- Espere, por favor...
Oh Yeah! Si estás pensando en una escapada con los mejores planes para hacer en Dublín con niños (o sin ellos) aquí encontrarás la mejor información para gozar como se merece de una de las mejores escapadas por Europa.
Dublín es la capital irlandesa, con 1,1 millones de habitantes con un centro histórico agradable, abarcable y perfecto para ser recorrido a pie.
Fruto de dos escapadas a este hermosa ciudad (meses de junio y noviembre) aquí tienes una guía útil para sacarle todo el partido a tu propia experiencia en Dublín con niños.
Para tu comodidad, más abajo te dejamos con un mapa con todos los planes recomendados localizados así como una completa guía práctica con recomendaciones para moverte, mejores fechas para venir y ahorrar en Dublín con niños.
TOP 10 COSAS QUE HACER EN DUBLÍN
Tal y como decíamos el centro de la capital irlandesa tiene un tamaño abarcable donde es posible conocer sus atractivos más destacables en un paseo de paseando de unas unas horas sin necesidad de transporte público.
La primera parada bien puede ser la Spire o la gran aguja, considerada como la escultura más alta del mundo!.
De ahí se puede bajar en poco minutos hasta el Puente O'Connell, desde el que se divisa el Puente Ha'Penny, el más querido de Dublín.
Desde allí, paseando, se llega hasta el precioso Castillo de Dublín, (el más bonito y fotogénico de la ciudad) para acercarnos al City Hall, el edificio del Ayuntamiento, y en un salto, al mítico y siempre animado barrio de Temple Bar donde no puede faltar la foto ante el famoso pub del mismo nombre.
El anterior recorrido lo hicimos de la mano de un tour gratis es español ideal para empezar con buen pie nuestra visita a Dublín con niños paseando a ritmo tranquilo aprendiendo de manera amena tanto la Historia como las historias que atesoran sus plazas y calles. No olvides reservar con suficiente antelación vuestra plaza en Free Tour en español por Dublín.
Fundada en 1592 Trinity College es la sede de la universidad más prestigiosa y con más solera de Dublín. Céntrica y fotogénica, no podéis dejar de pasear por entre los edificios de su campus de acceso gratuito.
En uno de esos edificios se expone en una vitrina el Book of Kells, un incunable católico escrito por monjes en el Siglo IX considerado un símbolo de culto nacional. Si queréis darle todo el sentido a esta visita os recomendamos ver en familia la maravillosa película de animación el secreto del Libro de Kells.
En el piso superior se encuentra la famosa Old Library y su Long Room, una inmensa galería con miles de ejemplares considerada entre las librerías más bellas del mundo. Debido a reformas todos los libros se encuentran quitados de las estanterías por tiempo indefinido.
Como podéis ver y reservar aquí el precio de las entradas para ver estas dos joyas es bastante disuasorio: adultos 19€, niños hasta los 13 años 10,5€. Teniendo en cuenta que no es una visita especialmente adecuada para los niños (solo ver, no correr ni tocar) decidimos dejarlo para la siguiente. No obstante sin duda es uno de los atractivos de Dublín a considerar.
Caninando desde el Spire de la avenida O'Connel Street se llega atravesando el punte a Grafton Street , la arteria comercial por antonomasia de Dublín. Además de parar un momento en la Lego Store, pasear por esta calle es una manera estupenda de tomarle el pulso a la ciudad. Especialmente los sábados está súper animada con multitud de músicos callejeros y alegres puestos de flores.
Situada casi parte sur del rio Liffey, muy cerca de su desembocadura, Dublín nació como un poblado vikingo en el Siglo IX, un pueblo de origen escandinavo guerrero pero también comerciante que dejó una marcada huella en esta isla tras de 300 años de presencia hasta la llegada de los normandos.
La idea original para crear Dublinia viene de las excavaciones arqueológicas de la Wood Quay, el primer asentamiento vikingo de Dublín. Todo ello llevó a recuperar la memoria histórica sobre su influencia vikinga en la idiosincracia irlandesa incluyendo la genética, lo que explica el elevado de población pelirroja irlandesa actual.
Dublinia es la manera más didáctica y divertida y de acercarse al legado histórico vikingo así como el posterior periodo medieval. Está situada a apenas 200m de Saint Patrick's Cathedral en un edificio anexo a la Christ Church. Ya casi solo por su ubicación merece la pena la visita.
Dentro de sus amplios 3 pisos los niños encontrarán un montón de instalaciones, recreación de estancias y escenas de la vida cotidiana de lo más realista, elementos interactivos como los disfraces así como una interesante proyección final.
La visita, que pide entre 1 a 2 horas, incluye la vistas desde a la torre de Saint Michael de 96 metros de altura.
Si os interesa la historia y la queréis ampliarla, en Dublín tenéis por una parte la divertida aventura anfibia Viking Splash Tour así como, por otra, la muy interesante visita gratuita al National Museum of Ireland donde se exponen, entre otros elementos, joyas y armas de la época. Y no, los vikingos no usaban cascos adornados con cuernos.
Uno de los secretos para la mejor escapada a Dublín con niños es establecer una base donde sentirnos acogidos como familia. Para conseguir el mejor precio no insistiremos lo suficiente en la importancia de reservar de la manera más anticipada posible. Tres interesantes opciones de apartamentos y hoteles familiares en Dublín son:
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Una grata sorpresa en nuestra a escapada a Dublin con niños. Desde 2016 el centro EPIC explica la historia de las migraciones irlandesas con especial atención al periodo de la great famine de 1845-1849 donde Irlanda perdió 1/4 de su población.
Más de 1 millón de personas murieron de hambre y otro millón tuvo que abandonar su tierra buscando nuevas oportunidades llevando la influencia irlandesa hasta los rincones del planeta más insospechados.
Porque todos venimos de alguna parte. En EPIC, el complejo proceso histórico y social de la emigración se nos explica de manera cercana y didáctica. Con el sabio empleo de instalaciones que incluyen el caso de personajes reales, juegos, proyecciones y pantallas interactivas.
En EPIC también aprendemos sobre los rasgos sociales y culturales definitorios de la Irlanda actual como son sus deportes, hitos históricos, música y cultura de pub y personalidades destacadas entre otros aspectos.
EPIC representa un ejemplo perfecto de como Irlanda, hoy una sociedad receptora de mano de obra extranjera, homenajea a través de este museo único el legado de sus emigrantes como parte esencial de su ADN.
La visita toma al menos dos horas que pueden completarse apuntándose al tour guiado en inglés al gran buque velero Jeanie Johnston amarrado junto al museo. Una actividad ideal para toda la familia que los niños empezarán a sacarle partido a partir de los 8-10 años.
Puedes reservar aquí 👉 Tickets EPIC.
Llegados hasta aquí nos hemos ganado un descanso y los niños algún lugar donde esparcirse con dos parques a la altura de un país tan verde como Irlanda.
En el centro de Dublín tocando con Graffon Street nos esperan el gran Saint Sthepen's Park, una maravilla para tomarse un descanso con estanques de patos y cisnes atravesados por puentes, prados para hacer un picnic en los meses de primavera y verano así como un paisaje precioso en otoño. A destacar su estupendo playground.
A unos 30 minutos caminando desde Temple Bar siguiendo el curso del río Liffey se llega al Phoenix Park, el mayor parque urbanos de Europa con 710 hectáreas y verdadero pulmón verde de Dublín. Necesitarías casi un día entero para recorrerlo entero.
Al llegar al parque mola ir directamente a su resultón centro de visitantes junto al que encontraréis un playground muy chulo, zona de picnic y un restaurante con una oferta a buen precio de platos de mediterránea y ricos pasteles.
La parte más visitada del parque es el People's Garden, gran área ajardinada y con césped a la que se accede desde la entrada Park Gate. Otra de los centros de interés que ofrece este parque es el Zoo de Dublín.
Entre las experiencias más chulas y que más gustan a las familias figuran recorrerlo en una bicicleta alquilada o bien en plan exploradores de la sabana buscar algunos de los ciervos que habitan por allí para darles de comer hierba.
Pocos emblemas tan irlandeses como una pinta de Guiness. La marca, nacida en 1759, comparte su símbolo, la lira, con la mismísima bandera del país. Y es que, como en pocas partes de Europa. la cultura popular irlandesa está profundamente vinculada a este brevaje alcohólico.
Si la Guiness Storehouse, la fábrica de cerveza visitable más grande del mundo, es la atracción más visitada de Dublin, por algo será.
Los siete pisos de la Guiness Storehouse se pueden recorrer de manera auto-guiada con niños siempre que acudan acompañados. El edificio está preparado para el acceso de sillas y cochecitos, niños menores de 4 años entran gratis, hasta los de 18 años a mitad de precio. También existe un ticket familiar.
Durante el recorrido por la Guiness Storehouse existen diferentes instalaciones con pantallas y juegos. Los peques pueden acompañar pero no participar en las experiencias para mayores premium STOUTie y la Guinness Academy.
Al final de la visita, con pinta de Guiness incluida que tiene lugar en su Gravity Bar mirador, a los niños se les sirve un refresco.
Situado en un edificio histórico en pleno barrio de Temple Bar The Ark (11, Eustrace Street) este es un centro cultural donde tienen lugar cuentacuentos, teatro y otras actividades para niños.
The Ark en principio está orientado al arte de vanguardia con áreas dedicadas familias residentes y escuelas pero puede disfrutado cualquier visitante previa compra de ticket. Todo ello, eso sí, antes de las 16.00 de la tarde que es cuando cierra sus puertas.
La mayoría de exhibiciones y talleres infantiles con preinscripción tienen lugar los fines de semana y días festivos.
El Museo Leprechaun es un pequeño centro dedicado a los mitológicos y traviesos gnomos de la suerte que habitan los bosques de esta isla desde el tiempo de los celtas. Se pueden reconocer por su característico trajecito de color verde siendo uno de los símbolos más simpáticos de Irlanda.
El museo compuesta se compone de 12 áreas planteadas como capítulos de un libro que pretenden mostrar a sus visitantes el universo fantástico de esos diminutos personajes destacando una sala con muebles gigantes. Las demás habitaciones sin embargo no son tan extraordinarias.
El punto fuerte del museo son sus sesiones de cuentacuentos (storytellings) que tienen lugar a diario íntegramente en inglés para adultos y niños a partir de los 8 años. Si no vamos a participar en ellas el precio de los tickets puede resultar demasiado elevado para el partido que le vamos a sacar.
Porque los niños pueden ser muy turistas pero son sobre todo son niños. Si el tiempo se empeña en seguir lluvioso y buscáis algo diferente a lo que ofrece el centro urbano este plan puede ser perfecto.
Psicomotricidad a tope. Con la triple ubicación que te dejamos situada en el mapa que encontrarás más abajo. Jump Zone es la mayor instalación indoor de colchonetas elásticas, trampolines y juegos de balón de Irlanda.
A tan solo escasa media hora del ajetreo urbano del centro de Dublín se encuentra a nuestro alcance dos puntos con gran encanto de esa Irlanda natural de mar y de montaña, verde y de postal que todos podemos tener en mente.
Son dos poblaciones se encuentran bien comunicadas a media hora del centro de la capital con bus o en el tren metropolitano DART.
A una hora en coche en dirección sur siguiendo por la costa desde Dublín, en otra entrada contamos nuestra ruta y descubrimiento de una joya de comarca conocida como the garden of Ireland. Hablamos de las montañas de Wicklow
Al mal tiempo, alegría!. Bien podría ser el secreto irlandés para afrontar la vida. A pesar de su clima inestable y a menudo desapacible Dublín inspira, sus calles, parques (y sus pubs!) rebosan de arte y un contagioso espíritu vital.
Esta ciudad fue la la cuna de insignes escritores y poetas como James Joyce, George Bernard Shaw y Samuel Beckett, Oscar Wilde o el creador de Drácula, Bram Stoker) Sus calles y pubs han sido el lugar donde se foguearon figuras de la musica como, Van Morrison, The Cranberries o los U2.
En Dublín se puede disfrutar a diario de música en directo en multitud de pubs como el mítico Cobblestone y no es difícil gozar en sus calles de sus músicos callejeros.
Con un día en Dublín tendrás una buena perspectiva, dos días te dará para casi todo, con tres os permitirá algún extra como escaparte en familia a su linea costera o a las montañas de Wicklow como luego te cuento.
El aeropuerto internacional de Dublín se encuentra a unos 35 minutos al norte del centro de la ciudad. La manera más económica es tomar un autobús 782 de Dublín Express o bien el 782 de Aircoach que pasan cada 20 minutos y tiene diversas paradas en el centro.
Sin embargo, si sois cuatro o más personas y/o bien vais muy cargados os conviene reservar un servicio de traslado privado en taxi (precio entre 30 a 40Є) directo a o desde vuestro hotel que puedes reservar directamente en este enlace.
Dublín es una ciudad ideal para recorrer caminando. Llana en casi su totalidad, con amplias aceras y sin apenas zonas adoquinadas, no tendréis problemas con cochecitos o sillitas de paseo. Igualmente si por ejemplo solo disponéis de un día es muy popular la opción del Big Bus.
El tiempo de Irlanda es uno de los más variables e impredecibles del mundo. Famosa por su mal tiempo hay que decir que en Dublín, si bien las lluvias son frecuentes, estás no suelen ser continuadas.
Respecto del frío, debido a su proximidad al mar, nunca es extremo, ni siquiera en invierno. Ya sabe que no existe el mal tiempo sino ropa inapropiada.
Los mejores meses para visitar Dublín son los más cálidos (primavera y verano) no tan solo por las temperaturas más templadas ideales para huir de la calor mediterránea sino también por la mayor cantidad de horas de insolación.
A finales de junio anochece casi a las 22.00 mientras que a finales de noviembre le decimos adiós al sol a las 17.00.
Dicho lo cual a nosotros que además de viajar en verano lo hemos hecho en otoño pensamos que esta época también es buena pues sus paisajes son preciosos y la presión turística sobre las atracciones, museos, bares etc mucho menor.
A diferencia del Reino Unido la República de Irlanda es un país de la UE así como de la zona Schengen. Eso significa que los ciudadanos españoles pueden entrar indistintamente tanto con su pasaporte o DNI en regla. En ese segundo caso y, aunque no es obligatorio, si viajas con menores se recomienda acompañar con el libro de familia.
Incluso en el caso en que contemos con la tarjeta sanitaria el precio para la admisión en cualquier centro de sanidad pública es de 100Є a los que hay que sumar 60Є para la consulta y añadirle el coste de la posible medicación.
Para vuestra tranquilidad y la de vuestro bolsillo, es por eso que en un destino como Irlanda os recomendamos muy especialmente viajar con un seguro de viaje familiar con un 5% DTO.
Para nosotros estas son las tres claves importantes para cuidar el presupuesto:
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