magia del juego.

Respetar el descanso y el juego

El descanso es una parte esencial de la vida diaria del niño. No sólo el descanso nocturno, sino también el diurno. El descanso será distinto obviamente según la edad del niño, en cuanto a horas de sueño y momentos de relajación durante el día. El juego libre, distinto de lo que seria una actividad extraescolar dirigida por adultos, puede ser un descanso incluso para un niño mayor ya plenamente inmerso en el mundo académico. Para uno pequeño puede serlo además el juego en familia o incluso en soledad estando en casa arropado por los suyos.

Compartir las actividades domésticas

Realizar actividades domésticas con los niños puede ser una actividad en familia, en la que se realizan cosas con sentido y útiles para la familia. Limpiar, ayudar en el jardín con las plantas, cocinar... De todas ellas cocinar es una de las actividades más interesantes porque contiene un poco de juego, educación en salud, tiempo en familia, y puede resultar una verdadera ayuda familiar. Haciendo pan, pizza o galletas, los niños podrán además tener una experiencia sensorial y a la vez  ser partícipes de una actividad desde su inicio hasta el fin.

Salir a la naturaleza

Asegurar una dosis diaria de naturaleza a nuestros hijos, en la medida de nuestras posibilidades, incluso si hablamos de un parque cercano a nuestra casa. Ello les permitirá el contacto con los elementos, el descubrimiento progresivo de las maravillas de naturaleza, y unas dosis de movimiento físico imprescindibles también para su salud física. En las escuelas Waldorf se suele decir que no hay un mal clima, sino ropas inadecuadas.

Algunos juegos de exterior podrían ser: jugar con tierra, agua y arena, construir una tienda, jugar con materiales de construcción, cargar cosas con una carretilla, o observar plantas o interaccionar con animales e insectos.

Crear y celebrar las tradiciones familiares

Puede tratarse de celebraciones relacionadas con la cultura del propio país, o del país de acogida en el caso de vivir en el extranjero. No importa si son celebraciones ligadas a una religión, tradición, o si las hemos creado nosotros mismos para nuestra familia. Las celebraciones han sido siempre modos de celebrar los cambios de la naturaleza, sus dones y sus ciclos, y podemos adaptarlas a nuestro propio modo de ver el mundo.

Las celebraciones pueden incluir platos estacionales, manualidades, decoraciones, cuentos, visitas a la naturaleza y recogida de sus tesoros, canciones o cuentos. Este modo de acoger los distintos momentos del año es una gran oportunidad de crear aprendizaje multidisciplinar y de ofrecer a la vez grandes recuerdos y vivencias que harán más sólidos los lazos familiares.

Dejar a los niños ser niños

Dejar que los niños vivan sus etapas evolutivas libremente, sin comparaciones con otros, presiones externas ni prisas por adquirir conocimientos o crecer antes de hora en otros sentidos. Proteger a los más pequeños, por ejemplo, puede significar evitar escuchar las noticias delante de ellos.  Ello les permitirá poder desarrollar una imagen del mundo como lugar en el que confiar y permitirles ser niños por más tiempo. Otro modo de respetar sus etapas evolutivas es no avanzar la adolescencia antes de que realmente llegue, ofreciéndoles un tiempo y entorno necesario para establecer las bases de las que se nutrirán cuando lleguen a la adolescencia real.

Cuidarnos a nosotros mismos

Recordemos que los niños muy pequeños aprenden por imitación, y durante mucho tiempo seremos una de sus principales referencias, uno de los espejos más importantes en los que se reflejarán. Buscar nuestros momentos de calma, y modos de nutrirnos a través del arte, lecturas o actividades que nos den energía. Ofrecer una presencia de calidad a nuestros hijos no es un lujo, es una necesidad. Los niños se ven muy a menudo afectados por los problemas de padres hiper-preocupados, estresados o deprimidos. Vale la pena conectar con nuestra propia esencia, no sólo por ellos, también por nosotros mismos.

"Procúrate momentos de calma interior y en esos momentos aprende a distinguir lo esencial de lo no esencial". Rudolf Steiner

Los orígenes de la pedagogía Waldorf

Rudolf Steiner, considerado el padre de la pedagogía Waldorf es un personaje muy difícil de definir en pocas palabras. Los campos del saber en los que trabajó durante su vida son muy numerosos y aparentemente no relacionados entre sí. Escribió, por ejemplo, sobre medicina, agricultura, arquitectura, educación o arte. Por ello estamos delante de una especie de "hombre del renacimiento", con conocimientos que podrían definirlo a la vez como pensador, filósofo o científico. Steiner destacó por la profundidad con la que estudiaba los temas que le interesaban, pero también por el modo en que los interrelacionaba. Su visión de hombre de ciencia sorprendía, por ejemplo, a los que estudiaban la espiritualidad, y viceversa.

Steiner nació en Donji Kraljevec el antiguo imperio austríaco, hoy Croacia, en 1861, y murió bastante pronto, en marzo de 1925, en Dornach, Suiza, lo cual no le impidió impartir cientos de conferencias y escribir decenas de libros.

Sus aportaciones en el campo de la agricultura biodinámica, arquitectura o educación, por citar algunos ejemplos, han llegado hasta nuestros días. Podemos visualizar el fruto de su trabajo actualmente en las escuelas Waldorf en todo el mundo, los centros de medicina antroposófica, las numerosas inciativas de agricultura biodinámica, o en empresas de renombre internacional como Weleda (cosméticos), Triodos Bank (banca ética) o Demeter (agricultura biodinámica).

Steiner es considerado como el padre de la antroposofía, una disciplina difícil de definir en pocas frases. Como introducción podríamos decir que con la Antroposofía Steiner quería dar respuesta a la comprensión global del hombre y del mundo, una respuesta que pudiera tener cabida tanto en el mundo científico como en el espiritual.

Dentro de la filosofía de Steiner cabe destacar su mirada del ser humano y del respeto a su individualidad. Para Steiner el fin más importante del ser humano es que pueda vivir en libertad, para así poder realizar aquello que es esencial su vida, aquello que, con toda probabilidad, coincidirá con sus talentos personales. Por ello, a pesar las enseñanzas y escritos que Steiner dejó no tienen la pretensión de permanecer simplemente como teoría, sino que fueron realizados en todo momento con el deseo de que fueran eminentemente prácticos y que pudieran ser útiles no sólo a padres y educadores, sino a cualquier otra persona que pudiera acercarse a sus investigaciones y aplicarlas a distintos ámbitos del saber.

En la editorial Editorial Rudolf Steiner posible descubrir información sobre la Antroposofía, y todo el legado de Steiner a través de sus obras y las de otros autores.

"Ser libre es ser capaz de pensar los propios pensamientos: no los pensamientos meramente corporales o de la sociedad, sino pensamientos generados por nuestro ser más interno y profundo, más original, más esencial y espiritual, nuestra individualidad".  Rudolf Steiner

Características de la Pedagogía Waldorf

Como decíamos, hay muchas escuelas Waldorf en el mundo y no son idénticas entre sí. Aunque en esencia compartan la misma motivación, el factor cultural es esencial. Personalmente he podido vivir esa experiencia como madre con una hija asistiendo en una escuela Waldorf en Brooklyn, Nueva York, (de la red de escuelas de Estados Unidos), y Reggio Emilia, (red de escuelas de Italia). El currículum se interpreta de un modo distinto según las características y preferencias del maestro, y ello se refleja en las algunas decisiones o elecciones que pueda realizar a nivel práctico.

Por ello, para quien se plantee llevar a su hijo a una escuela Waldorf, es altamente aconsejable hacer una visita durante las jornadas de puertas abiertas, y poder hablar con profesores y padres en primera persona, asistir a alguna conferencia o ver algún video sobre las escuelas.

Para quien haya leído poco o nada acerca de la pedagogía Waldorf, éstas podrían algunas de las características generales que la definen:

Espiritualidad y conexión con los ritmos de la naturaleza

El aspecto espiritual es tal vez el más controvertido y a la vez diferencial de la pedagogía. Es importante destacar que a los niños no se transmite verbalmente ninguna enseñanza espiritual. Tal como se hacía en la antigüedad en muchos pueblos y culturas, se busca transmitir un sentido profundo de la vida a partir de actividades que les permitan conectar con la naturaleza y sus ritmos, y que puedan tener un sentido en la vida del niño en sus diferentes etapas de desarrollo.

Esta conexión con la naturaleza puede ofrecerse sea a través del tiempo de juego en el exterior con los elementos, excursiones, decoraciones estacionales en el aula, ejercicios artísticos con elementos naturales, cuentos tradicionales, e incluso a través de un menú biológico y estacional.

Enseñanza inter-disciplinar

Otra característica de la educación Waldorf es su carácter holístico. Se intentan ofrecer experiencias que puedan ser vividas a través de todos los sentidos y lenguajes, de tal modo que los alumnos puedan experimentar los mismos conocimientos a partir de distintas disciplinas. Así, la experiencia del conocimiento e importancia de las abejas, se puede trabajar en modos muy distintos según la edad. En el ámbito de la educación primaria, los alumnos podrán desde visitar un alvear, estudiar su funcionamiento, realizar trabajos manuales con la cera de abeja, realizar dibujos o escuchar o escribir cuentos sobre ellas.

La importancia de la manualidad

En las escuelas Waldorf se da una importancia extraordinaria al uso de las distintas técnicas artísticas, artesanas y de trabajo manual. El objetivo de tal uso va más allá de la mera realización de objetos u ejercicios. Se considera que todo aquello que se realiza a través de las manos tiene una relación estrecha con el aprendizaje y desarrollo a nivel intelectual. Esta visión hoy en día tiene su base en los más recientes estudios de neurociencia, los cuales confirman que hay un desarrollo neuronal cuando se realizan trabajos de estas características.

El uso de materiales naturales

El impulso curativo de la pedagogía y su preocupación por la ecología hace que se de prioridad en sus aulas a la utilización de materiales naturales como la lana, la madera o la cera. Pero no sólo se utilizan por esos motivos. Los materiales naturales permiten a los alumnos una conexión más directa con la naturaleza, y también disfrutar de sus cualidades sensoriales y terapéuticas.

La belleza y la estética

Del mismo modo, en las aulas y materiales educativos Waldorf podemos encontrar una verdadera atención por ofrecer una estética que pueda ser compatible con las necesidades de los niños en sus distintas etapas de desarrollo. Se busca que el entorno no sea hiperestimulante, y que a la vez pueda ser un alimento para su imaginación, utilizando todo tipo de materiales y propuestas como dibujos, telas, muñecos, o elementos de la naturaleza. En la elección de la estética se valoran todos los elementos que forman parte del aula, desde las mesas, sillas, o el color de las paredes, para que el aspecto educativo pueda ir ligado al aspecto terapéutico del ambiente en el que los niños se encuentran.

Ecología y contacto con la naturaleza

En las escuelas Waldorf se fomentan las salidas al exterior y las excursiones, desde el mismo jardín de infancia, y siempre adaptadas a la edad de los niños. En esta pedagogía se da prioridad al contacto con la naturaleza y sus elementos diariamente, independientemente del tiempo externo, siempre con la ropa adecuada a cada clima y estación. Cuando los niños son pequeños sus salidas son al jardín de la escuela, y tal vez a algún parque cercano. Cuando crecen, podrán ampliarse, para visitar diversos lugares en la naturaleza, e incluso proyectos de agricultura ecológica en los que poder incorporar conocimientos prácticos a los científicos.

Se parte de la base de que el amor por la naturaleza nace a través de su conocimiento. Y el conocimiento no puede darse sólo a través de los libros, sino que tiene que venir del descubrimiento individual de las maravillas que la naturaleza alberga. La naturaleza es, para los niños de cualquier edad, fuente de experiencias que podrán dar las bases para un conocimiento y respeto profundo de la misma, las cuales, a su vez, alimentarán de forma natural su voluntad de aprender y de hacer.

Introducción tardía de la tecnología

En la educación Waldorf el inicio del uso de la tecnología como herramienta de uso pedagógico se retrasa mucho más que en otras pedagogías. Ello no significa que los padres y profesores de estos colectivos no la utilicen como adultos. Su posicionamiento es simplemente el de intentar cubrir las necesidades educativas de los niños con otras herramientas y con niveles distintos de estimulación sensorial que los que ofrece la tecnología. Se considera que son innumerables las ventajas en esta elección, pues se ofrece a los niños y chicos un ambiente mucho más relajado, y el tiempo suficiente para que adquieran las competencias que les permitirán utilizarlas con madurez en el momento adecuado.

La experiencia de la cooperación

Los niños experimentan la experiencia de la cooperación de diversas formas, desde el jardín de infancia hasta la adolescencia. Los alumnos pueden vivir la cooperación no sólo a través de las diferentes actividades dentro del aula, sino formando parte de la red global de cooperación de la misma escuela. Las escuelas Waldorf se sostienen en parte a través de actividades de autofinanciación, de las que son testimonios y partícipes los mismos estudiantes. Estas actividades sirven no sólo para sostener la escuela en general, sino también para apoyar a los padres que no pueden pagar la renta en su totalidad.

La posibilidad de formación continua de padres y profesores

Los padres que participan en una escuela Waldorf pueden aprender junto con los profesores, compartiendo conocimientos y experiencias durante las reuniones de clase grupales y las diversas entrevistas individuales. Sin embargo las oportunidades de aprendizaje continuo en las escuelas son muy numerosas. Se ofrecen numerosos grupos de trabajo en los que participar en los que se pueden adquirir conocimientos prácticos como marquetería, costura, canto o arte, o profundizar libremente en conocimientos teóricos a través de conferencias y actividades que se organizan alrededor de la Antroposofía y de la pedagogía Waldorf.

“Buscad la verdadera vida práctica material, pero buscadla sin haceros insensibles al espíritu que se halla activo en ella. Buscad lo espiritual, pero buscadlo no por goce suprasensible, no por refinado egoísmo, sino buscadlo porque desinteresadamente deberéis plasmarlo en la vida práctica, en el mundo material”. Rudolf Steiner

Libros educación waldorf

El Jardín de Infancia Waldorf

La evolución del ser humano en la pedagogía Waldorf se mide por septenios, o ciclos de siete años consecutivos. Cada septenio simboliza un estadio distinto dentro de las distintas etapas de desarrollo, a su vez con unos retos particulares dentro del mismo, pero con algunas características generales.

Según la clasificación steineriana de los septenios, en el primer septenio (0-7) es deseable que el niño piense que el mundo es bueno, en el segundo (7-14) que es bello, y en el tercero (14-21) que es justo.

En los Jardines de Infancia Waldorf, los niños se encuentran en el primer septenio, y son acompañados por los educadores para que puedan desarrollar con una visión del mundo como lugar "bueno" ellos. El niño en este primer septenio experimenta el mundo a través del juego y el movimiento, y aprende mucho a través de la imitación.

Estas son las características principales que podemos encontrar en un Jardín de Infancia Waldorf:

Ambiente doméstico

El ambiente que se crea para los niños es lo más parecido posible al de casa. Muchos espacios Waldorf pueden incluir incluso una cocina, donde realizar su menú diario, y semanalmente se incluye como actividad de los niños la realización del pan.

Juego libre

Los niños pasan una buena parte de la jornada desarrollando actividades de juego libre, con materiales distintos, que les permiten elaborar distintos tipos de juego, en grupo o en soledad.

Imitación

El papel del profesor es esencial como referencia dentro del espacio para los niños. Se considera que una parte del aprendizaje que realizan los niños a esta edad lo realizan por imitación, por lo que el profesor cuidará mucho no sólo los gestos con los que realiza sus actividades, sino también su espacio emocional interior.

Naturaleza

Los niños tienen la oportunidad de estar en contacto con la naturaleza en el propio jardín de la escuela o parque cercano.

Ritmo

Las actividades de los niños son estructuradas en ritmos que se repiten diaria, semanal y estacionalmente. El ritmo está presente también en las canciones y juegos de dedos que se utilizan durante la jornada y en las festividades.

Fantasía

La imaginación del niño es nutrida a través de juguetes y materiales que apoyan los contenidos de las canciones y cuentos orales que se comparten en el aula.

"El niño ha de ser recibido con respeto, educado con amor. Puesto en la vida finalmente en libertad". Rudolf Steiner

La educación Waldorf en primaria

Una de las características de la enseñanza del segundo septenio en la educación Waldorf es la elección de un único maestro de referencia que será el tutor del grupo durante ocho años, el "maestro de clase". Los niños pueden recibir la enseñanza de algunas materias específicas a partir de otros maestros, pero una buena parte del tiempo y de las materias serán impartidas por el maestro de clase. Esta figura cobra una gran importancia, pues es una persona de referencia que podrá hacer un seguimiento de la evolución de los niños no sólo a nivel académico, sino también a nivel personal.

Pedagogía Waldorf

Otro rasgo diferencial de la escuela es el modo en que se otorgan las notas o calificaciones. El maestro de clase busca alternativas a la mera calificación numérica para evaluar el trabajo del niño, valorar positivamente su trabajo y/o animarle a mejorar. Algunas escuelas no otorgan notas numéricas y evitan emitir ningún juicio sobre los resultados hasta que no son más mayores.

Del mismo modo, las tareas o deberes a realizar después de la escuela suelen ser menos numerosas que en otras escuelas, pues se busca que el niño no vaya sobrecargado de trabajo y su tiempo de juego y descanso se respeten al máximo, especialmente en los primeros años del segundo septenio.

Las materias principales se estudian varias semanas consecutivas. Es decir, que se dan por ejemplo, tres semanas matemáticas y luego tres semanas lenguaje. Se considera que dejarlas reposar las materias cíclicamente, contribuye a que los niños asimilen lo aprendido con anterioridad.

Ausencia de libros de texto

Los alumnos realizan sus propios libros de texto escolares con sus apuntes y dibujos. El plan de estudios de la pedagogía Waldorf contiene las mismas materias presentes en otras escuelas, (como los idiomas extranjeros, la matemática, o el lenguaje), más algunas asignaturas propias de la pedagogía, como por ejemplo, un tipo de danza llamada euritmia, o el dibujo de formas. Otra característica del plan de estudios es la presencia mucho mayor de trabajos realizados con las manos con distintas técnicas artísticas y artesanas.

El currículum Waldorf tiene como denominador común la búsqueda del equilibrio entre el sentir, pensar y hacer. Por ello las materias se acompañan de experiencias que vayan más allá de la transmisión oral de conocimiento. El estudio de la astronomía que se da en los últimos cursos de primaria, por poner un ejemplo, se puede iniciar pasando una noche observando las estrellas al natural.

El primer grado de la primaria Waldorf comienza un año o más tarde que en otras pedagogías. Se considera al niño preparado para la enseñanza académica alrededor de los siete años. Este año de diferencia evita que los niños repitan curso por dificultad de comprensión o seguimiento de las materias, o por su imposibilidad para permanecer sentados por periodos más largos.

De hecho, una de las características de las escuelas Waldorf es la adaptación del curículum al ritmo y personalidad de cada niño, evitando tiempos y metas demasiado rígidos. El primer año es, además, un puente entre el Jardín de Infancia y el resto de cursos de primaria, donde la fantasía convive con el aprendizaje de conocimientos. A modo de ejemplo, durante ese año el aprendizaje de las letras y los números se introducirá acompañado de cuentos o imágenes.

"Cuando un niño puede relacionar lo que aprende con sus propias experiencias, su interés vital se despierta, su memoria se activa, y lo aprendido se vuelve suyo". Rudolf Steiner

Un poco de historia de las Escuelas Waldorf

La relación de su visión del mundo y la educación empezó a construirse un poco antes de la fundación de la primera escuela Waldorf. Rudolf Steiner comenzó a expresar su interés en el campo de la educación antes de que estallara la guerra, en 1906, en los tiempos de paz. En una conferencia en 1906 dijo que la educación no era cuestión solamente de escribir mejores programas educativos, sino de estudiar con profundidad la naturaleza interna del niño. En este sentido, Steiner tiene en común con otros ilustres personajes de la historia de la educación reciente como Maria Montessori, la preocupación de reformar la educación a partir del estudio de la esencia de la infancia.

La primera escuela Waldorf se fundó en 1919, y fue construida por encargo del Sr. Emil Molt, director de la Compañía de Cigarrillos Waldorf Astoria. La escuela se construyó para que los obreros de la fábrica pudieran llevar allí a sus hijos. Así pues, la escuela Waldorf no se inició como un refugio de padres bienestantes, sino todo lo contrario. Su fundación coincidió con un momento histórico muy marcado por la guerra y sus consecuencias, por lo que su mirada pedagógica tenia a la vez un impulso curativo.

Steiner pensaba que esta educación podía ser terapéutica y podía ser trasladable a cualquier contexto o sociedad, por ello, pensaba que podía ser utilizada también en el futuro. Es importante resaltar que la escuela se abrió con el total consentimiento de los trabajadores de la fábrica, así como con el profundo conocimiento de su visión educativa por parte de su director, el Sr. Molt, el cual había tenido la oportunidad de conocer la antroposofía directamente con Rudolf Steiner.

A fecha de hoy, existe un red de cientos de jardines de infancia, escuelas y centros de estudios superiores Waldorf en todo en mundo, repartidos en países tan culturalmente distintos entre sí como Suecia, Japón, o Brasil, por citar algunos. Son escuelas en su mayoría independientes, que se sostienen a partir del trabajo y contribución de padres y maestros en estrecha colaboración, y en ocasiones con la participación de la comunidad que los alberga.

El crecimiento del impulso educativo de Steiner es pues indiscutible, así como el hecho que la pedagogía Waldorf puede ser adaptada a diversas culturas y contextos, con resultados que son capaces de albergar una cantidad considerable de diferencias, y a la vez contener una sólida base que las une.

Sin embargo, las escuelas Waldorf a nivel mundial aún se enfrentan con numerosos retos, ligados a su supervivencia, tales como: la falta de profesores adecuadamente formados, problemas económicos o dificultades de comprensión de sus objetivos por parte de usuarios y público en general. La relación entre los fundamentos antroposóficos de la escuela y la aplicación práctica de la pedagogía en ocasiones son fuente de juicios o interpretaciones erróneas, en muchos de los casos por falta de conocimiento de sus raíces fundacionales. Algunas de sus metodologías en realidad son potencialmente trasladables a otros contextos, y otras en realidad no son nuevas pues se han venido utilizando desde hace largo tiempo en numerosos lugares y épocas distintas.

Un bonito documental introductorio para acercarse a la pedagogía Waldorf es "The Challenge of Rudolf Steiner".

+ info:

Escuelas Waldorf en el mundo

Waldorf Norte América

Waldorf Italia

Waldorf España

Listado de escuelas Waldorf en Ludus.org

Documental

"The challenge of Rudolf Steiner"

Juguetes y materiales Waldorf

Grimms

Stockmar

Narava

Recursos pedagógicos

Chamara Chubarovsky

Editoriales en español y catalán

Editorial Rudolf Steiner

ING Edicions

Pau de Damasc

Libros educación Waldorf

"El lenguaje gráfico de los niños". Michaela Strauss

"El niño y los cuentos". Udo de Haes

"The essence of Waldorf Education", Peter Selg

"Infancia Natural. Hacia una ecología de la infancia”. Thomson, Blume

“Educación Waldorf” Christopher Clouder i Martyn Rawson
Ed.Rudolf Steiner

Libros de Rudolf Steiner

“Teosofía”
“Antroposofía”
“La filosofía de la libertad”

Consultoría educativa

Maria Folch
maria@mariafolch.com

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